Noviembre fue un mes plagado de fenómenos astronómicos éste 2020: lluvia de estrellas, conjunción planetaria y un extraordinario eclipse lunar penumbral marcaron la agenda. Y ahora se despedirá con una asombrosa y vistosa luna de castor, también denominada luna fría, helada, de invierno y de roble y un magnífico eclipse.
Desde la Antigüedad, los eclipses han despertado la fascinación del ser humano. A lo largo de los siglos, distintas civilizaciones intentaron explicar estos fenómenos astronómicos a través de mitos y leyendas. En la cultura china se atribuían a ataques de dragones celestiales. En los años de la polis griega se creía que eran producidos por el poder del Dios Zeus. Y en las crónicas de los primeros reyes de Babilonia, se narró que un gran fuego consumió el cielo.
A pesar de que hoy conocemos la razón científica que hay detrás del evento, su belleza nos sigue cautivando. Y por eso, muchos quieren contemplar el eclipse de Luna que ocurrirá en la madrugada de este lunes 30 de noviembre.
La luna de noviembre no vendrá sola: la acompañará un eclipse lunar. ¿Cuándo? En la madrugada del 30 de noviembre, se dará lugar en el gran anfiteatro que es el Cielo el último eclipse penumbral de Luna del año. Para los internautas curiosos, el fenómeno se transmitirá por el sitio Timeanddate.
El cuerpo celeste estará en su máxima plenitud por solo un momento, el lunes, a las 9:30 UTC, (en Argentina 3 horas menos) pero parecerá llena durante tres días: desde este domingo por la mañana hasta el martes por la mañana.
De acuerdo con la NASA, este fenómeno se verá durante toda la noche en América del Norte, Centroamérica y una parte de la zona nororiental de Asia. Cabe recordar que la pasada noche del 31 de octubre, fue una noche especial, pues una colosal Luna Azul se elevó en el horizonte y adornó la noche de Halloween que en este 2020 se tornó muy diferente por la pandemia del COVID-19.
Qué es un eclipse penumbral
Los eclipses de Luna ocurren cuando el Sol, la Tierra y nuestro satélite se alinean. La Luna atraviesa entonces la sombra de nuestro planeta, que está dividida en dos partes: la umbra y la penumbra.
“Resulta que la sombra de la Tierra tiene dos componentes, un componente que se llama la umbra, que es la parte más oscura de la sombra, y otra parte que es más tenue, que se llama la penumbra, y que está alrededor. Son como dos conos: uno interno que es la umbra, y otro externo que es la penumbra”, indicó a Infobae el doctor Raúl Mújica, astrónomo del INAOE y miembro del Comité Nacional Noche de las Estrellas de México.
Dependiendo de qué zona de la sombra atraviese la Luna, existen tres tipos de eclipse: total, parcial y penumbral.
“El eclipse total se produce cuando el satélite se mete en la umbra; entonces generalmente la Luna cambia de color y se ve roja, porque la sombra de la Tierra tiene ese color. Por eso algunos la llaman Luna de Sangre”, explicó Mújica García.
“Un eclipse parcial ocurre cuando la Luna pasa por la umbra pero no entra completamente, solo cubre una fracción del disco, entonces pues se ve digamos como mordida, se ve una parte oscura. Y hay un tercer eclipse que son los penumbrales, que es cuando la Luna solamente pasa por la penumbra, digamos la sombra más tenue”, precisó el experto.
De acuerdo al astrónimo, “el fenómeno que veremos en la madrugada del 30 de noviembre es un eclipse penumbral. Es decir, el satélite atravesará la penumbra: el cono exterior y más débil de la sombra de nuestro planeta. Por ese motivo, la superficie lunar se oscurecerá solo levemente, y el efecto será más difícil “de apreciar a simple vista”.
“La ventaja de los eclipses de Luna es que se pueden ver en casi todo el mundo, donde es de noche. Cuando sucede, lo vemos en todo el lado nocturno del planeta porque estamos parados en el objeto que produce la sombra. Ya que la Tierra produce la sombra, entonces el eclipse lo podemos ver en todos lados”,
Aunque siempre se recomienda observar el cielo desde lugares alejados de la contaminación lumínica, estos fenómenos pueden avistarse sin problema desde las grandes ciudades.
“Observar el cielo siempre es mejor en cualquier sitio oscuro, lejos de las luces de la ciudad, pero en estos eclipses en el caso de la Luna se pueden ver desde la ciudad. Ahora con la pandemia la sugerencia más bien es que suban a la azotea y que lo aprecien un ratito”, agregó Mújica García. “Lo podemos ver todo siempre que esté despejado, sin nubes. No causan daño a la vista, así que no necesitamos ninguna protección especial”.
Para ser testigo del eclipse, no es necesario contar con instrumentos profesionales de observación. No se requieren telescopios ni binoculares, y de hecho, se desaconsejan si queremos apreciar a nuestro satélite completo.
“Los telescopios generalmente lo que tienen es que su campo de visión es muy pequeño, entonces se utilizan para ver detalles, por ejemplo, en el caso de la Luna, que es un objeto muy grande en el cielo, con un telescopio podemos ver los cráteres, podemos ver un pedazo de la Luna [...] Un telescopio es un campo de visión que es más pequeño, entonces solamente vamos a ver un pedacito de la esfera. A algunos les gusta observar con telescopio los eclipses la Luna, pero, la verdad es que la belleza de estos es ver el objeto completo, a simple vista. Puedes contemplarlo con un telescopio, pero no van a ver algo espectacular en este caso”, aclaró el astrónomo.
En su opinión, la mejor manera de advertir el oscurecimiento de la Luna es tomar dos fotografías. Para capturar estas imágenes, aclaró, no es necesario ser profesionales y podemos hacerlo incluso con la cámara de nuestro celular.
“Es un poco difícil de apreciar la diferencia entre el eclipse penumbral y una Luna llena normal con un poquito de neblina por ejemplo. La sombra, la penumbra, es muy tenue, entonces el efecto del brillo de la Luna no es tan fácil de advertir a simple vista. Lo que estamos sugiriendo es que tomen una foto antes, y una foto durante el eclipse, y que después comparen las dos fotos. Si tomas en las mismas condiciones la foto, van a poder observar que hay diferencia en el brillo de la Luna”, aconsejó el doctor.
“Incluso hasta con teléfonos celulares se puede obtener, lo único que necesitamos es que de preferencia lo pongan en un trípode, en una base, y que configuren un poquito su disparador si es que pueden, pero ahora las cámaras son automáticas, y ya te miden el brillo, etc.”
Aunque se trata de una hora y de un día complicado, Raúl Mújica aseguró que merecerá la pena desvelarse y dirigir la mirada hacia la Luna.
“La hora no es la mejor la verdad, y además, el día, porque hay que empezar la semana. A lo mejor te vas a desvelar un poquito, pero yo creo que observar el cielo vale la pena. Observen desde el inicio, aguanten a ver si llegan a la totalidad, y después, al día siguiente, usen mucho café para estar en las clases en el trabajo, y todo”, concluyó.
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