25 NOV | 18:40

A un año de la denuncia, la causa por abuso contra José Alperovich avanza a paso lento

Como hay dos acusaciones -una en Tucumán y otra en la ciudad de Buenos Aires-, la Corte Suprema debe definir qué juzgado tendrá competencia en el caso. Qué dice cada una de las partes. Por Eduardo Menegazzi
Hace poco más de un año, el 22 de noviembre de 2019, la provincia de Tucumán se vio sacudida por una denuncia contra el senador José Alperovich por abuso sexual agravado en perjuicio de una sobrina segunda del ex gobernador tucumano. Y el escándalo creció a nivel nacional cuando el legislador debió alejarse de su cargo. La causa, a pesar del tiempo transcurrido, no avanza porque la Corte Suprema de la Nación aún no determinó cuál juzgado tendrá competencia en este caso. Hay dos causas en curso (una en la provincia norteña y la otra en Buenos Aires), dos jueces actuantes, pericias inconclusas, una contradenuncia de Alperovich que fue rápidamente desestimada, un cambio de juez en Tucumán en octubre. Pero casi ninguna resolución concreta.
 
 
La denunciante, una joven de 29 años quien trabajaba como asesora de Alperovich en el Congreso Nacional, publicó el domingo una carta para exponer estas indefiniciones de la Justicia. Desde el lado del que fuera gobernador tucumano durante 12 años, entre 2003 y 2015, también reclaman por una resolución pronta de la Corte antes de la feria judicial de enero. “Queremos que se esto se resuelva lo más pronto posible”, esgrime su abogado defensor, Mariano Cúneo Libarona.
 
 
Dónde se investigará a Alperovich, actualmente con licencia en su cargo como senador nacional al menos hasta el 31 de diciembre, es un tema central en esta historia. La joven que denunció el hecho lo hizo primero en su provincia y luego también en Buenos Aires porque, según ella, hubo episodios de violencia sexual, física y psicológica, en ambos lugares.
 
 
En Tucumán el primer juez que actuó fue Facundo Maggio, quien se declaró incompetente y pidió que la causa se trasladara a Buenos Aires. Algo similar ocurrió con Osvaldo Rappa, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional número 35, en diciembre, quien también se excusó. Por eso en enero de este año se realizó una audiencia pública en la que el juez Enrique Pedicone, de la Cámara de Apelaciones tucumana, determinó que la causa siga adelante tanto en uno como en otro lugar hasta que la Corte defina la competencia. Este fallo lo frenó el nuevo juez que asumió en octubre en Tucumán en reemplazo de Maggio, Raúl Armando Cardozo, que suspendió de oficio los plazos procesales que se seguían en la provincia, basándose en una Acordada de la Corte Suprema provincial que regula el accionar de los Tribunales mientras dure la pandemia de Covid-19.
 
 
 
“Sigo esperando, día a día, respuestas, investigaciones serias, medidas, justicia. Y mientras espero, acumulo demoras poco profesionales. Y mientras acumulo esas demoras miro a mi alrededor y advierto que ni el horror que me tocó vivir, ni los infiernos que atraviesan miles de mujeres y niñas son suficientes para que traten las causas con la responsabilidad y debida diligencia que merecen”, contó la denunciante en su carta pública en la que enfatiza el lento desempeño de la Justicia. En la causa radicada en Buenos Aires, donde interviene el fiscal Santiago Vismara y también la UFEM (Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres), a través de Mariela Labozzetta, se les tomó declaración testimonial a 6 testigos y también se hizo una inspección ocular en junio en el departamento de Alperovich en Puerto Madero.
 
 
La sobrina del ex gobernador, quien sostiene que los hechos denunciados ocurrieron entre diciembre de 2017 y mayo de 2019, declaró ante la fiscal tucumana María del Carmen Reuter durante 4 horas –donde también ya brindaron su testimonio alrededor de 30 testigos- y luego otras 5 horas ante el juez Rappa, en dos instancias de ratificación.
 
 
Por su parte, desde la defensa del ex mandatario provincial, el abogado Cúneo Libarona le aseguró a Infobae que su defendido “recibió una condena pública, social, mediática tremenda”. Y agregó: “Nosotros pedimos e impulsamos que se realicen todas las pruebas para demostrar que Alperovich es inocente. Más que nadie él quiere que esto se esclarezca. Le da lo mismo que sea en Tucumán o en Buenos Aires pero el daño que se le causó es enorme”.
 
 
La defensa también sostiene que el avance de la causa se detuvo porque la denuncia se radicó en dos jurisdicciones diferentes. “Son los mismos hechos en un lugar y en el otro”, afirma Cúneo Libarona aunque desde el lado de la denunciante se diga lo contrario. El abogado también remarcó que “es extraño que a mi cliente nunca lo hayan citado a declarar como imputado”. Además, dijo que se pidieron pericias médicas y psicológicas a la denunciante que no se pudieron efectuar por la pandemia.
 
 
Milagro Mariona, vocera de la sobrina de Alperovich, consultada por este medio sostuvo: “Esta causa es un fierro caliente porque hay involucrada mucha gente poderosa. Nosotros queremos que se nos escuche, estamos muy preocupadas porque nos sentimos desprotegidas y abandonadas por el Estado. La violencia de género sigue aumentando y la Corte Suprema no define dónde se desarrollará la causa”.
 
 
El 26 de mayo, el bloque del Frente de Todos en el Senado le extendió por tiempo indefinido la licencia a Alperovich.
 
 
Alperovich, quien tiene 65 años, estaba de vacaciones en Miami cuando se conoció la primera denuncia en Tucumán. El 25 de noviembre de 2019 pidió licencia sin goce de sueldo en el Senado. El 4 de junio intentó volver a su banca en la Cámara alta pero se encontró con una firme posición de sus colegas, los pertenecientes al oficialista Frente de Todos pero también al bloque opositor, quienes decidieron extendérsela por otros tres meses hasta que se aclarara su situación judicial. Finalmente, el 24 de agosto, el senador tucumano solicitó que esa licencia se extendiera hasta fin de este año. El legislador cuenta con inmunidad de arresto por los fueros parlamentarios que le conceden los artículos 68, 69 y 70 de la Constitución Nacional, que le impiden a otros poderes del Estado “acusar, molestar y detener” a los representantes del Congreso por razones políticas.
 
Entre las primeras reacciones tras la denuncia, Alperovich difundió en su cuenta de Twitter el nombre de su sobrina. Luego su hijo Gabriel, su hija Sara –legisladora provincial- y su esposa, la ex senadora nacional Beatriz Rojkés, también lo defendieron y lo apoyaron desde las redes sociales. Después, lentamente, el ex gobernador fue corriéndose de la escena. En enero presentó una contradenuncia contra su pariente de más de 300 carillas que fue rápidamente desestimada por la Cámara de Apelaciones provincial. Allí se hacía mención a una teoría conspirativa que habrían alentado algunas personas que no comulgaban con sus ideas políticas.
 
Alejado de quien fuera su delfín político en la provincia del norte argentino, el actual gobernador José Manzur, recién en julio Alperovich posteó una foto en uno de sus campos rodeado de vacas. La intensa actividad en su cuenta de Instagram cuando en 2019 intentó ir nuevamente por la gobernación tucumana (terminó en el cuarto lugar entre cuatro candidatos) pasó a ser cada vez más esporádica. Y evita mostrarse públicamente, recluido en una de sus residencias.
 
infobae.com

DEJANOS TU COMETARIO


COMENTARIOS