12 ABR | 19:16

Cuáles son las variantes del coronavirus que hoy preocupan al mundo

Si bien Ómicron sigue como variante preponderante, otras subvariantes se posicionan como más contagiosas. Cuáles son estas mutaciones y qué dicen los expertos sobre la evolución del virus.
La pandemia por coronavirus continúa. Ayer, solamente, hubo 573.000 nuevos contagios a pesar de que muchos países levantaron todas las restricciones y las personas casi no siguen con preocupación el tema.
 
 
Los 92.600 positivos en Alemania o los casi 30.000 infectados en Reino Unido registrados hace apenas un día; más los confinamientos masivos que tienen lugar en China; o la campaña general de Japón, que vive un rebrote con casi 50.000 contagios en las últimas 24 horas, son ejemplos concretos que el SARS-CoV-2 sigue avanzando. Incluso, aunque en muchas regiones, como la nuestra, parece que la pandemia no se percibe.
 
 
Según datos epidemiológicos de todos los países, la variante que hoy circula en el mundo es Ómicron, la cual desplazó a Delta a fin de 2021. Pero los expertos sanitarios de todo el mundo están atentos a las posibles nuevas variantes o subvariantes más contagiosas que puedan aparecer.
 
 
“El surgimiento de nuevas variantes del coronavirus ocurre como resultado de su capacidad de replicación, que lo hace miles de millones de veces y le sirve al virus para ir cambiando su característica genética y encontrando formas de sobrevivir en un ambiente hostil”, explicó a Infobae el médico infectólogo y miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi) Francisco Nacinovich (75.823).
 
Los virus como el SARS-CoV-2 evolucionan constantemente a medida que se producen cambios en el código genético (mutaciones genéticas) durante la replicación del genoma. Un linaje es un grupo de variantes de virus estrechamente relacionados desde el punto de vista genético derivados de un ancestro en común. Una variante, en tanto, tiene una o más mutaciones que la diferencian de las otras variantes del SARS-CoV-2.
 
Tal como se preveía, se han documentado múltiples variantes del virus del COVID-19 en los Estados Unidos y a nivel mundial durante esta pandemia. Para fundamentar las investigaciones de brotes locales y comprender las tendencias nacionales, los científicos comparan las diferencias genéticas de los patógenos para identificar las variantes y cuán estrecha es su relación entre sí.
 
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en colaboración con los países, las redes de expertos, instituciones e investigadores, han estado vigilando y evaluando la evolución del SARS?CoV-2 desde enero de 2020. La aparición de variantes que suponían un mayor riesgo para la salud pública mundial, a finales de 2020, hizo que se empezaran a utilizar las categorías específicas de “variante de interés (VOI)” y “variante de preocupación (VOC)”, con el fin de priorizar el seguimiento y la investigación a escala mundial y, en última instancia, orientar la respuesta a la pandemia.
 
 
Los virus evolucionan a medida que se replican 
“Se han establecido sistemas de ámbito mundial, cuya eficacia se está reforzando actualmente, para detectar “señales” de posibles variantes preocupantes y de interés y para evaluarlas en función del riesgo que supongan para la salud pública mundial. No obstante, las autoridades nacionales pueden optar por designar otras posibles variantes preocupantes y de interés a escala local”, afirma la OMS en su último boletín semanal.
 
Las estrategias y las medidas que recomienda actualmente la OMS siguen funcionando contra las variantes del virus detectadas desde el comienzo de la pandemia. Se ha demostrado en muchos países con amplia transmisión de variantes preocupantes que las medidas sociales y de salud pública, como las de prevención y control de la infección, reducen eficazmente el número de casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19.
 
