Para el fiscal hay prueba suficiente de un delito que tiene como condena hasta diez años de prisión
Tras cinco postergaciones y una audiencia de más de cuatro horas, Pablo Moyano, titular de Camioneros y vicepresidente de Independiente, quedó al borde del juicio oral como presunto organizador de una asociación ilícita junto a la barra brava del club. Es que a diferencia de lo que públicamente había prometido, el gremialista se negó a declarar y tampoco pidió medidas de prueba que puedan cambiar la dinámica de un proceso que da la sensación de que lo sentará más temprano que tarde en el banquillo de los acusados. Según pudo confirmar Infobae, el fiscal a cargo de la investigación, Sebastián Scalera, tiene previsto incluir la próxima semana en el proceso las pericias contables e informáticas pendientes e inmediatamente después mandar a Moyano a juicio. ¿Puede su abogado Daniel Llermanos meter recursos judiciales para que esto no prospere? Puede, pero hasta ahora la Cámara le ha dado la razón en todo al fiscal y no parece que vaya a cambiar de criterio justo ahora.
La audiencia, que estaba fijada para las 10:30 de la mañana, comenzó recién a las 11 y aunque estaba prevista de manera presencial se hizo en forma remota porque Moyano adujo problemas de salud. Y fue muy extensa aun cuando no se escuchó su palabra porque hubo dos recesos de media hora por problemas de conexión y porque la fiscalía debió leer toda la imputación y las pruebas colectadas en un expediente muy voluminoso. Llermanos objetó que no sólo debían informarle sobre los elementos de prueba sino también explicarle cada uno de ellos, lo que llevó a un cruce picante entre las partes porque el fiscal aseguró que el expediente estaba a la vista de la defensa desde enero de 2018 y que nunca se preocuparon por ver qué tenía ni pedir medidas para intentar refutar la acusación. La jueza Brenda Madrid, que se encargó de controlar la audiencia, medió en los momentos más ríspidos optando por que la indagatoria siguiera adelante y sin dar lugar a ninguna chance de postergarla otra vez.
En esta circunstancia y viendo cuál ha sido la estrategia de la defensa hasta el momento, es muy probable que el letrado, a quien Infobae intentó contactar infructuosamente, intente nulificar la audiencia asegurando que la imputación fue vaga, indeterminada, que no le explicaron el rol exacto de su defendido ni que hubo constancia fehaciente de los presuntos delitos cometidos. Pero, se insiste, en lo que hace al resto de la dirigencia de Independiente ya elevada a juicio, cuando se hicieron planteos similares, la Cámara no los aceptó. Para el fiscal hay prueba suficiente de un delito que tiene como condena hasta diez años de prisión.
Entre las cosas que se le imputan a Moyano en particular y a la asociación ilícita en general está el haber presionado mediante la violencia al ex presidente Javier Cantero para que renunciara. Por esta gestión la barra habría obtenido el financiamiento para ir en plan all inclusive al Mundial de Brasil, la entrega de carnets de socios en forma gratuita para que ingrese toda la barra y de tickets para la reventa en cantidades siderales (los titulares de la empresa que los confeccionaba, Integradores SA, declararon que se los daban a la barra por orden del club), haber organizado los viajes de los violentos a los partidos del interior por la Copa Argentina y del exterior por la Copa Sudamericana y también que las pertenencias de Los Diablos Rojos se guardaran en un garaje del Sindicato. En esta causa ya están elevados a juicio Héctor Yoyo Maldonado, secretario general del club, tesorero histórico de Camioneros hoy a cargo del área Turismo del gremio, y Noray Nakis, ex vice de la institución. Y también toda la plana mayor de la barra con Pablo Bebote Álvarez a la cabeza, varios de cuyos integrantes terminaron declarando como arrepentidos y señalando que nada se hacía sin la orden del Salvaje, como ellos dicen haber apodado a Pablo Moyano, seudónimo que aparece en muchas escuchas pero que el vicepresidente niega públicamente y que se esperaba que lo sustentara este mediodía en la indagatoria, aunque prefirió callar.
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