...un proyecto de inversiones del régimen comunista que se extiende alrededor del mundo
Alberto Fernández dialogó durante 40 minutos con Xi Jinping para profundizar las relaciones geopolíticas entre Argentina y China. El Presidente agradeció el apoyo de Beijing en medio de la pandemia del COVID-19 y su respaldo financiero de 18.500 millones de dólares para las reservas del Banco Central, mientras que el líder comunista sostuvo que apuesta al comercio exterior entre ambos países. “Queremos que más productos y con más valor agregado ingresen a China”, dijo Xi.
La conversación entre Alberto Fernández y Xi sucede cuando la Cancillería argentina ha tomado una deliberada distancia del Departamento de Estado frente a las diferentes perspectivas que tienen sobre la situación de Venezuela, Bolivia y el manejo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que quedó en manos del estadounidense Mauricio Claver por decisión política de Donald Trump.
El Presidente aseguró al líder comunista que está dispuesto a iniciar negociaciones para el ingreso de la Argentina a la Ruta de la Seda, un gigantesco proyecto de infraestructura que pretende unir a China con Europa, Medio Oriente, África y América Latina. Se trata de una jugada estratégica global que permitirá a Beijing ocupar espacios de poder territorial que Estados Unidos cedió en las últimas décadas.
En América Latina, China logró que Uruguay, Panamá, Chile y Perú -por ejemplo-, ingresaran a la Ruta de la Seda. Pero aún no pudo seducir a Brasil, Argentina o México. Si finalmente Alberto Fernández acepta la invitación de XI, Beijing se habría anotado un importante éxito diplomático.
La Casa Blanca rechaza la Ruta de la Seda y más aún en sus áreas de influencia como América Latina. En cambio, para los países de la región que se incorporan a esta iniciativa china, es una ventaja económica que no aparece todos los días: Beijing financia todos los proyectos locales que se ajustan a su perspectiva de ascenso como primera potencia del mundo.
“Argentina es un país con muchísimas oportunidades donde China puede ser un actor central”, subrayó el jefe de Estado durante el diálogo que protagonizó desde Olivos.
Al margen de las negociaciones para ingresar a la Ruta de la Seda, Xi invitó a Alberto Fernández a China y viceversa. El Presidente tiene intenciones de viajar a Beijing antes de fin de año, si así lo permite la pandemia. Y en el caso del líder chino, es probable que la visita de estado se concrete hacia fines de 2021.
Durante la conversación -mediada por traductores oficiales- Alberto Fernández y Xi trataron la evolución de la vacuna que se está fabricando en China y el impacto del COVID-19 en la economía global. Ambos mandatarios hacen una apuesta a la cooperación y a los foros multilaterales para encontrar soluciones a una encrucijada mundial que no tiene antecedentes.
En este contexto, Xi solicitó a Alberto Fernández su apoyo político para lograr que China profundice sus relaciones diplomáticas con la CELAC y el Mercosur. Beijing tiene diferencias con Paraguay -reconoce a Taiwan- y está muy interesado en acercar posiciones con la CELAC. El Presidente argentino se puso a disposición del líder comunista y ya dio las instrucciones del caso.
Junto a Alberto Fernández, en la jefatura de Gabinete de Olivos, se encontraban el canciller Felipe Solá, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, el secretario de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi, y el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello. Además del traductor oficial que asistió al Presidente.
“La conversación fue excelente. Xi nos ayudó muchísimo y ahora empieza una etapa vinculada a nuestro comercio exterior y a las inversiones de ellos en la Argentina. Aquí estamos sumando. Nuestra diplomacia es amplia y sólo busca una mejor inserción del país”, aseguró un miembro del gabinete que escuchó todo el diálogo que unió Olivos con Beijing.
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