...luego de años en mi cabeza.
Si vamos a hablar de bocas con moscas o peces muertos, tenemos una lista considerable de personajes con no tan buenas intenciones que debieron mantener sus bocas cerradas. Por si las moscas y para no morir como un pez.
Y la irresponsable de todo fue “La Pandemia”. Que nos cansamos de repetir como loros…de “Pandemia nadie sabe” también nos gusta repetir “Estamos aprendiendo”. Una patraña tras otra, dado que al final de día, al mejor estilo argentinista de director técnico de selección, muchos dieron consejos, cantaron la posta si la más mínima vergüenza.
Se cansaron de criticar la política sanitaria nacional, los lineamientos aplicados, Ginés González García fue denostado y Alberto Fernández responsabilizado de haber elegido mal, no tan sólo al ministro de salud, sino también a su grupo de especialistas epidemiólogos. También todos, hombres de la ciencia. Argentinos. Que ad honoren, también sin saber de “Pandemias” se cargaron como correspondía la responsabilidad de asesorar y sugerir qué hacer día a día.
Resulta que hoy, este bichito atorrante y desconsiderado, de origen chino, regresa al viejo continente cómo “Matrix Recargado” y pone en jaque a la mayoría de los países que ya habían superado el primer embate con el saldo lamentable que todos conocemos.
Alemania, Francia, España entre otros desde hoy, vuelven a una fase 1 mucho más estricta que la anterior vivida. Sólo mantendrán en actividad los servicios esenciales y Alemania en ésta oportunidad no cerrará las escuelas que seguirán funcionando en la nueva normalidad, con todos los recaudos sanitarios. España inclusive implementó el toque de queda desde las 20 horas en todo su territorio.
El COVID-19 se comporta de diferentes maneras en diferentes y similares escenarios. No tiene una normalización preestablecida, que nos pueda indicar el camino a seguir y si bien en el país, los números generales aumentaron con el correr de los días, la conducción sanitaria y la aplicación de las sugerencias de nuestros epidemiólogos fueron las acertadas.
En nuestra provincia puntualmente, dónde también desde distintos actores sociales, desde el desconocimiento (cómo todo el planeta) sobre pandemia y con no tan buenas intenciones, aprovechando momentos de stress propios de la coyuntura agobiante del tener que tomar decisiones en el día a día, decíamos distintos actores sociales con no tan buenas intenciones se ocuparon de alarmar y provocar un descontento en la población.
Lo positivo en lo local fue que la población en general, que vio por un pariente o amigo cercano e inclusive vecinos, y aquellos que lo vivieron en carne propia, comprobaron que las atenciones jamás se detuvieron, que las camas jamás faltaron que los respiradores fueron suficientes, que los hisopados nunca faltaron ni se cobraron en los hospitales públicos y, que cuando se tuvo alguna duda epidemiológica, con la humildad que caracteriza a los grandes, autoridades y sanitaristas solicitaron la colaboración de la Nación y juntos pudieron sobrepasar el mal momento.
Si algo debemos aprender del COVID-19 es que muta constantemente, se metamorfosea de acuerdo al escenario, es impredecible, y que no debemos descuidarnos. Mucho menos estar con la boca abierta por si las moscas. Ni hablemos del pez.
El infectólogo Doctor Claudio Strasorier, destacado especialista de nuestro medio, declaró ésta semana en el programa “De Qué se Trata” que “pareciera que el calorcito y clima riojano al COVID-19 no le estaría gustando” y que podríamos estar pasando por una disminución de casos. Que las estadísticas marcan un pronunciado descenso en la solicitud de hisopados por parte de la población.
Pero también aclaró, que no debemos perder la objetividad de estar en una Pandemia, que regresó en otros países del mundo al regresar el otoño y que puede ser un escenario a imitar en Argentina al finalizar el verano e ingresar en el otoño local.
Strasorier habló de olvidarse de los festivales e inclusive de la tradicional “CHAYA”, la recomendación del especialista es “No realizar la Chaya ni festival alguno”.
Ah me acordé de otra metáfora de Leandra…”No siempre el que calla otorga”…
a veces es por vergüenza ajena.