15 NOV | 10:56

Perdimos todos…Pero, no perdimos todo

La Víctima-Las futuras víctimas-Los concejales-Los concejales que creen haber ganado-Los que luchamos a diario en contra de la violencia hacia la mujer-La mujer-El hombre-La Sociedad-La Política...Por Carlos Scagnolari
...-La calidad de vida- El Orgullo de pertenecer-La democracia-Los que trabajamos para construir una sociedad mejor-Mis amigas y mis amigos.
 
 
La víctima, perdió el respeto de una institución del Estado. La víctima fue violentada por lo menos en dos oportunidades, por el supuesto agresor denunciado y por el Estado que permaneció impávido, mientras se violentaba minuto a minuto con perversa insistencia una y otra vez, en cada grito, en cada gesto, en cada acto de indefensa, a la que fue sometida. 
 
 
Las futuras víctimas, que, si en la actualidad padecen alguna violación a sus derechos, si son maltratadas, violentadas en sus hogares, violadas en las calles, sometidas en sus trabajos, el estado de indefensión, de reconocer que, si recurre a las instituciones del Estado, puede ser como no…, que se dé vuelta la moneda en el aire y quedar expuesta (seguimos con el verbo femenino dado que estamos hablando de “La Víctima). El Estado les puso una mordaza en la boca.
 
 
Los concejales, a la institución como tal, la trapearon de la más burda manera, cualidad y talante. La institución no supo ni pudo incorporar la dimensión del otro, la visión del prójimo. No pudo diferenciar entre el blanco y negro. No pudo ser empática ni empático, con el sufrimiento del ser humano. La fría insensibilidad de sus mudas paredes, dejó al desnudo su putrefacción. 
 
 
Los concejales que creen haber ganado, defendiendo espurios y circunstanciales intereses coyunturales. Los que no pudieron resistir a la oscura tentación de lograr la mayoría, contra viento y marea. Caiga quién caiga, perdieron autoridad.  Padres, madres, hijos, hijas, hermanas, hermanos, tíos y tías…mancillaron sus nombres.  Ellos mismos cerraron sus bocas hacia el futuro. 
 
 
Con gritos ensordecedores, haciendo callar a las mujeres del propio espacio y ajenas, donde trabajan todos los días, con violencia manifiesta, atropello, haciendo prevalecer la ley del más fuerte, sin tapujos, sin vergüenza, imponiendo el miedo como patrón de conducta, avasallante, delante de toda la prensa, cámaras y micrófonos, demostrando la impunidad con la que se manejan. El que grita más ensordece al otro, no debate, no experimenta el intercambio de ideas, Los que no tienen argumentos gritan para ensordecer. Para callar al otro. 
 
 
*León Felipe en su poema “Hay dos Españas” le habla a Franco y le dice: “Franco; es tuyo el Salmo y la espada fratricida, pero yo me llevo el canto” Y cómo vas a hacer para levantar la cosecha si yo me llevo el canto? 
 
 
Los que luchamos a diario en contra de la violencia hacia la mujer, perdimos una batalla. Todo lo que vinimos haciendo y diciendo, lo tiraron al tacho en unos breves minutos de libídine política. Intentaron situarnos dentro de la “indefensión”.  
 
 
Sí. Perdimos todos. Pero no perdimos todo. 
 
 
El rédito de la ganancia de hoy, es la hipoteca de su futuro. Aquellos que hoy, creen haber ganado, empeñaron su futuro.
 
 
No hay espacio en ésta nueva sociedad que se está gestando para aquellos que no entienden que debemos respetar a nuestras mujeres. Aquellos que no entienden que los hombres llegamos a este mundo únicamente a través de una mujer al darnos la vida y su camino de heroína no puede ni debe ser truncado por un puño.  La sociedad no se olvidará de los nombres que intentaron dejarnos expuestos cómo inservibles luchadores, trovadores inclusive de una sociedad mucho más equilibrada.  
 
 
El trabajo que venimos realizando, rodeados de amigas y amigos que creemos, sentimos y pensamos una sociedad de igualdad, es tan importante que no puede ser avasallado. Su raíz sigue vida. 
 
 
Cuento con infinidad de amigas y amigos con buenas intenciones y me consta de su denodada labor a diario, de todos los días, reconstruyendo todo lo necesario, con dolor, con alegrías y con la sabiduría y fortaleza que te da el altruismo. Diputadas, diputados, funcionarios/as, trabajadoras silenciosas, que no puedo dar nombres porque la peor injusticia sería olvidarme de alguno de ellos. 
 
 
Una reconstrucción que es dolorosa en el inicio, pero es un alivio mientras se va desarrollando. Esto es entre hombres y mujeres. Entre mujeres y hombres por igual. El trabajo descomunal y denodado que realizan desde distintas filas del Estado en general, pero puntualmente quienes buscan modificar desde adentro de un Estado patriarcal y machista, no puede quedar manchado. No es justo. No considero justo que ésta acción descabellada, tape la boca a muchas compañeras y compañeros que trabajan para lograr una vida mejor.   
 
 
Hace poco tiempo la sociedad riojana en particular, comenzó un camino, con gritos de dolor, con lágrimas en sus ojos, y desde hace apenas menos de un año atrás, el Estado riojano aportó todas sus estructuras. Generó políticas de género aplicadas transversalmente en toda la sociedad. Hoy, nadie está sólo.
 
 
Y yo me pregunto nada más…es justo que una nube nos tape el sol? Quizás, tan solo por un momento, pero el sol no puede ser tapado por una nube. Esto fue tan sólo una piedra en el camino. Una piedra importante pero tan solo eso una piedra. No le demos más relevancia. Perdimos todos, pero no perdimos todo. Hay una población de hombres y mujeres que espera del Estado una visión mejor, inclusiva, igualitaria, humanitaria. 
 
 
Bajo ningún punto de vista perdimos todo, “tenemos el canto”. Amigas, amigos, a levantar la cabeza y seguir trabajando en defensa de los derechos de la mujer, de nuestra madre, de nuestra abuela, de nuestra hija, de nuestra compañera.
 
 
 Yo me merezco vivir en una sociedad mejor y tengo el canto. Lejos estamos de haber perdido todo. 
 

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