...para sus problemas cardíacos. “Si hubiera estado en cualquier otra casa del mundo, hoy estaría vivo”, aseguró
Dahiana Gisela Madrid, la enfermera que estaba en la casa de Diego Maradona en el momento de la muerte del ídolo, quedó bajo la lupa de la Justicia por su accionar. En el marco de su estrategia de defensa, el abogado Rodolfo Baqué reveló detalles hasta hoy desconocidos de los últimos días del astro en el domicilio del barrio privado de San Andrés.
El letrado no sólo reiteró que el DT fallecido de Gimnasia se había golpeado la cabeza y no había recibido atención médica, sino que informó que en un cuaderno de comunicaciones interno que completaban todos los enfermeros se consignó que el 19 de noviembre Maradona había presentado un cuadro de taquicardia. Un día después, sus pulsaciones cardíacas en reposo llegaron a 115, cuando cualquier persona en condiciones normales debería tener cerca de 80. Pese a estos datos que indicaban que algo no estaba bien, ninguno de los responsables de la salud del “Diez” adoptó medidas.
Esas anotaciones se transformaron en un elemento trascendental de prueba en la causa judicial que se instruye en San Isidro.
“El efecto colateral o secundario de la mediación psiquiátrica que le daban era acelerar el ritmo cardíaco. Cualquier persona con problemas de corazón debe tomar una pastilla todos los días de su vida para tener 80 pulsaciones por minuto en reposo. A Maradona nunca se le suministró esa medicación: ni en sus últimos días, ni antes, cuando estaba en condiciones normales”, describió.
Baqué apuntó contra el neurólogo Leopoldo Luque y contra la psiquiatra Agustina Cosachov, a quienes señaló como “los responsables” del “homicidio culposo” del ídolo. “La Justicia deberá determinar si hay dolo eventual”, describió. Y analizó: si el paciente o el entorno no permitían cumplir con los cuidados que ameritaba el cuadro, deberían haber renunciado o alertado de lo que sucedía ante la Justicia.
A la misma hora, la casa y el consultorio de Cosachov eran allanados. Lo mismo sucedió con Luque el fin de semana pasado.
De confirmarse los dichos de Baqué, Maradona se encontraba en una situación de abandono médico. Infobae reveló ayer que los investigadores sospechan que el control profesional era deficiente y que en el barrio privado de Tigre había un “descontrol total”.
Con total crudeza, el abogado acompañó esta hipótesis. Dijo que el campeón del mundo ni siquiera tenía un baño cerca de su habitación y se hubiera salvado en cualquier casa del mundo –ya sea en Villa Fiorito o en Dubai, ejemplificó– porque cualquier persona hubiera alertado a un médico o hubiera trasladado al futbolista a una clínica al ver las condiciones en las que se encontraba el paciente. También se preguntó por qué lo habían mudado desde su última residencia, en Brandsen, donde tenía un sentido de pertenencia y estaban todos sus artículos personales.
“Yo hago estas preguntas: ¿era difícil tener una ambulancia en la puerta de la casa tratándose de Maradona?, ¿era difícil llevarlo a una clínica aunque sea en un auto cuando se cayó y se golpeó la cabeza? Es fuerte decir que lo dejaron morir; yo lo digo al revés: Maradona hoy estaría vivo si hubiera estado en cualquier otra casa”, reiteró.
El defensor contó que su defendida, la enfermera Madrid, no tenía autorización para ingresar a la habitación de Maradona. Por eso, cada vez que debía suministrarle medicación, se la entregaba a Maxi Pomargo, representante y acompañante del ídolo en la casa de San Andrés.
“Hay elementos que, por respeto al ídolo, me voy a guardad de emitir comentarios, pero ya se enterarán por otro lado. Yo no sé si era un paciente psiquiátrico, pero había momentos en los que estaba desconectado de la realidad, quizás por las drogas que tomaba. Cualquier persona que conozca a un adicto, sabe que quien quiera tomar cocaína o alcohol se termina alejando de su círculo íntimo y busca el conflicto”, describió.
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