Variantes de preocupación y de interés
 
 
Una variante del SARS-CoV-2 que cumple con los criterios para ser definida como una “VOC” responde a uno o más de los siguientes cambios respectivos de una Variante de Interés (VOI), en un grado que resulte significativo para la salud pública mundial
 
-Aumento de la transmisibilidad o cambio perjudicial en la epidemiología de la COVID-19
 
-Aumento de la virulencia o cambio en la presentación clínica de la enfermedad
 
-Disminución de la eficacia de las medidas sociales y de salud pública o de los medios de diagnóstico, las vacunas y los tratamientos disponibles
 
Actualmente, la OMS clasifica a dos variantes como VOC: Delta (B1.617.2) y Ómicron (B.1.1529). Y clasifica como variantes preocupantes anteriormente en circulación a Alfa (B.1.1.7 - británica), Beta (B.1.351 - sudafricana) y Gamma (P.1 - Manaos). Las variantes preocupantes o de interés que, según se ha demostrado, ya no entrañan un riesgo adicional significativo para la salud pública mundial en comparación con otras variantes circulantes del SARS-CoV-2 se pueden clasificar como variantes preocupantes o variantes de interés anteriormente en circulación.
 
Para ello, los expertos, en colaboración con el Grupo Consultivo Técnico sobre la Evolución de los Virus, realizan una evaluación rigurosa de varios criterios, como la incidencia observada o la prevalencia relativa de las variantes detectadas en las muestras secuenciadas a lo largo del tiempo y en distintos lugares, la presencia o ausencia de otros factores de riesgo y las posibles repercusiones actuales para las medidas de control.
 
“Los Estados Miembros deben seguir vigilando las variantes, incluidas las variantes preocupantes o variantes de interés anteriormente en circulación, e informar de cualquier aumento de los casos observados asociados a estos virus. El cambio de variante preocupante en circulación y variante de interés en circulación a variante preocupante anteriormente en circulación y variante de interés anteriormente en circulación, respectivamente, refleja un fuerte descenso de su circulación, pero no se puede descartar la posibilidad de que la circulación de estas variantes reclasificadas se incremente en el futuro”, insiste la OMS en comunicar.
 
 
Nuevas subvariantes bajo vigilancia
 
Cualquier variante del SARS-CoV-2 que presente modificaciones en el genoma que, según se sospeche, puedan afectar a las características del virus y parezcan indicar que la variante puede entrañar riesgos en el futuro, a pesar de que no se disponga de pruebas claras de los cambios que pueda causar en el fenotipo o en las características epidemiológicas del virus y sea necesario mantener el seguimiento y continuar estudiándola hasta que no se disponga de más información.
 
Es por eso que la OMS observa el crecimiento de varias subvariantes a ver si se convierten en otras variantes del coronavirus. Todas las versiones de Ómicron son altamente contagiosas, por lo que la variante desplazó rápidamente a las formas anteriores del coronavirus, como Delta. Además, varios estudios hallaron que BA.2 es incluso más transmisible que BA.1 o llamada Ómicron original.
 
“La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido estima que la subvariante BA.2 está creciendo un 80% más rápido que el BA.1. También en los Estados Unidos, BA.2 parece estar en camino a superar a BA.1 para convertirse en la variante dominante”, explicó la doctora Leana Wen, médica de urgencias y profesora de política sanitaria en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington. La experta coincidió en que “la buena noticia es que la subvariante BA.2 no parece causar una enfermedad más grave que la BA.1″.
 
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) BA.2 es responsable actualmente de un tercio de las infecciones estadounidenses, sin embargo los casos de COVID-19 han seguido el patrón descendente que marcó el final del aumento de BA.1 de Ómicron. El doctor John Brooks, epidemiólogo médico y director médico de respuesta al COVID-19 de los CDC, dijo que si bien las infecciones relacionadas con BA.2 podrían aumentar, es poco probable que aumenten las enfermedades graves o las muertes asociadas con la subvariante.
 
 
 
Actualmente la OMS está siguiendo dos nuevos linajes de la variante Ómicron (BA.4 y BA.5), cuyas “mutaciones adicionales deben estudiarse más a fondo para comprender su impacto en el potencial de escape inmunológico”. La agencia de la ONU está colaborando con los científicos para comprender mejor su propagación actual, así como cualquier impacto potencial que puedan tener. Hasta el momento, de acuerdo con los datos que posee este organismo, sólo se han notificado unas pocas docenas de secuencias de estas variantes en un puñado de países. Se trata de los linajes XD o Deltacrón y XE.
 
