21 MAY | 18:33

El problema de la inflación argentina

Un artículo del economista estadounidense Jack Raines, creador del blog “Young Money”, da cuenta del problema que arrastra el país hace décadas y desmenuza los artilugios de los argentinos...
... a la hora de evitar que sus ingresos pierda valor mes a mes. Y trata de dar consuelo a su país que enfrenta una inflación de, solamente, 8 por ciento
 
 
Po Jack Raines-Economista y blogger financiero
 
 
Un trabajador de un supermercado cambia los precios a unos productos en la ciudad de Buenos Aires (Argentina), en una fotografía de archivo. EFE/Demian Alday Estévez
 
 
En marzo de 2022, el Indice de Precios al Consumidor de EEUU mostró una inflación interanual del 8,5%, la más alta desde 1981. Bastante difícil, ¿verdad? Bueno, en marzo de 2022, Argentina registró un inflación mensual del 6,7%. La cifra interanual del país fue del 55,1 por ciento.
 
 
Las cuentas bancarias argentinas pagan un 45% de interés sobre los depósitos, lo que suena muy bien si el valor de su moneda no se reduce a la mitad cada año. Los autos usados, un activo que se deprecia en la mayor parte del mundo, son inversiones que retienen mejor el valor que la moneda nacional en Argentina.
 
 
La confianza en el gobierno es mínima, en el mejor de los casos, y los ultra ricos almacenan su capital en cuentas bancarias en el exterior.
 
 
¿Qué hacen todos los demás? Acumulan dólares. Cuando se enfrenta una inflación del 50% cada año, una inflación del 8% es un sueño hecho realidad. Aquellos que tienen suficiente dinero para ahorrar cambian sus pesos por dólares lo más rápido posible, ya que el dólar es la mejor cobertura contra la inflación que sufren.
 
 
Estos dólares no se almacenan en cuentas bancarias. Se guardan en cajas fuertes, debajo de los colchones y en cualquier otro lugar donde el gobierno no pueda tocarlos.
 
 
El intercambio constante de pesos por dólares ha creado un círculo vicioso: una moneda ya débil continúa perdiendo valor a medida que los consumidores la abandonan lo más rápido posible.
 
 
Hace dos años, el gobierno argentino buscó detener esta fuga de dólares al instituir un límite de cambio mensual de 200 dólares, pero esta norma simplemente expandió el mercado negro de dólares.
 
 
La Argentina ahora tiene dos tipos de cambio: el formal y el informal. El primero, que ronda los 100 pesos por dólar en este momento, es lo que cualquier banco le pagará por sus dólares. Sin embargo, la demanda de dólares es tan alta que el tipo de cambio no oficial cotiza con una prima del 100%: 200 pesos por dólar. Debido a que la inflación es tan galopante, la población local pagará el doble del precio de mercado para conseguir dólares.
 
 
Si eres un turista americano, es una gran oferta. Quien traiga unos cuantos miles de dólares podrá vivir como un rey. Si eres argentino local, este intercambio nace de la desesperación. Sin acceso a dólares, su poder adquisitivo disminuirá rápidamente.
 
 
Entonces: ¿cómo fue que llegamos aquí?
 
 
Qué es lo que salió mal
 
La Argentina es un caso de estudio único en materia de desarrollo económico, porque hace apenas 80 años estaba a punto de rivalizar con Estados Unidos en influencia global. Durante las primeras tres décadas del siglo XX, la nación sudamericana superó a Canadá y Australia en población, ingreso total e ingreso per cápita. De hecho, en 1913 la Argentina era el décimo país más rico per cápita. (En perspectiva, la Argentina ocupó el puesto 89 en 2020 y Estados Unidos el décimo).
 
 
Sin embargo, el resto del mundo ha florecido en gran medida desde el final de la Segunda Guerra Mundial, mientras que Argentina ha fracasado. ¿Qué es lo que salió mal?
 
 
En la década de 1940, parecía que la nación sudamericana sería una superpotencia durante el resto del siglo XX. Era uno de los principales exportadores agrícolas del mundo, el país se estaba industrializando rápidamente y, a diferencia de la Europa devastada por la guerra, se había mantenido relativamente estable desde que obtuvo su independencia. Millones de italianos, españoles y otros europeos emigraron a la Argentina en busca de oportunidades en una nueva tierra. Buenos Aires se estaba convirtiendo en la Nueva York del hemisferio sur.
 
