...las autoridades sanitarias son optimistas
Desde Francia
Tyra Grove Krause, epidemióloga principal del Instituto Estatal de Sueros de Dinamarca, dijo que un nuevo estudio de la organización encontró que el riesgo de hospitalización por Ómicron es la mitad del observado con la variante Delta (REUTERS)
Las proyecciones de Dinamarca se toman en serio en todo el mundo. El motivo es que se basan en un sistema global de vigilancia de los coronavirus diseñado específicamente para momentos como éste, cuando la naturaleza del virus cambia rápidamente, así lo describió un artículo reciente el diario The Washington Post.
En medio del avance de la variante Ómicron, que dio un renovado impulso a la crisis sanitaria por el coronavirus, muchos observan a este país - y en particular su Instituto Estatal de Sueros, dedicado a las pruebas, la vigilancia y la elaboración de modelos - en busca de advertencias sobre lo que puede suceder.
Tyra Grove Krause, quien dirige el departamento de epidemiología de este prestigioso centro, anunció el fin de la pandemia en dos meses por la cadena Danish TV 2 este lunes por la noche. Su optimismo se basa en los hallazgos de un estudio realizado por su organización.
La experta, de alto prestigio internacional, ha dicho que la variante Ómicron está provocando el final de la pandemia, diciendo que “recuperaremos nuestra vida normal en dos meses”.
En declaraciones a la televisión danesa, Krause, basó estas afirmaciones en un nuevo estudio de su organización que encontró que el riesgo de hospitalización por Ómicron es la mitad del observado con la variante Delta.
Esto, dijo, “ha dado a las autoridades danesas la esperanza de que la pandemia de Covid-19 en Dinamarca podría terminar en dos meses”.
En un artículo bajo el nombre “Por qué hay que mirar a Dinamarca para ver el futuro del COVID-19″, el reconocido periódico estadounidense a mediados de diciembre, reprodujo una serie de consideraciones de la epidemióloga, quien en ese momento señalaba lo crucial de las semanas posteriores como para poder modelar la trayectoria del virus.
“El próximo mes será el periodo más duro de la pandemia”, afirmó Krause, desde el campus del instituto danés al diario norteamericano.
“Ómicron llegó para quedarse y proporcionará una propagación masiva de la infección en el próximo mes. Cuando termine, estaremos en un lugar mejor que antes", sostienen los funcionarios daneses (Getty)
Desde la aparición de la nueva variante en noviembre, la mayor expectativa entre los científicos es develar el impacto en hospitalizaciones y cuadros graves de infecciones de Ómicron. La hipótesis que pudiera causar una enfermedad menos grave que la versión delta con la que compite, causaría que esta oleada fuera más manejable y ayudar a la transición de Covid-19 a una enfermedad endémica.
Según el nuevo estudio, Krause sostuvo que: “Ómicron llegó para quedarse y proporcionará una propagación masiva de la infección en el próximo mes. Cuando termine, estaremos en un lugar mejor que antes”.
Sin embargo, Dinamarca ha experimentado un aumento en los casos nuevos en las últimas semanas, y el domingo registró su promedio de infecciones más alto en siete días, registrando un promedio de 20.886 en la semana anterior, incluso con una de las tasas de incidencia por millón de personas más altas de Europa.
Desde Copenhague se informó el mayor número de nuevas infecciones el 27 de diciembre (41.035), según señala el danés Daily Mail.
La perspectiva optimista puede parecer infundada a primera vista, observando el actual cuadro de situación sanitaria. No obstante, y aunque Ómicron provocase cuadros leves, la presión hospitalaria podría ser crítica.
Así lo había reconocido la experta: “Esto desbordará a los hospitales”, dijo Grove Krause. “No tengo ninguna duda al respecto”. Por lo tanto, las proyecciones de Dinamarca, no impedirán que la ola actual supondrá un golpe sin precedentes.
Pero la confirmación del carácter relativamente leve de esta variante -más indulgente que las cepas anteriores- y su rápida difusión permite nutrir precisamente una esperanza sin precedentes, según el estudio revelado por Tyra Grove Krause.
Como resultado, dijo la científica, esto proporcionará un buen nivel de inmunidad en la población. Sin embargo, Krause enfatizó que todavía queda trabajo por hacer para combatir la pandemia en los próximos meses.
“Ómicron alcanzará su punto máximo a fines de enero, y en febrero veremos una disminución de la presión de las infecciones y una disminución de la presión sobre el sistema de atención médica”, dijo y agregó: “Pero tenemos que hacer un esfuerzo en enero, porque será difícil pasar”.
Los modelos epidemiológicos daneses son un ejemplo mundial. El sistema de seguimiento y vigilancia hace que el país pueda realizar más pruebas que casi cualquier otro país del mundo, por ejemplo a un ritmo per cápita siete veces superior al de Estados Unidos.
La capacidad de rastrillaje y trazabilidad del virus por cada testeo permite que los técnicos de los laboratorios identifique los positivos diariamente, pero además conocer qué variante es la responsable de cada caso.
Además la capacidad de secuencia genética que tiene el Instituto Estatal de Suero y sus centros asociados, suma una capa adicional de información, permitiendo a los investigadores no sólo ver las mutaciones, sino también comprender quién infectó a quién.
Esto hace que las proyecciones de los científicos de Dinamarca sean tan relevantes. Incluso, algunos científicos creen que la oleada de Dinamarca va una o dos semanas por delante de otros países occidentales.
“Estamos viendo las cosas prácticamente en tiempo real”, afirmaba Arieh Cohen a The Washington Post, jefe de desarrollo del laboratorio que procesa los resultados de las pruebas y realiza el análisis inicial de las variantes.
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