Educar es sostener vínculos, como hemos dicho tantas veces, por lo tanto debemos buscar estrategias que nos permitan personalizar y humanizar nuestras clases a través de la pantalla.
¿Cómo logramos desarrollar relaciones interpersonales a través de una cámara? Como siempre, la palabra claves es el vínculo.
Al dictar clases virtuales, vamos a tener que resignificar muchas cosas: el valor de la voz, de una mirada, de una postura...Vamos a tener que sentir la presencia del otro fuera de la presencialidad a la que estábamos acostumbrados.
Albert Gea
Algunos consejos útiles para humanizar nuestras clases y atravesar esas pantallas:
Estar presente. Sin duda, sentirnos cerca a pesar de estar lejos es nuestra mayor prioridad, y para eso debemos estar presente (de manera virtual, por supuesto). En la medida de nuestras posibilidades, si se puede, intentemos abrir la clase 10 minutos antes para saciar el deseo y la necesidad de socializar, vernos la cara, contarnos novedades... Dependiendo de la hora, podemos reunirnos antes y desayunar/merendar todos juntos. Si no podemos abrir antes la clase, tal vez quedarnos un ratito después para contestar dudas.
Si ves un alumno que no está bien, no dudes en invitarlo a quedarse un ratito después de que se hayan ido todos del zoom para conversar y, si es necesario, acompañar.
La clase
Nos dimos cuenta qué funcionaba, viendo qué no funcionaba. Algunos principios de las clases virtuales:
1. La enseñanza remota debe estar centrada en el alumno.
2. El vínculo es clave para que los alumnos puedan responder.
3. Se la debe usar para optimizar el aprendizaje. No es un sustituto del docente.
4. Nos debe ayudar a trabajar con el contenido de manera interactiva, significativa y relevante.
5. Debería, eventualmente, ayudar al alumno a desarrollar la autonomía y a ser aprendices de por vida. Fomentar la auto-regulación de los alumnos es clave para lograr que construyan aprendizajes.
6. Necesitamos de una variedad de recursos pedagógicos- no sólo enseñanza seguida de algún tipo de trabajo individual asincrónico.
7. Debe alentar la metacognición y la reflexión.
8. La retroalimentación cobra un rol predominante.
9. Los celulares en el aula son herramientas académicas, no sociales.
Las oportunidades de aprendizaje se desvanecen cuando los alumnos están aburridos. La clase debe ser interesante, para lograr involucrar a nuestros alumnos cognitiva y emocionalmente. Podríamos utilizar el mismo método de la clase invertida para nuestras clases virtuales. Esto es, los alumnos aprenden el contenido en la parte asincrónica, a través de un video corto, para luego utilizar la clase sincrónica, por zoom, por ejemplo para maximizar, capitalizar y potenciar el tiempo cara a cara. En vez de enseñar por zoom, ayudamos a los chicos a “aplicar” esta información, activando los aprendizajes.
No te olvides de la interacción: en tu secuencia didáctica incluí oportunidades de trabajo individual, en pares y grupos, La interacción es clave.
¿Con qué vas a terminar tu clase para dejarlos con ganas de volver la clase que viene? Podemos mostrar un videíto, hacer un anuncio, o un gancho motivacional que genere expectativa para la próxima clase. Puede ser un resumen de la clase de una manera inusual, una pregunta disparadora, un concurso, o lo que se nos ocurra. También podrías subir un video corto entre clase y clase para sostener la presencia y “vender” tu próxima clase.
Tristemente, muchos docentes ven como sus alumnos apagan sus micrófonos y sus pantallas para prestarle atención a cualquier otra cosa, menos a ellos. Estar involucrados significa hacer preguntas, involucrarse en los debates, pedir ayuda si la necesitan, mostrar curiosidad.
La empatía
Ponernos en el lugar del otro será, sin duda, otro paso fundamental. No debemos olvidarnos que no todos los alumnos pueden capitalizar el aprendizaje en línea.
