14 ABR | 20:39

Medidas de prevención más efectivas frente al avance de Ómicron BA.2

La subvariante se propaga por varios países del mundo, y genera brotes que causan preocupación a las autoridades sanitarias. Cuáles son las recomendaciones de los expertos.
Se sabe que el riesgo de transmisión al aire libre es exponencialmente menor que el de la transmisión en interiores
 
 
La subvariante BA.2 de Ómicron mantiene a casi 20 millones de personas aisladas en China, y los contagios aumentan en varios países de Europa y en los Estados Unidos.
 
 
La evidencia científica indica que BA.2 es aún más contagiosa que la variante Ómicron original, y que, al igual que sus predecesoras, se propaga por contacto directo con personas infectadas y se transmite por el aire.
 
 
Los aerosoles que expelen las personas al hablar, toser o estornudar sigue siendo la principal vía de contagio. Además, los aerosoles que quedan en las superficies pueden desempeñar un papel más importante en la transmisión del SARS-CoV-2. Así, alguien que haya tosido sobre su mano y luego haya tocado el picaporte de una puerta podría dejar el virus allí y transmitirlo a quien toca esa puerta luego y se lleva la mano a la boca o la nariz.
 
 
Mientras la mayoría de los países levanta las restricciones a la circulación, y deja de ser obligatorio el uso de mascarilla en los espacios públicos cerrados, los especialistas insisten en que su uso debiera mantenerse, especialmente contra una variante tan contagiosa como la BA.2.
 
 
Los cuidados que no se deben desatender
 
Las superficies desempeñan un papel menos importante que la transmisión por aerosol (Reuters) 
 
1- La ventilación es muy importante
 
El riesgo de transmisión al aire libre es exponencialmente menor que el de la transmisión en interiores, y un espacio bien ventilado y menos concurrido también tiene un riesgo mucho menor que un lugar en el que las personas están aglomeradas en un espacio sin ventilación.
 
 
En opinión de la médica de urgencias y profesora de Política y Gestión Sanitaria en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington, Leana Wen, “las superficies desempeñan un papel menos importante que la transmisión por aerosol, pero sigue siendo una buena práctica lavarse bien las manos o utilizar un desinfectante de manos si se da la mano a la gente y se tocan superficies de uso frecuente. Esto reducirá no sólo la transmisión de este coronavirus, sino también la de otros patógenos respiratorios y gastrointestinales”.
 
 
“También tenemos más herramientas a nuestra disposición que en 2020 -enfatizó la experta-. Tenemos vacunas y refuerzos, que protegen muy bien contra la enfermedad grave y también reducen el riesgo de infección grave por COVID-19. Además, realizarse un test antes de reunirse con otras personas ayuda a saber si hay algún asintomático que debe evitar concurrir a la reunión. Esa es otra medida preventiva clave a la que ahora tenemos acceso”.
 
 
 
El riesgo de transmisión al aire libre es exponencialmente menor que el de la transmisión en interiores
 
 
2- Mascarillas: cuándo sí y cuándo no
 
Para Wen, “el riesgo es acumulativo”. En ese sentido, según ella, “pueden volver a hacerse algunas cosas que son de menor riesgo o de mayor valor, pero seguir tomando algunas precauciones”.
 
Y ejemplificó: “Si se trabaja en una oficina que tiene una buena ventilación y está bien espaciada, y exige una prueba de vacunación, puede considerarse no usar mascarilla en ese entorno”. E insistió en que si se usa mascarilla, sea una N95 o una equivalente, que son las que proporcionan una mejor oportunidad de protegerse contra la muy contagiosa subvariante BA.2.
 
Las vacunas existentes brindan una protección sustancial contra la infección y una protección muy fuerte contra enfermedades graves (Reuters) 
 
3- El riesgo en espacios abiertos
 
Según apuntó la especialista, “el riesgo de transmisión al aire libre de la subvariante BA.2 es muy bajo, hasta el punto de que es prácticamente inexistente. Las reuniones sociales al aire libre son muy seguras, y ciertamente el riesgo es menor que el entorno equivalente en el interior”.
 
En ese sentido, destacó: “No creo que la gente deba usar mascarillas al aire libre, pero puede haber situaciones en las que alguien sea extremadamente vulnerable, por ejemplo, un paciente con cáncer que esté recibiendo quimioterapia, y quiera ser más cuidadoso. En ese caso, debería sentirse libre de usar una mascarilla cuando esté al aire libre y en entornos más concurridos”.
 
4- Cómo actuar en lugares cerrados
 
En este punto, Wen enumeró tres aspectos: en primer lugar, cuál es el riesgo de COVID-19 en esa comunidad. “Si la región se encuentra en una zona naranja, o de alto riesgo, según las métricas de los CDC, debe usarse mascarilla en el interior. Si está en verde o amarillo, o riesgo bajo o medio, puede optarse por no hacerlo, dependiendo de los otros dos factores”.
 
El segundo factor que hay que tener en cuenta, según la especialista, es cuál es la situación médica de cada persona en particular y las circunstancias de los demás en su hogar. “Si en general la persona está sana y totalmente vacunada y con los refuerzos al día, su probabilidad de sufrir una enfermedad grave a causa del COVID es muy baja -explicó-. Esto es diferente si está inmunodeprimida o vive con alguien de edad avanzada con múltiples enfermedades. Es aconsejable tener un umbral de precaución más alto en función de la situación médica de tu familia”.
 
Las dosis de refuerzo hacen que la protección sea aún más robusta
 
 
En tercer lugar, para ella es clave indagar qué importancia tiene para cada uno seguir evitando el COVID-19. “Por supuesto, ninguno de nosotros quiere infectarse por el coronavirus, y nadie debería intentar contagiarse. Pero hay algunas personas que quieren evitarlo a toda costa y otras que aceptan que si salen de viaje, reanudan fiestas, cenan en restaurantes y realizan otras actividades previas a la pandemia, tendrán cierto nivel de riesgo. Es una decisión personal que variará de una persona a otra”, apuntó en una entrevista con CNN.
 
5- No dejar de vacunarse, como respuesta a todo
 
Si bien Ómicron fue, por lo general, un poco más efectiva que otras variantes en causar infecciones a personas recién vacunadas, las vacunas aún brindan una protección sustancial contra la infección y una protección muy fuerte contra enfermedades graves. Las dosis de refuerzo hacen que la protección sea aún más robusta. Y una vez más, BA.2 no parece cambiar nada de eso: investigadores británicos descubrieron hace poco que las vacunas eran igualmente efectivas contra ambas subvariantes de Ómicron.
 
La variante Ómicron también atravesó mucho mejor que otras variantes la inmunidad natural adquirida de infecciones anteriores, lo que llevó a plantear algunas preocupaciones de que BA.2 podría hacer eso a las personas que contrajeron BA.1 en la ola de Ómicron. Si bien se reportaron tales reinfecciones, hasta ahora fueron extremadamente raras incluso en países donde ahora prevalece BA.2.
 
infobae.com

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