El pasado 7 de enero, Leondios Kostrikis, profesor de Ciencias Biológicas en la Universidad de Chipre y jefe del Laboratorio de Biotecnología y Virología Molecular anunció que su grupo de investigación de la Universidad de Chipre en Nicosia había identificado varios genomas del SARS-CoV-2 que presentaban elementos de las variantes Delta y Ómicron.
 
A partir de ese momento decidieron ponerle el nombre de “Deltacron” y Kostrikis, junto a su equipo, cargaron 25 de las secuencias en el depósito público GISAID y, algunos días después, sumaron otras 27. En tan sólo un día el medio de noticias Bloomberg difundió lo sucedido y rápidamente Deltacron se convirtió en noticia internacional.
 
 
 
Respecto a XE, por el momento los primeros informes la describen como silenciosa, altamente contagiosa y con síntomas aún poco claros, lo cierto es que XE se transmitiría 10% más rápido que sus antecesoras y sigue en estudio su velocidad de propagación.
 
En los virus, al igual que en cualquier organismo, se producen mutaciones aleatorias, es decir alteraciones del material genético. La mayor parte de estas mutaciones no tendrán ningún efecto, pero otras sí que pueden modificar las características del virus, incluso le pueden aportar ventajas.
 
La doctora Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Saskatchewan, en Canadá, afirmó que “no hay razón para ponerse nervioso”. Remarcó que XE es uno de los muchos recombinantes de Ómicron BA.1 y BA.2. “Como tal, por mucho que tenga éxito, seguirá siendo un sublinaje de Ómicron”. Delta contaba con más de 200 sublinajes de este tipo antes de ser desplazado por Ómicron. También señaló que “XE no es una letra griega que designe una nueva variante de interés. Es sólo una recombinación de Ómicron, la quinta identificada, después de XA, XB, XC y XD”. Aconsejó que hay que tomar las mismas precauciones para el COVID-19 en general.
 
El director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus, dijo que “es gratificante ver una tendencia a la baja en las muertes registradas (por COVID-19), que la semana pasada fueron las más bajas en los dos últimos años”. Sin embargo, el titular del ente sanitario internacional ha repetido que la pandemia “está lejos de terminar”.
 
 
Ayer, el mundo informó más de medio millón de nuevos contagios por Ómicron 
 
 
La transmisión sigue siendo muy alta y la cobertura de vacunación sigue siendo muy baja en demasiados países y la relajación de muchas medidas sociales y de salud pública está permitiendo que la transmisión continúe, con el riesgo de que surjan nuevas variantes, explicó Tedros. Y añadió que “el COVID-19 está afectando ahora a los países de maneras muy diferentes”. En los países con alta inmunidad de la población, hay una disociación entre casos, hospitalizaciones y muertes; en otros con menor acceso a las vacunas, el aumento masivo de casos ha provocado un gran número de hospitalizaciones e incluso un mayor número de muertes en comparación con las oleadas anteriores.
 
Cuando la pandemia acaba de entrar en su tercer año, al director le preocupan tres factores. En primer lugar, el cansancio de la población. En segundo lugar, la duración de la inmunidad derivada de la vacunación o la infección anteriores sigue sin estar clara. Y tercero, no podemos predecir cómo evolucionará el virus.
 
A pesar de las incertidumbres, recordó que el mundo tiene las herramientas para limitar la transmisión, salvar vidas y proteger los sistemas sanitarios: “Tenemos los sistemas para comprender mejor el virus a medida que va cambiando, y tenemos las vacunas, las pruebas, los tratamientos y las medidas sociales y de salud pública para poner fin a la fase aguda de la pandemia de COVID-19″, concluyó el funcionario.
 
El escenario más plausible es que el virus siga evolucionando, pero que la gravedad de la enfermedad que causa se reduzca con el tiempo a medida que aumenta la inmunidad debido a la vacunación y la infección. La segunda posibilidad es el mejor de los casos posibles: el surgimiento de variantes menos graves contra las que no sean necesarias dosis de refuerzos o nuevas fórmulas de vacunas. Sin embargo, el tercero escenario es el peor posible, la aparición de una variante más virulenta y altamente transmisible.
 
infobae.com

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