No es la primera solución de este tipo, pero sería de las más avanzadas hasta el momento
Un método desarrollado en Hong Kong para escanear las retinas de niños de seis años y así detectar el autismo temprano o el riesgo de autismo
Un científico de Hong Kong ha desarrollado un método para utilizar la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático para escanear las retinas de niños de seis años y así detectar afecciones que se engloban dentro de los trastornos del espectro autista. Planean desarrollar un producto comercial este año.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 1 de cada 160 niños padece un Trastorno del Espectro del Autismo, es decir, aproximadamente el 1% de la población. El autismo es una condición neurológica que afecta al comportamiento de las personas, su interacción social y sus habilidades de comunicación y aprendizaje.
El escaneo ocular de la retina puede permitir la detección temprana y así anticiparse al tratamiento para los niños. Benny Zee es el profesor de la Universidad China de Hong Kong al frente de esta investigación.
“Es importante iniciar una intervención temprana cuando los niños todavía están creciendo, porque se están desarrollando. Hay una mayor posibilidad de éxito en los tratamientos“, dijo Zee.
Su método utiliza una cámara de alta resolución con un software que analiza una combinación de factores, incluidas las capas de fibras y los vasos sanguíneos del ojo. La tecnología se puede utilizar para identificar a los niños en riesgo de autismo e incorporarlos a los programas de tratamiento que se realizan de forma temprana para el trastorno del espectro autista (TEA).
Actualmente, el diagnóstico de TEA incluye afecciones que antes se diagnosticaban por separado, como el “trastorno autista”, el “trastorno generalizado del desarrollo no especificado” (PDD, por sus siglas en inglés) y el “síndrome de Asperger”. Hoy en día, a todas estas afecciones se las denomina trastornos del espectro autista.
La tecnología del profesor Zee se probó con 70 niños: 46 con autismo y un grupo de control de tratamiento previo de 24. Se pudo identificar a los niños con autismo el 95,7% de las veces. La edad promedio examinada fue de 13 años, siendo el más joven de seis años. Los hallazgos de Zee se han publicado en EClinicalMedicine, una revista de medicina.
Los especialistas en autismo, según publicó la agencia Reuters, apoyan esta investigación pero señalaron que hoy en día sigue existiendo un gran estigma sobre el tema, ya que los padres y madres suelen resistirse a creer que sus hijos tienen autismo incluso cuando hay signos claros.
Zee dijo a Reuters que su investigación está destinada a ser una herramienta complementaria a una evaluación profesional realizada por profesionales de la salud autorizados.
“Técnicamente, el autismo se puede detectar mucho antes de los 3 años. Es una cuestión de espectro, no de enfermedad. De hecho, hoy más apropiado que hablar de autismo es hablar de trastorno generalizado del desarrollo, que implica un montón de trastornos diversos, cuyo núcleo común es el trastorno general empático, algunos más, o menos, con deterioro intelectual. Precozmente, para cualquier familia todo lo que tenga que ver con el aspecto comunicacional es central, y eso se puede ver incluso en un bebé menor de un año: la sonrisa social, la interacción, la búsqueda de comunicación son signos que pueden marcar signos precoces de trastorno del espectro autista”, señala a Infobae Evangelina Cueto, pediatra y especialista en adolescencia.
Otras soluciones
El proyecto de Zee es hoy una de las tecnologías más avanzadas en la detección de autismo, pero también existen otras soluciones. Por ejemplo, se ha desarrollado un escáner ocular que también podría ayudar a identificar el autismo en los niños años antes de lo que es posible hacerlo hoy. Es un proyecto que podría comercializarse en el futuro, trabajo de la Universidad de Yale en Estados Unidos, University College London y Great Ormond Street Hospital en el Reino Unido, que se subió a las publicaciones Journal of Autism.
La exploración ocular no invasiva, en este caso, utiliza un dispositivo para encontrar un patrón de señales eléctricas sutiles en la retina que son diferentes en los niños en el espectro del autismo, que están directamente relacionadas con las diferencias en el desarrollo de su cerebro.
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