...en constante transformación.
Cómo preparar a los estudiantes para el futuro
El concepto de multialfabetización fue utilizado por primera vez con la publicación del manifiesto Una pedagogía de las multialfabetizaciones: Diseñando futuros sociales, de 1996, en el cual los especialistas Bill Cope y Mary Kalantzis redefinieron el concepto de alfabetización, al partir de la premisa que sostiene que, a inicios del siglo XXI, se presenta un mundo globalizado y culturalmente diverso, en el que la aparición de un nuevo orden comunicativo (en el que conviven múltiples formas de comunicación), hace necesaria la adquisición de nuevas competencias.
Estos autores definen la multiafabetización como “una aproximación a la alfabetización centrada en el uso del lenguaje según las distintas situaciones sociales y culturales y la multimodalidad de las comunicaciones, especialmente en el contexto de los nuevos medios existentes hoy en día”. El trabajo planteado por ellos identifica dos ejes a los cuales la multialfabetización da respuesta, en oposición a la alfabetización tradicional:
- La multiplicidad de canales y medios de comunicación, así como la variedad de formatos de texto.
- El incremento de situaciones de diversidad cultural y lingüística en un mundo globalizado en el cual las culturas se interrelacionan.
El primer eje plantea la necesidad de los individuos de acceder a un mundo en el que el lenguaje se encuentra en constante cambio y en el cual la decodificación, el análisis y la crítica, así como la producción de textos multimodales conllevan necesariamente nuevas aptitudes, ya que, como sostiene Manuel Castells, “la cultura es un sistema de comunicación y nuestra sociedad está cada vez más organizada en torno a la producción, distribución y manipulación de símbolos”. Por esta razón, es que la expresión cultural pasa a ser pautada alrededor de un hipertexto electrónico y caleidoscópico. Las manifestaciones creativas y de comunicación se enlazan alrededor de Internet y los multimedia.
El segundo eje plantea la necesidad de centrarse en los contextos específicos, en los cuales las referencias culturales suponen diversas representaciones visuales, así como distintas formas de interpretación, vinculando la alfabetización a los entornos en los cuales los individuos se desenvuelven, utilizando patrones de significado según el propio contexto. Es por esta razón que dicho eje exige conectividad global.
Un mundo global y cambiante (iStock)
La multialfabetización se relaciona con la pedagogía de las multialfabetizaciones, que se pueden vincular teóricamente a un aprendizaje basado en el constructivismo social. Esta relación se sustenta en:
- Vinculación del conocimiento al contexto
- Participación activa del estudiante en el proceso de aprendizaje
- Consideración de los conocimientos previos del alumnado
- Aprendizaje como producto de la experiencia
- Aprendizaje colaborativo
Asimismo, estas concepciones se pueden asociar a la definición de Paulo Freire y Donaldo Macedo de alfabetización emancipadora, en la cual esta se convierte en una construcción significante, en el sentido de que se la concibe como un conjunto de prácticas que pueden ser utilizadas tanto para habilitar como para inhabilitar a las personas. Dicha concepción no se entiende solo como una capacidad técnica que se debe adquirir, sino como la base necesaria de una actividad cultural que fomente la libertad.
Paulo Freire acuñó el concepto de alfabetización emancipadora
Un modelo educativo integral para la multialfabetización requiere el desarrollo de cuatro ámbitos o dimensiones formativas:
- Dimensión instrumental: se vincula con el manejo del hardware y software de los distintos recursos tecnológicos.
- Dimensión cognitiva: Se relaciona con el desarrollo de habilidades de uso inteligente de la información y comunicación (búsqueda, selección, reconstrucción, intercambio y difusión de datos con distintos códigos).
- Dimensión actitudinal: Fomenta la promoción de actitudes racionales frente a la tecnología y actitudes positivas en la comunicación.
- Dimensión axiológica: Se basa en la adquisición de criterios para el análisis crítico de la información y valores estéticos en el uso de la tecnología y la comunicación.
De este modo, la escuela se convierte en un ámbito apropiado para resignificar el uso de la tecnología y contemplar las transformaciones de la sociedad actual, donde los educadores comienzan a promover la interacción y la construcción de entornos de aprendizaje personalizados, críticos, reflexivos e integrales, instruyendo a la nueva generación de jóvenes para el futuro que se aproxima, a través de una formación y experiencia enriquecedoras continuas.
¿Comenzamos a implementar la multialfabetización en el aula?
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