El economista y académico Juan Carlos de Pablo se refirió a la delicada situación fiscal de la Argentina y las vulnerabilidades externas por el riesgo de un eventual incumplimiento de los multimillonarios compromisos de deuda con el Club de París y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Hay gran preocupación por el doble default de Argentina ¿Quién lo tiene? Los miembros del Club de París y del Fondo Monetario. Los argentinos, no parece... Lo del Fondo pinta para largo, no conozco a nadie que se le ocurra. Y lo del Club de París -de repente- se puede solucionar con esta nueva asignación de DEG. Esta propuesta que tienen algunos senadores de decir ‘che, no malgasten esta asignación de DEG pagando más deuda, compremos fideos para los pobres o vacunas’, si yo entiendo bien, no se puede hacer así“, dijo De Pablo en declaraciones a radio Mitre.
De Pablo estimó que en caso de default “probablemente haya un efecto más importante sobre las relaciones financieras que tienen algunos privados”
El DEG (Derechos Especiales de Giro) es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros. El valor del DEG se basa en una cesta de cinco monedas: el dólar de EEUU, el euro, el yuan chino, el yen japonés y la libra esterlina. El Banco Central argentino cuenta en reservas con el equivalente a unos USD 455 millones en DEG, pero en septiembre de este año podría recibir un extra de USD 4.354 millones por disposición del organismo que conduce Kristalina Georgieva.
“Lo que podés hacer es decirle a otro país miembro (del FMI): te cambio mis DEG por tu moneda o te cambio mis DEG por una deuda. Ambos países lo tienen que hablar con el Fondo Monetario, pero eso es factible. Lo demás me parece que no es factible. Alguien puede pensar que el dinero es fungible, entonces con lo que pensábamos pagarle al Club de París ahora podemos dedicarlo a otra cosa. Te doy un pequeño dato: no pensamos pagarle al Club de París. Acá no hay un ahorro en el sentido de decir que habíamos hecho el esfuerzo argentino para pagarle y como cayó este maná del cielo, entonces, ‘clinc, caja’. Este es un caso típico en el que la preocupación la tienen más los acreedores que los deudores”, comentó el economista.
Tenemos que bajar los miedos del argentino: no le compliques más la vida al ser humano concreto, que se levanta todos los días a ver cómo le encuentra la vuelta
En caso de un incumplimiento, De Pablo estimó que “no pasa nada” a nivel gubernamental, pero que “probablemente haya un efecto más importante sobre las relaciones financieras que tienen algunos privados argentinos con algunos privados del resto del mundo. Probablemente tenga que ver con la posición de títulos públicos que tienen algunos grupos financieros, aunque no soy un experto. La cosa directa por parte del Estado es nada, porque nadie está pensando en el Gobierno argentino está pensando que a raíz de la negociación va a entrar plata fresca”.
“Ahora, esto no quiere decir que no haya alguna importancia en acercarse de manera firme pero educada, una cuestión de estilo”, afirmó. “La mala lectura es: hagámosles un corte de mangas. La buena lectura es tengamos las conversaciones y tenemos que bajar los miedos del argentino, crear las condiciones y no le compliques más la vida al ser humano concreto, que se levanta todos los días a ver cómo le encuentra la vuelta, por el laburo y la energía que tiene que tener un empresario, además de la falta de demanda y las restricciones, los papeles, las cosas que le dicen, los miedos que le causan”, completó Juan Carlos de Pablo.
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