Las fiestas suelen tener el poder de atraparnos en miles de sentimientos. Incluso muchos, después de haber dejado la infancia, todavía creemos en la magia de su celebración. Sin embargo, en medio de la pandemia, y cuando los científicos son los que dominan las decisiones, las fiestas se apartan de este espíritu para convertirse en el gran “evento de propagación”.
La sensación de una relajación en estas fechas, acaba de sufrir un golpe duro con las noticias acerca de variantes mas virulentas del COVID-19. El mundo se preparan para transitar las celebraciones en medio de distintos niveles de restricciones o bloqueos. Además, la lenta llegada de las vacunas es un llamado brutal para tener paciencia.
El propio presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, tuvo un pronóstico sombrío sobre los meses venideros en el país más poderoso y más castigado por el virus: “Los días más oscuros en la batalla contra la pandemia del coronavirus “están por delante, no detrás de nosotros”
Con adelantos científicos y no políticos, los expertos instan a prepararse para meses complicados, y si es necesario a prórrogas en los procesos de restricciones para tener la situación bajo control. Los especialistas temen que la Navidad se convierta en un acontecimiento que provoque otra nueva ola.
La tregua de fin de año no llegó
Europa y Estados Unidos están nuevamente con severos bloqueos las últimas semanas. Negocios cerrados y eventos cancelados. El pedido de las autoridades sanitarias es que los contactos deben evitarse en la medida de lo posible. Hay bloques y toques de queda nocturnos. Pero incluso ahora, muchos expertos están adelantando una extensión dura de las medidas contra el COVID-19.
El profesor Christian Hesse, director del departamento de estadística matemática de la Universidad de Stuttgart, hizo ensayos sobre las consecuencias post fiestas del virus. En su campo de investigación, el matemático ha analizado el azar y la probabilidad, como los procesos en los que la coincidencia, el caos o cualquier otra incertidumbre tienen un papel que desempeñar.
Con cifras récords de contagios y fallecidos en Alemania, actualmente uno de los países más afectados por incidencia de casos cada 100.000 habitantes, el experto realizó un análisis sobre las proyecciones de la propagación del coronavirus luego de las celebraciones de fin de año.
El especialista mostró cómo los bloqueos estrictos podrían funcionar desde un punto de vista matemático. Según Hesse, en términos puramente estadísticos, se necesitan aproximadamente “tres semanas de confinamientos duros para que el número de nuevas infecciones por COVID-19 se reduzca a la mitad”.
El 22 de diciembre, el Instituto Robert Koch de Alemania informó un valor récord de 197,6 nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes en una semana para Alemania. Uno de los objetivos del bloqueo actual es reducir la incidencia de 7 días por debajo del valor de 50, es decir, reducirla a un cuarto. Para los cálculos de Hess la probabilidad de que esta reducción se logre el 10 de enero “es muy pequeña”. Sus proyecciones “prolongan la cuarentena alemana hasta”, al menos, el 20 de enero. Esta cuenta puede repetirse en todos los países.
Las primeras navidades peligrosas
Según los estudios actuales, la propagación del coronavirus sigue la llamada ley de Pareto o Regla del 80/20. Para Hesse, “casi el 20 por ciento de los infectados causan el 80 por ciento de las infecciones”. Por lo tanto, para reducir el factor reproductivo en la pandemia de coronavirus, deben evitarse “los eventos de super propagadores”.
“Un evento de gran difusión mundial probablemente será la Navidad debido a la relajación permitida”, teme Hesse en una entrevista del diario alemán Bild.
Si bien cada contacto breve con una persona infectada no conduce a una infección segura, “habrá una gran cantidad de contactos y nuevas infecciones por navidad”, explica. El matemático agrega que “debido a las decenas de millones de contactos en interiores de hogares y a la ley de los grandes números” las probabilidades son altas.
El profesor de Stuttgart añadió la mentalidad de “estaré bien” de algunas personas, lo que contribuirá a multiplicar aún mas el problema.
Por su parte, el Public Health England, también hizo su propia advertencia. “Por cada día de libertad en las fiestas, habrá otros tantos días adicionales de restricciones estrictas”, adelanta.
La regla de 1 día de celebración por 5 de posterior cuarentena es la proyección que realizan los expertos británicos. En el caso de que no se cumplan las restricciones, o los gobiernos no las imponen, una semana de “fiestas”, puede significar un mes de prohibiciones para compensar el potencial daño.
El riesgo de los efectos inversos
Para evitar la ola de contagios, la locura por las tests. En vísperas de las celebraciones, laboratorios, farmacias y hospitales hacen frente a una demanda masiva de pruebas de detección de COVID-19. Las primeras señales están ahí. En la mayoría de los países, el número de pruebas antigénicas se duplica.
Antes de Navidad, ¿por qué no? Pero esto no es en absoluto una garantía. La gente corre el riesgo de estar menos alerta. Hacerse una prueba es una buena manera de garantizar la tranquilidad antes de ver a familiares y amigos, aunque no debe asumirse que una prueba es la condición para dejar todos las reglas de distanciamiento y gestos de barreras contra el Covid 19.
Mientras, y cuando varios países se aprestan o esperan las llegadas de las vacunas, los contagios diarios están volviendo a subir, semanas después de haberse creído que estaban aplanados. Los avisos de una nueva serie de restricciones duras recaen en varios países: desde cuarentenas domiciliarias en formatos más laxos, hasta el cese de la actividades comerciales no esencial, pasando por cierres de restaurantes e instalaciones de ocio y limitaciones a las reuniones sociales.
Con estos datos, y los “contratiempos” de las últimas noticias sobre las mutaciones, los expertos sugieren un agudo sentido de la responsabilidad, incluso en el momento de la temporada navideña. Cuanto más se respeten los gestos de barrera, más se controlan los comportamientos individuales, habrá más posibilidades de salir de esta tragedia colectiva.
Los científicos han multiplicado las alertas en los últimos días, como el presidente del consejo científico francés, Jean-François Delfraissy, quien advirtió, que el riesgo de una nueva ola post-fiesta “no es despreciable”, a partir de mediados de enero de 2021.
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