Además de quienes no poseen dispositivos móviles o conectividad (los más afectados en la pandemia), tampoco se benefician de las clases virtuales quienes son muy dependientes del docente, no han podido desarrollar cierta autonomía, tienen una baja auto estima o baja confianza, quienes tienen trastornos de aprendizaje, cuestiones emocionales o no cuentan tal vez, con el apoyo de sus familias, entre otras muchas razones.
Podríamos preguntarnos, ¿qué necesitan mis alumnos para aprender? ¿Qué recursos tienen? ¿Cómo están? No es lo mismo aprender cuando tengo un espacio propio, sin distracciones y los elementos que necesito, que estar en el medio de la cocina, con mis hermanitos revoloteando y el perro ladrando. ¿Nos hemos tomado el tiempo de trabajar con nuestros alumnos cuestiones ajenas al contenido pero que sin duda ayudan a aprender mejor, como cuál sería el mejor lugar para tomar sus clases teniendo en cuenta sus realidades? ¿Trabajaste la alfabetización digital con ellos para que estén tranquilos manejando las herramientas de navegación, aplicaciones y demás? ¿Tenés un protocolo de clases virtuales que hable claramente acerca de qué se espera de ellos y qué no? ¿Leo las consignas antes de enviarlas para asegurarme que son claras? Anticipate, y ponete en sus zapatos.
La comunicación
¿Saben mis alumnos qué esperar de mí y de mis clases en las próximas semanas?¿Cuáles son sus responsabilidades?
¿Saben cómo serán evaluados?
¿He abierto canales de comunicación para que puedan evacuar dudas, conectarse, comentarme lo que necesitan?
¿Estás evaluando de manera formativa para ayudar a lograr los contenidos (versus para ver si lograron esos objetivos)?
¿Ya he mantenido una reunión con los padres para comentarles acerca de lo que se ha hecho y cómo vamos a continuar, evacuando dudas y generando confianza? Organizá un horario, aunque sea acotado, para estar online para consultas.
¡Las TUTORÍAS son tan importantes como las clases! Intenten desde la escuela trabajar con un sistema de tutorías antes de que tus alumnos caigan en un abandono pedagógico
La seguridad emocional
Prestá especial atención a las expresiones faciales.
¿Se sienten mis alumnos seguros en mi clase? ¿Pueden desplegar su potencial creativo y desarrollar su pensamiento crítico sin miedo a que los burlen? ¿Da mi clase un profundo deseo de pertenecer? ¿Estoy al tanto de cómo van avanzando mis alumnos con necesidades diversas, trabajando en equipo con sus maestras integradoras o equipo interdisciplinario, en caso de necesitarlo? Un aula sana es clave para que tus alumnos puedan llegar a su mayor potencial, y nosotros, como docentes, debemos velar por la seguridad emocional de ellos.
Mostrá con ejemplos:
En el aula no entregás una consigna por escrito. Por lo general, la explicás.
Los alumnos que están en sus casas no tienen la posibilidad de preguntar si no entienden nada en el momento, si estás trabajando de manera asincrónica. Por eso, es importante que expliques lo que buscás de una manera clara. Cuando les mostrás a tus alumnos cuáles son tus expectativas, no sólo se comprometen más sino que es más factible que logren los resultados esperados.
- Subí un video de un experto explicando el tema.
- Alentá a los alumnos a explicarse/enseñarse entre ellos.
- Mostrá con ejemplos.
- Escribí las consignas como si estuvieses hablando.
- Grabá un video muy breve- de dos minutos- para aclarar puntos relevantes.
- Mostrá algún ejemplo o trabajo excelente de un alumno y otro más flojo para demostrar qué esperás.
Aprender en un ambiente seguro
Se vos:
Me acuerdo que cuando escribí mi primer libro me obsesionaba con algo: que la gente que me conocía a través de mis talleres y cursos pudiera oírme al leerme. Hoy te pido lo mismo: sé vos. Atravesá esa pantalla con tu personalidad.
Escribí con calidez. En vez de: “aquellos alumnos que no hayan entregado sus trabajos no podrán rendir el examen final”, probá con un " yo sé que han estado con mucho trabajo así que les agradezco a todos los que han entregado sus tareas a tiempo. Si necesitan de mi ayuda, no dejen de avisarme así llegan bien preparados al examen”.
