...observada desde varios ángulos; de acomodamiento, resistencia y reacción espasmódica. Mientras que en la provincia las políticas de género ya son políticas de Estado, la Nación recién en “éste mes de marzo” lo sugiere y pide con la firma del “Acuerdo Federal por una Argentina libre de violencias”.
Ya sabemos que cuando se crean comisiones y se firman acuerdos, “es sólo para llamar la atención y derivar los efectos dañinos de una realizad lacerante. Esperemos que en éste caso específico mis estimados y calificados lectores, deba a la brevedad retractarme.
En nuestra provincia…nos tiene que llenar de orgullo, de responsabilidad y de acción. Acción en su más fina estirpe. No es para nada fácil, ni para las mujeres, ni para los hombres y para la sociedad en su conjunto, emprender una reconstrucción social que incomoda, nos quita de la zona de confort, va contra nuestra cultura de miles de años, y atenta contra una cadena de mando donde se mezcla la supuesta pérdida de poder, actitudes rígidas y determinantes, mandatos de nuestras familias de base, históricas, exageraciones en algunos casos hasta mal intencionadas, y por lo general justas, inapelables, razonables y casi invisibles hasta el momento.
Pero por el momento, desafortunadamente y como ejemplo singular nada más, pareciera que: la igualdad “te la debo”. Solo en el 7% de los hogares argentinos la distribución de las tareas se comparte equitativamente entre mujeres y varones. Esto es tan solo el titular y la bajada de una nota que recomiendo leer. http://www.delinterior.com.ar/sitio/2018/noticia.php?id=12419
La construcción de una sociedad, debe ser de a dos. Indefectiblemente de a dos. O de a tres. O de a cuatro. También los binarios y no binarios. Pero no de un solo lado como fue hasta ahora y no debe ser ahora de la vereda de enfrente. En el medio de la calzada debemos encontrarnos todos.