29 JUL | 18:26

El fin de las organizaciones como las conocíamos

Que el mundo está cambiando ya no es una novedad. La cuestión es qué vamos a hacer nosotros con ese cambio y cómo este impactará en nuestras vidas y nuestras profesiones. Por Jonatan Loidi
CEO del GrupoSet Latam y conferencista internacional
 
 
La agilidad, colaboración, asociatividad, resiliencia, adaptabilidad, se han transformado en las nuevas habilidades a desarrollar si se pretende subsistir (Getty Images)
 
 
Que el mundo está cambiando ya no es una novedad y que lo seguirá haciendo tampoco. La cuestión pasa, entonces por qué vamos a hacer nosotros con ese cambio y cómo este impactará en nuestras vidas y nuestras profesiones.
 
 
Uno de los ámbitos donde mayores cambios se perciben es sin dudas en la economía y los negocios. Las grandes corporaciones están en problemas y no logran adaptarse a la velocidad necesaria. La resistencia de los lideres y las estructuras son un ancla para lograr adaptarse y sobrevivir.
 
 
El reciente ranking de los más ricos del mundo en 2021 de la prestigiosa revista Forbes arroja un dato que no hace más que reafirmar el grado de cambios y tendencias sobre hacia dónde va el mundo. De los cinco más ricos, tres son parte de empresas que tienen menos de veinte años desde su creación: Jeff Bezos, Elon Musk y Mark Zuckerberg. La lista la completan Warren Buffett y Bill Gates. Las cinco empresas que lideran estos multimillonarios pertenecen a industrias de servicios. Este mismo ranking hace veinte años tenía todas empresas productoras de productos , bancos e industrias del petróleo.
 
 
Los flujos de información, de financiación y capital, el capital humano, marketing y ventas no tienen fronteras definidas, es algo así como todos contra todos en todos lados. La agilidad, colaboración, asociatividad, resiliencia, adaptabilidad, se han transformado en las nuevas habilidades a desarrollar si se pretende subsistir.
 
¿En qué mundo de los dos que te presentamos vives? ¿Cuál de los dos te parece que es el que tendrá más futuro? (Getty Images)
 
Para comprender los invito a imaginar dos mundos. En el primero, si uno quiere emprender debe recurrir a hipotecar su casa para conseguir un prestamos a tasas de interés que seguramente serán una pesada carga para sus primeros años, a la vez si con su idea o emprendimiento molesta a una corporación es muy posible que intente destruirte usando sus contactos y poder económico o, en el mejor de los casos, intente comprarte para neutralizarte. Si el objetivo es abrir nuevos mercados necesitará abrir oficinas en cada uno de ellos, alquilar una oficina, contratar personal, abogados, contadores, etc. Todo antes de obtener ingresos. En este mundo los contratos son lo más importante y los abogados son un mal necesario para avanzar. Para poder penetrar un mercado y vender tus productos tendrás que invertir grandes sumas de dinero y el 50% de esa inversión se la llevarán agencias e intermediarios. Acceder a los grandes medios de difusión, donde están los clientes, implica inversiones que superan tu limites y debes conformarte con medios secundarios rezando que alguien los vea.
 
En un segundo escenario, lo importante son las ideas y la capacidad de interpretar necesidades creando productos o servicios que los resuelvan (Getty Images)
 
Ahora los invito a pensar en otro mundo. En este mundo lo importante son las ideas y la capacidad de interpretar necesidades creando productos o servicios que los resuelvan. La inversión inicial no es aportada por un gran banco o usurero, sino que son cientos de pequeños inversores que deciden invertir una pequeña porción de sus ahorros en una idea, no solo por la renta, sino porque creen que el proyecto puede mejorar el entorno. Esta nueva empresa no tiene oficinas y sus colaboradores son socios bajo formatos asociativos. La tecnología es el mayor activo y esta al alcance y a un precio accesible. Cuenta con oficinas en todo el mundo a través de una red de emprendedores, líneas IP y representantes, los contratos se reemplazan por acuerdos basados en la confianza. Con creatividad y recursos bien invertidos en redes sociales y marketing digital logran competir de igual a igual con grandes corporaciones. Los empleados odian ser llamados así y el salario emocional es más importante que el dinero. Las grandes corporaciones se ven abrumadas por la imposibilidad de adaptarse a los cambios y salen a buscar pequeños emprendedores para inyectar a sus estructuras perimidas de la energía necesaria para poder reinventarse.
 
Ahora dos preguntas que pueden definir tu realidad: ¿En qué mundo de los dos que te presentamos vives? ¿Cuál de los dos te parece que es el que tendrá más futuro?
 
*Jonatan Loidi es Licenciado en Marketing y cuenta con un posgrado en experiencia del cliente en Disney Institute. Es CEO de GrupoSet donde se desempeña como consultor y speaker internacional en temas relacionados con innovación, marketing y estrategia. Es autor de varios libros entre los que se destacan ¿qué es eso del marketing? 2016 y Negocios + digitales, 2019.
 
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