La crisis política e institucional desatada en el Gobierno a raíz de la derrota electoral y la carta de Cristina Kirchner provocó la reacción de la Iglesia, en especial del arzobispo cercano al papa Francisco, Víctor Manuel Fernández. A esos cuestionamientos, se sumó el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea, quien alertó que en el país se “discute poder, no proyecto de Nación”.
Para cuestionar la situación que se vive en la Casa Rosada, luego del pedido de cambio de Gabinete y de la política económica que planteó la vicepresidenta, el monseñor Ojea eligió una reflexión bíblica en la que Jesús le dice a sus apóstoles que va a ser crucificado, “entre ellos comienzan a preguntarse quién va a ser el más importante en el Reino. Empiezan a discutir poder”, advirtió.
“Ellos concebían a Jesús como un Mesías que les iba a dar el poder, el poder concreto, el poder temporal. Entonces aparece la vanidad de cada uno; quién va a ocupar el primer lugar, aparecen las comparaciones, aparece el creerse superior al otro, esta cosa tan humana. Ellos lo siguen a Jesús, todavía por una ideología”, observó.
Al poner la mirada en la situación política que vive el país, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina manifestó: “En la Argentina también discutimos poder, no discutimos proyecto de Nación, no discutimos a dónde vamos, no pensamos a dónde tenemos que ir, no nos podemos poner a pensar juntos, sino que discutimos poder; poder mediático, poder económico, poder político”.
“Como los apóstoles, el Señor está clamando atención a lo que le está pasando en su corazón, a lo que va a vivir. Podemos decir; se asemeja a la situación dolorosa de tantísimos argentinos y argentinas”, comparó.
Sin embargo, añadió, “así como los apóstoles discutían quién era el primero, Jesús se desangraba tratando de comunicarse con ellos para que lo entendieran. Así también muchas veces nosotros -y también en la Argentina- caemos en la trampa de las discusiones de poder, sin animarnos a pensar juntos lo esencial, hacia dónde vamos”, alertó.
Sus declaraciones se suman a la de uno de los principales referentes de la Iglesia Católica argentina y hombre de extrema confianza del papa Francisco, Víctor Manuel Fernández, el arzobispo de La Plata.
En la carta que le dirigió a Alberto Fernández, el religioso lamentó que el Gobierno no le haya dado prioridad a los graves problemas sociales que agobian al pueblo argentino, como la pobreza, la inflación y la desocupación.
En esa línea, el prelado que es conocido como “Tucho” Fernández, cuestionó al Presidente por concentrarse en una agenda de temas que no resultan urgentes, como la legalización de la marihuana, el lenguaje no binario y la eutanasia. Pero, en particular, el arzobispo lo criticó con dureza por haberse “entretenido” con el aborto mientras otros países se preocupaban conseguir más vacunas para enfrentar la pandemia de coronavirus.
En una columna de opinión que envió al diario La Nación, el arzobispo de confianza del Papa le imploró al oficialismo que se concentre en la producción y el trabajo, en lugar de enfocarse en los reclamos de los sectores “minoritarios que tiene cerca”. Se trató de una advertencia de primera magnitud y, al mismo tiempo, alto impacto político porque surge de una voz con fuerte predicamento en la Iglesia Católica Argentina y que tiene ecos también en Roma.
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