Mostrá tu lado humano. Grabate cada tanto, usá el humor, sonreí. Los chicos necesitan verte y oírte. Compartí experiencias, poné tu voz.
El clima:
De la misma manera que cuidamos nuestro hogar para que cuando venga alguien se sienta cómodo, intentá que la clase sea un lugar agradable y que de un profundo deseo de estar ahí. Cada día tratá de identificar quién no está participando como vos esperás y tratá de conectar de alguna manera con él. Diseñá algún sistema para ver quién no participa activamente de la clase.¿Te gusta estar en la clase con tus alumnos? ¿Te dan ganas de estar ahí? ¿te dan ganas de encontrarte con ellos igual a como te gusta estar en un aula física?
Si a vos, como adulto, te cuesta, y lo “padecés”, a tus alumnos les va a pasar lo mismo.
Mostrá tu compromiso y entusiasmo, cuidando el manejo del aula: tratá de alentar la comunicación entre los alumnos antes y después de la clase, alentá a tus alumnos, ayudalos a triunfar.
Ritos y rituales
Al generar ritos y rituales, generamos una identidad grupal que nos une, nos fortalecen como comunidad, nos refuerzan emocionalmente, y nos permiten hacerle frente a lo nuevo o desconocido con un sentido. Los rituales que tenemos en el aula tradicional, en muchos casos no pueden trasladarse al aula virtual, pero de acuerdo a la edad de tus alumnos, tenés diferentes opciones que te pueden servir....
** Algún ejercicio de mindfulness corto y grupal para iniciar la clase.
** Podés iniciar la clase con un mapa mental sobre lo que aprendieron la clase anterior.
** Pediles a tus alumnos de primaria que escriban sus emociones en su cuaderno/carpeta/chat. (Hoy es martes y me siento...porque...).
** Pueden intercambiar sus fotos de perfil en la plataforma por alguna imagen que identifiquen cómo están ese día.
** Pueden utilizar “pulgares” para contestar. Por ejemplo, a la pregunta de si está claro lo que estás explicando, un pulgar para arriba significa “sí”, para el medio “más o menos”, para abajo, “no”.
También cinco dedos (utilizando una escala de uno a cinco- uno para no entendí y 5 para “profesional del tema”. Después, podrías unir a los cinco con los uno para iniciar una red de tutorías. Después de todo, cuando uno enseña, ¡aprenden dos!
** Una vez por mes festejar todos los cumpleaños de la semana...
** Al terminar la clase pueden postear en el chat una palabra que les quedó resonando de la clase, una frase que los ayudó a entender el tema o una idea que se les ocurrió.
** Al término de la clase, pueden sacarse una foto grupal.
La idea es la de sentir que somos una comunidad. Somos un grupo y estamos acá unidos, a pesar de la distancia.
Y no lo olvides, dictar una clase virtual no es difícil. No es complicado. Es DIFERENTE. La clase virtual tiene otra lógica, otros ritmos, otros tiempos. De ninguna manera una clase virtual es una clase presencial a través de una pantalla. Hacé un buen uso de lo sincrónico, lo asincrónico, el trabajo autónomo individual y grupal. Tenés que hacerla tuya. Disfrutar de la experiencia. O como dirían los gauchos, hay que encontrarle el la´o pa´ montarse al caballo.
Y no olvides: imposible llenar la taza del otro si la nuestra está vacía. Cuidate. Diseñá rutinas, recreos y espacios para vos. A pesar de las imperfecciones, van a seguir pasando cosas maravillosas en tu aula, simplemente porque estás empoderando a tus alumnos, independientemente de dónde estén. Un gran abrazo a todos los docentes.
Laura Lewin es autora, capacitadora y especialista en educación. Es oradora TEDx y ha escrito numerosos libros, entre los cuales podemos destacar su más reciente libro, La Nueva Educación, de editorial Santillana (2020). Facebook: @LauraLewinOnline Instagram: @lauralewinonline