Sólo 44 casos de COVID-19 en el mundo, de casi 36 millones comunicados, han podido relacionarse directamente con contagios en el interior de aviones en pleno vuelo, defiende un estudio presentado este jueves por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Ello mostraría la baja incidencia de transmisiones, teniendo en cuenta que desde principios de año, pese a la paralización del sector en los meses de confinamiento, han volado 1.200 millones de personas, subraya en un comunicado la organización, que agrupa a casi 300 aerolíneas globales.
“Admitimos que puede ser un cálculo por lo bajo, pero incluso suponiendo que el 90 por ciento de los casos no se reportaran, supondría un caso por cada 2,7 millones de pasajeros”, señaló el asesor médico de la IATA, David Powell.
El experto añadió que la mayoría de los contagios se dieron antes del uso generalizado de mascarillas, recomendado por la IATA desde junio y obligatorio en muchas aerolíneas.
El estudio ha ido acompañado de simulaciones realizadas por expertos de Airbus, Boeing y Embraer que también concluyeron un flujo muy limitado del aire en las cabinas de pasajeros en los aparatos, lo que reduce la potencial expansión de un virus en ellas.
“Sumado al uso de mascarillas, que da una protección extra, hace que permanecer sentado en la cabina de un avión, próximo a otros, sea más seguro que muchos otros ambientes cerrados”, concluye la IATA.
Las aerolíneas presionan en las últimas semanas para que las cuarentenas, que han llevado a gran parte de la población a renunciar a volar en los próximos meses, sean sustituidas lo antes posible por pruebas rápidas de COVID en los aeropuertos, previas a los despegues, para reducir las cuantiosas pérdidas del sector.
La semana pasada, las aerolíneas estadounidenses American Airlines y United Airlines despidieron a 32.000 de sus trabajadores al expirar las condiciones del rescate al sector impuestas por el Gobierno de EE.UU.
American Airlines despidió a unos 19.000 empleados, mientras que United Airlines a más de 13.000.
Ambas compañías instaron al Congreso de Estados Unidos a aprobar un nuevo rescate para evitar los despidos. Sin embargo, las negociaciones entre demócratas y republicanos para aprobar un nuevo paquete de estímulo para hacer frente a la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus llevan meses encalladas.
El consejero delegado de American Airlines, Doug Parker, anunció que “como resultado” de la falta de acuerdo en el Congreso, la aerolínea iniciaba "el difícil proceso de despedir a 19.000 de sus trabajadores y dedicados colegas”.
Según CNBC, esta cifra representa el 14 % de la plantilla de la aerolínea, que tiene sede en Fort Worth (Texas).
Por su parte, United Airlines despidió a unos 13.000 empleados, casi 7.000 de ellos auxiliares de vuelo.