Consultado por Infobae, el médico infectólogo pediatra Eduardo López (MN 37586) señaló que “en casi todas las vacunas se está viendo que luego de los seis a ocho meses la cantidad de anticuerpos decrece significativamente y podría poner potencialmente en riesgo a la población que no recibió la tercera dosis, por eso deben dársela lo antes posible”.
“Debemos recordar que cuando bajan los anticuerpos el riesgo de desarrollar enfermedad más grave se hace presente, por lo tanto en ese sentido hay que invocar a la población para que no se deje de vacunar”, agregó López, quien concluyó: “La única manera de reducir la aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2 es aumentar la vacunación; ya nadie discute que la segunda dosis es fundamental para enfrentar a la variante Delta”. Y vaticinó que, en su opinión, “el concepto final de vacunación completa va a ser con tres dosis”.
En la Argentina, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, y sus pares de las 24 jurisdicciones del país, acordaron aplicar el refuerzo de la vacuna contra el coronavirus a partir del quinto mes de completado el esquema de vacunación con la segunda dosis.
En el estudio realizado en Los Ángeles por los CDC, durante todo el período analítico, la admisión a las unidades de cuidados intensivos (UCI), la intubación para ventilación mecánica y la muerte tenían más probabilidades de ocurrir entre las personas no vacunadas que entre las personas completamente vacunadas sin o con un refuerzo.
Las tasas de incidencia y hospitalización fueron consistentemente más altas para las personas no vacunadas y más bajas para las personas completamente vacunadas con un refuerzo. “Estar al día con la vacunación contra el COVID-19 es fundamental para protegerse contra la infección por SARS-CoV-2 y la hospitalización asociada la admisión a las unidades de cuidados intensivos (UCI), la intubación para ventilación mecánica y la muerte fueron más probables entre las personas no vacunadas que entre las personas completamente vacunadas sin o con un refuerzo”, destacaron en la investigación.
Las hospitalizaciones asociadas con COVID-19 se definieron como ingresos hospitalarios que ocurrieron 14 días después del primer resultado positivo de la prueba SARS-CoV-2 confirmado por laboratorio. Se utilizaron datos de secuenciación del genoma completo de laboratorios que realizan vigilancia genómica de rutina para calcular las proporciones de variantes semanales. Todos los datos de variantes disponibles se informaron por fecha de recolección de la muestra y se usaron para evaluar los períodos de predominio (>50 % de las muestras secuenciadas) para las variantes Delta y Ómicron.
Desde mediados de agosto de 2021 hasta la aparición de Ómicron en noviembre de 2021, casi el 100 % de las infecciones por SARS-CoV-2 entre los residentes de Los Ángeles con muestras secuenciadas fueron causadas por la variante Delta. La infección por variante de Ómicron más antigua conocida se identificó en una muestra recolectada durante la última semana de noviembre de 2021.
Cuando Ómicron surgió, la prevalencia de Delta disminuyó un 95 % durante la semana que finalizó el 11 de diciembre. Ómicron se convirtió en la variante predominante de SARS-CoV-2 en Los Ángeles durante la semana que terminó el 18 de diciembre, representando el 57% de todos los especímenes secuenciados. La prevalencia de Ómicron siguió aumentando, representando el 99 % de todas las muestras secuenciadas durante la semana que finalizó el 8 de enero de 2022.
Bajas tasas vacunatorias de refuerzos
Las tasas de refuerzo en los Estados Unidos siguen siendo considerablemente bajas en comparación con muchos países europeos. Mientras que casi el 64% de los estadounidenses están completamente vacunados, según los datos publicados hasta este lunes, sólo el 52% de los estadounidenses que pueden recibir refuerzos han recibido uno, según los datos de los CDC.
“El presidente Biden tiene razón cuando dice que nos enfrentamos a una pandemia de los no vacunados, pero ahora también se está convirtiendo en una pandemia de los no reforzados”, ha destacado este lunes Peter Hotez, profesor de virología del Baylor College of Medicine.
“Las bajas tasas de refuerzo ocupan un lugar muy destacado en la lista de razones por las que las hospitalizaciones por ómicron siguen siendo tan elevadas en EEUU”, añade Eric Topol, director del Scripps Research and Translational Institute. Ómicron ha aumentado las probabilidades de padecer enfermedades graves entre todos los adultos del estudio de los CDC, pero las hospitalizaciones sólo se han incrementado ligeramente entre las personas vacunadas en Los Ángeles en diciembre.
Por el contrario, las tasas de enfermedades graves se dispararon entre los no vacunados cuando Ómicron tomó el relevo.
Hasta el 8 de enero, más de 188 de cada 100.000 personas no vacunadas en Los Ángeles fueron hospitalizadas por COVID-19, en comparación con 35 de cada 100.000 personas vacunadas sin refuerzos y 8 de cada 100.000 personas vacunadas con la dosis extra.
Otro de los estudios de los CDC, realizado en enero, descubrió también que los refuerzos reducían el riesgo de hospitalización por Ómicron en aproximadamente un 90%. Asimismo, parecían reducir el riesgo de infección durante la primera oleada de Ómicron en la misma región.
Más de 67 de cada 1.000 personas no vacunadas en Los Ángeles estaban infectadas con el coronavirus hasta el 8 de enero, en comparación con 34 de cada 1.000 personas vacunadas sin refuerzos y 19 de cada 1.000 personas vacunadas con el impulso. Estudios anteriores de los Centros han demostrado de forma similar que los refuerzos protegen contra las infecciones y los síntomas de Ómicron.