.... que ellos no tenían nada que ver. El mismo intendente Rodrigo B/D que vio aparecer cinco pancartas y 10 personas y salió a gritar “A nosotros nos eligió el pueblo y hacemos lo que el pueblo quiere”.
De chico en el barrio le decíamos… vos sabes no? Bueno a buen entendedor pocas palabras. Espero que el mismo pueblo le recuerde ante otra circunstancia que haga lo mismo.
Lo cierto es que el intendente no tiene ni la menor idea de los avances de la industria minera, mucho menos de los nuevos métodos que se utilizan. Se quedó en el tiempo con la imagen de cianuro y vaya uno a saber que mito más.
Un gobernante tiene que ser un estadista, tiene que trabajar todos los días para el bienestar de toda la gente, no salir corriendo a los gritos:” Cuidado que viene el lobo”.
Soy un convencido que el Estado está en condiciones de garantizar conjuntamente con la sociedad, una comercialización minera y cuidando lo más importante que tenemos en nuestra vida, que es nuestra casa.
Así como el Estado demostró eficacia al cuidarte en Pandemia, también es capaz de cuidar una comercialización minera extrayendo beneficios y cuidando el ambiente, nuestra casa grande.
El Estado es capaz. Lo demostró.
Hay una ruta del Litio. Todas las provincias que tienen la bendición de ser tocada por la ruta, por el triángulo del Litio están en etapas de exploración, menos La Rioja. Catamarca tiene la mayor inversión minera de la última década en el país.
La minera australiana Galan Lithium adquirió una nueva área en el proyecto de litio que lleva adelante en el Salar del Hombre sumado a los dos que adquirió en febrero a su proyecto en el salar catamarqueño.
La empresa minera FMC anunció una inversión de 300 millones de dólares para duplicar la actual producción de litio hacia 2019, en sus operaciones del yacimiento del Salar del Hombre Muerto, de la localidad de Antofagasta de la Sierra en la provincia de Catamarca.
Creo que se debería, seriamente hablar de proyectos mineros.
Sin fundamentalismos. Sin miedos. Sin intereses creados.
Hablar de minería moderna. No contaminante.
O por lo menos no más contaminante que la explotación vitivinícola de Chilecito.