13 MAR | 09:04

Un discurso extremadamente largo. Tedioso. Innecesario

Creo que se deberían modificar los discursos como los de apertura del inicio de las sesiones ordinarias de la legislatura, dónde se lo somete al gobernador, sea quien sea, a un escarnio de... Por Carlos Scagnolari
...más de dos horas. 
 
 
Nadie puede hablar más de dos horas, menos leer más de dos horas sin equivocarse. Sin enredarse en las palabras, sin que la energía de la gente grite en silencio “termina de una vez”. 
 
 
El mismo orador, en éste caso el gobernador Quintela internamente,  se va diciendo a medida que pasa el tiempo: que horror lo que me está pasando, comienza a sentir vergüenza, enojo, cansancio y eso se traduce a su voz, a sus ganas de seguir hablando. Los asistentes al evento, comenzamos a sentir el rigor en los huesos. 
 
 
Nadie podrá re2cordar un solo número de los cientos que nombró el gobernador. Nadie. 
 
 
Tenemos nuestra mente estructurada por la modernidad, por el twitter, por los videos, por los mensajes exprés, por el clik clik de las noticias diarias que suponemos que debemos leerlas ya, porque si no se nos acaba el mundo, nos perdemos de algo importantísimo para nuestra existencia. 
 
 
No sé si es mejor o es peor, pero es nuestra vida de hoy
y será mucho más dinámica en un futuro cercanísimo. 
 
 
No estamos ya acostumbrados a detener nuestra atención por más de diez minutos y esos diez minutos tienen que ser sumamente interesante, de lo contrario a los 3 minutos cambiamos de botón.
 
 
 Me arriesgaría a decir que luego de 45 segundos si no nos interesó cambiamos.
 
 
La gente quiere saber muy poco de muchas cosas. Queremos tener titulares para estar informados y sostener un tema de conversación cuando tomamos una cerveza en la dinámica barra de un bar. No queremos saber de todo en profundidad. Sólo nos interesa en profundidad un tema en específico que nos atañe, entonces tomamos la decisión de escuchar o leer un poco más y lo que nos digan o muestren tiene que ser muy bien armado, estético, subyugante de lo contrario salimos en 45 segundos. 
 
 
No quiero comparar la barra de un bar con una sesión de la legislatura, no soy un demente.
 
Pero deberíamos implementar con toda la modernidad disponible, de armar canales de diálogo puntuales y ponerlos a disposición de cada sector interesado y que el discurso del gobernador sea dogmático.
 
 
Aprovechar el hermoso hábitat del Paseo Cultural que realmente está fantástico y aprovecharlo en todo su espacio. El discurso del gobernador tiene que ser un muy breve comentario de los avances alcanzados, en los ejes primordiales de 5 minutos de duración máximo. Luego otros 5 minutos pragmátismo puro de cómo ve él a la Rioja dentro del contexto coyuntural de las 24 provincias y el resto 10 minutos máximo de dogma puro al convocar a la sociedad, a acompañarlo para alcanzar etc, etc, etc  su visión de provincia, su visión de país…
 
 
Invitarnos a una degustación de productos autóctonos rodeados de paneles de monitores interactivos táctiles con cada programa que considere mostrarnos en ejecución. Con video dinámicos y que los invitados puedan interactuar incluyendo al mismo gobernador distendido, disfrutando de un refresco y relacionándose con todos.
 
Cada interesado debería poder con el código de barra, acceder al programa monitoreado, dejar su opinión y copiar en su Smart el material disponible, entre otras cuestiones. 
 
 
La muestra puede permanecer una semana y los ministros día por día, pueden realizar encuentros específicos con cada sector y debatir sobre lo que se hizo y sobre todo lo que se va a hacer. Charlas debates, escuchar a los sectores involucrados y enriquecer el vínculo con ideas, etc…
 
Modernidad. Dinamismo. Estrategia. Asertividad. 
 
 
Debemos animarnos a modificar todas las estructuras rígidas obsoletas del Estado paquidermo,
para alcanzar los objetivos requeridos. En todo sentido.  
 

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