Alberto Fernández planteó que las PASO iban a ser un plebiscito de su gestión. Por eso la sorprendente victoria de Juntos por el Cambio en 17 provincias, entre ellas el decisivo distrito bonaerense, se convirtió en un misil en el corazón del kirchnerismo que en las próximas horas detonará replanteos, pases de factura y cambios. Para la coalición opositora, lo que sucedió en las urnas afianzó la figura de Horacio Rodríguez Larreta a partir de los triunfos de María Eugenia Vidal y Diego Santilli, los candidatos que impuso contra la opinión de muchos de sus pares, y sirvió para poner en un segundo plano los tironeos por el liderazgo en la coalición opositora y la pelea presidencial de 2023.
No habrá mucho tiempo para los festejos. El jefe de Gobierno ya convocó a todo su equipo para comenzar a definir la estrategia para que los votos obtenidos en las primarias se consoliden e incluso crezcan en las elecciones del 14 de noviembre. Empieza otra campaña, admiten en el larretismo, y en los 62 días que faltan el Frente de Todos se jugará mucho más que la relación de fuerzas en el Congreso de los próximos dos años. Está en riesgo la estabilidad misma del oficialismo en el poder.
Acompañado por una Cristina Kirchner y un Axel Kicillof en sugestivo silencio, el Presidente admitió errores y llamó a sus militantes a hablar con los vecinos para revertir la derrota. En Juntos por el Cambio saben que el Gobierno hará lo que sea para ganar los comicios generales, pero en el búnker de Costa Salguero hablaban de reforzar los ejes de una campaña que resultó exitosa, evitar los errores no forzados (una alusión a una interna caldeada) y, sobre todo, no caer en el triunfalismo.
Los resultados de las PASO impidieron que uno de los focos de la jornada fueran las insólitas diferencias en JxC para que Rodríguez Larreta no acaparara la foto del domingo a la noche y se quedara con el rédito político de las eventuales victorias. Patricia Bullrich y Alfredo Cornejo, los presidentes del PRO y de la UCR, fueron los que insistieron en sumar otro búnker al de Costa Salguero y al de Santilli en La Plata sólo para realizar una conferencia de prensa de esos jefes partidarios más el titular de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, y el resto de la mesa nacional de JxC. Comenzó a las doce de la noche, cuando el foco de atención ya había estado a otra hora y en otros lugares.
El jefe de Gobierno les ofreció no aparecer en la foto final para convencerlos de hacer lo mismo desde Costa Salguero. Pesó la desconfianza y la respuesta fue no. El búnker de la Costanera fue sólo porteño. ¿Seguirán esas mismas tensiones en la transición tan decisiva hasta las elecciones generales? Si Alberto Fernández reconoció errores, no estaría mal que algunos dirigentes opositores lo imiten.
Aun así, la postal final que se montó en Costa Salguero fue capitalizada por Vidal, una de las grandes ganadoras de las PASO con los 20 puntos que le sacó al Frente de Todos, pero compartida sobre el escenario con Rodríguez Larreta, Bullrich, Mauricio Macri y los dos precandidatos que participaron de las primarias de Juntos Podemos Más, Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein.
En los pasillos del predio de la Costanera había euforia por la estrategia que se eligió en la Ciudad de Buenos Aires y que permitió la ampliación del espacio, cuyo articulador fue Fernando Straface, el jefe de campaña de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad. Por algo López Murphy fue aplaudido a rabiar por la dirigencia opositora cuando llegó a las 21.30 al VIP donde se seguía el escrutinio y luego, por los militantes invitados al predio.
De todos modos, algunos estrategas del larretismo admiten que el 13,66% de Javier Milei es un motivo de preocupación para las futuras elecciones en Capital y que habrá que diseñar un plan para que los votos de López Murphy, que representaron el 23,33%, no se fuguen hacia el economista libertario.
Gracias a los cambios en el reglamento interno, el “Bulldog” quedaría en cuarto lugar de la lista definitiva de candidatos a diputado, en lugar del macrista Fernando Iglesias, y, aunque faltaban precisar los porcentajes, podría ubicar a Sandra Pitta como novena en la nómina porteña.
El otro gran ganador del día fue Santilli, que hizo una campaña sorprendente que le permitió sacarle más de 20 puntos al radical Facundo Manes y casi 5 a Victoria Tolosa Paz en la provincia donde el peronismo es una marca registrada difícil de superar. En 2019, el Frente de Todos ganó con el 52,61% de los votos. Ayer bajó al 33,56%: perdió más de dos millones de votos y alrededor de 20 puntos.
Bullrich también entró en el podio de las PASO. Podrá atribuirse el mérito del triunfo opositor en muchas provincias en las que participó de los acuerdos locales, aunque hay un distrito clave en el que quedó muy bien parada por el resultado: Córdoba. Allí, la presidenta del PRO apostó por Luis Juez en la interna de JxC, mientras que perdió Mario Negri, el candidato al que apoyó Macri.
El ex presidente tuvo un balance amargo en las primarias: junto con Bullrich, en Santa Fe había apoyado la lista de senadores liderada por Federico Angelini, actual diputado y vicepresidente del PRO, que quedó tercera entre las cinco que compitieron en las PASO de Juntos por el Cambio. En esta provincia ganó la nómina de la UCR encabezada por la periodista Carolina Losada para senadora nacional y el radical Mario Barletta para diputado. Otro dirigente nacional que perdió en este distrito fue Martín Lousteau, padrino del precandidato Maximiliano Pullaro, que quedó segundo.
A otros referentes radicales les fue mejor. Alfredo Cornejo, el presidente del partido, ganó las primarias como precandidato a senador con el 43% de los votos, mientras que en Corrientes los postulantes alineados con el gobernador Gustavo Valdés triunfaron con el 59% del total de los sufragios. El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, se impuso al peronismo por unos 18 puntos.
En Entre Ríos, una provincia que el peronismo gobierna desde hace casi 20 años, Rogelio Frigerio sacó más de 20 puntos de diferencia al Frente de Todos, en su debut como candidato en una elección.
Con el correr de las horas, y cuando se haga la sintonía fina de los resultados, aparecerán otros dirigentes en el ranking de los ganadores y de los perdedores de las PASO en Juntos por el Cambio. Por ahora, lo que predomina es la alegría por la victoria de este primer round contra el Gobierno y la preocupación para evitar que las sonrisas de hoy se desdibujen dentro de dos meses.