...en el Caso Cuadernos fue leído en el mundo judicial como una señal. Una señal de que hay jueces que resisten a los embates del cristinismo para conseguir mejorar la situación judicial de ex funcionarios kirchneristas, entre los que se encuentra la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández.
Los jueces Diego Barroetaveña y Daniel Petrone confirmaron la validez de lo que declararon los arrepentidos ante los fiscales del Caso Cuadernos: Carlos Stornelli y Carlos Rívolo. Esos testimonios fueron la llave para procesar y enviar a juicio a decenas de ex funcionarios y empresarios que participaron del entramado de coimas y negocios entre 2003 y 2015.
Hay en ese caso varias clases de arrepentidos. La primera la integra Oscar Centeno el ex chofer de Roberto Baratta quien escribió los cuadernos donde detalló las coimas. Están los empresarios que pagaron las coimas y confesaron el delito. Está Ernesto Clarens, financista, que confesó haber cambiado coimas en pesos por dólares y habérselos entregados en bolsos a Daniel Muñoz, secretario de los Kirchner. Y están los ex funcionarios kirchneristas como José López o Claudio Uberti que dijeron que recaudaban coimas en sus respectivas áreas. De haberse caído los testimonios el Caso Cuadernos habría sido volado por los aires. Y con la implosión se habría caído la acusación que pesa sobre el kirchnerismo de haber organizado un sistema de recaudación de coimas en varias áreas del Estado que administraron durante 12 años.
El voto de Barroetaveña y Petrone –Ana María Figueroa votó a favor del planteo de inconstitucionalidad- fue leído en clave de resistencia, algo que no suele suceder muy a menudo en los edificios judiciales.
La petición de inconstitucionalidad de los testimonios de los arrepentidos llegará, sin dudas, a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Una cosa es si la Corte recibe un caso validado por todas las instancias inferiores y otra bien diferente si el testimonio de los arrepentidos hubiera sido puesto en duda por la Casación. La Corte tendrá la última palabra en este caso. Y antes deberá consultar la opinión no vinculante de quien encabece la Procuración General de la Nación.
La de Casación no fue la primera señal que partió desde los Tribunales hacia la Casa Rosada y especialmente hacia la presidencia del Senado. El fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre el traslado de tres jueces federales fue leído en el mismo sentido. La Corte primero aceptó el per saltum lo que le imprimió a la resolución del caso una velocidad poco característica de las decisiones judiciales. Luego ratificó a Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi en sus cargos de la estratégica Cámara Federal porteña hasta que se concrete el concurso para ocupar esas vacantes. El kirchnerismo tenía los candidatos listos para ocupar los cargos. Pero ahora deberá esperar el resultado del concurso. Algo análogo resolvió la Corte en el caso del juez de Tribunal Oral Germán Castelli quien fue repuesto en su cargo en el Tribunal Oral Federal 7 que tiene a su cargo nada menos que el juicio por el Caso Cuadernos. El kirchnerismo los quería afuera de los tribunales que ocupaban pero la Corte los mantuvo. De manera provisoria pero los mantuvo.
En los primeros dos casos las señales de resistencia fueron dadas por dos fallos. Uno de la Corte y otro del tribunal federal penal más importante del país. Pero esas no fueron las únicas.
Hubo otra señal de los últimos tiempos que marca cierta posición de resistencia de integrantes del sistema judicial a los deseos del Poder Ejecutivo. Esta vez no fue un fallo, sino una carta.
Cerca de ochenta fiscales de distintos fueros e instancias se opusieron a las modificaciones para elegir al Procurador y para juzgar a los fiscales nacionales y federales que propuso el cristinismo en el Senado. Lo hicieron mediante una carta que le enviaron al senador cristinista Oscar Parrilli en la que se manifestaron en contra de las modificaciones que el oficialismo introdujo para modificar el modo de elección de quien encabece la Procuración General de la Nación. La media sanción de la ley que obtuvo el oficialismo en el Senado no parece que se replique en la Cámara de Diputados. Los fiscales hicieron escuchar su reclamo.
De a poco se suman señales de resistencia contra la embestida del kirchnerismo en los tribunales que se puede caracterizar como un “vamos por todo” judicial.
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