 
Sin embargo, en 1946 llega al poder Juan Perón, poniendo en marcha 75 años de decadencia y estancamiento. A escala global, las primeras cuatro décadas del siglo XX estuvieron llenas de guerra y depresión económica. Como resultado, Perón implementó una serie de políticas de sustitución de importaciones, como aranceles altos, para hacer que el país fuera menos dependiente de los mercados internacionales.
 
 
Sin embargo, el momento no podría haber sido peor, ya que la era posterior a la Segunda Guerra Mundial trajo una explosión del comercio internacional. Los consumidores de todo el mundo se beneficiaron de las importaciones baratas, mientras que las empresas tuvieron acceso a bases de clientes exponencialmente más grandes. La Argentina perdió el tren.
 
 
Si bien el objetivo era hacer de la Argentina una nación independiente, la realidad fue que una potencia mundial floreciente quedó fuera de los mercados internacionales antes de la mayor expansión del comercio mundial en la historia.
 
 
Las consecuencias del proteccionismo no pueden exagerarse. La Argentina fue anteriormente una superpotencia agrícola, pero las políticas proteccionistas obligaron al país a desviar recursos de su sector más fuerte para aumentar la producción industrial. La producción nacional no pudo competir con los precios más bajos de los bienes internacionales y los consumidores sufrieron.
 
 
La política económica peronista no se detuvo aquí. Los controles de alquileres y precios fueron generalizados y el gobierno llegó incluso a establecer límites de precios para los menús de los restaurantes.
 
 
El gasto público se disparó cuando se nacionalizaron empresas de diversos sectores y Perón distorsionó los derechos de propiedad y la libertad de contratación.
 
 
El fuerte gasto público, la nacionalización generalizada y el comercio internacional mínimo fueron una receta para el desastre.
 
 
Las políticas peronistas sofocaron el crecimiento económico, excluyeron a la Argentina de los mercados internacionales, sembraron semillas de desconfianza, destruyeron su moneda y crearon un ciclo de más de 70 años de hiperinflación y estancamiento económico.
 
 
Perón fue derrocado después de una década en el poder, pero el destino de Argentina estaba sellado.
 
 
Durante los siguientes 50 años, el poder de gobierno cambió de manos varias veces a través de golpes de estado y “elecciones”, la nación incumplió repetidamente sus deudas y cambió de moneda, y la inflación causó estragos en el poder adquisitivo de los consumidores locales.
 
 
Perspectiva
 
 
La inflación del 8% apesta. Las políticas gubernamentales ineptas apestan. Pero nuestros problemas en los EEUU son mínimos en comparación con otras partes del mundo. La realidad es que vivimos en un país con una moneda estable, un gobierno estable y oportunidades ilimitadas.
 
 
 
En marzo de 2022, la lectura del IPC de EEUU mostró una inflación interanual del 8,5%, la más alta desde 1981 EPA/SKIP BOLEN
 
 
En EEUU, nos preocupa si el mercado va a mantener su rentabilidad anual del 9%. En Argentina les preocupa si su moneda existirá o no mañana. Los estadounidenses invierten en acciones, bonos, fondos indexados e inmuebles. Los argentinos atesoran dólares debajo de sus colchones y compran vehículos usados como inversión para combatir la hiperinflación.
 
 
Hace apenas unas generaciones, la Argentina estaba destinada a ser la potencia mundial del hemisferio sur. El peso era tan estable como el dólar estadounidense y la libra esterlina, Buenos Aires era una de las principales ciudades del mundo y millones de inmigrantes llegaban al país en busca de oportunidades
¿La parte más loca de todo esto? Hay una línea de tiempo alternativa en la que la Argentina rivaliza con Estados Unidos en influencia global en 2022.
 
 
Hace apenas unas generaciones, la Argentina estaba destinada a ser la potencia mundial del hemisferio sur. El peso era tan estable como el dólar estadounidense y la libra esterlina, Buenos Aires era una de las principales ciudades del mundo y millones de inmigrantes llegaban al país en busca de oportunidades.
 
 
Sin embargo, una sola década de incompetencia del gobierno condujo a generaciones de declive.
 
 
A pesar de los problemas que tenemos en los EEUU, ganamos la lotería de la oportunidad al nacer aquí. No tenemos que preocuparnos de que nuestros dólares no valgan nada o de que nuestro gobierno sea derrocado por un golpe de Estado. Si algunos eventos en la historia hubieran sido diferentes, podríamos estar viendo una realidad diferente en este momento.
 
 
La vida en los EEUU no es perfecta, pero es importante tener un poco de perspectiva sobre estas cosas. Si nuestro mayor problema es una inflación del 8%, ¿es realmente tan grande?
 
Este artículo fue publicado originalmente en el blog del autor, Young Money (www.youngmoney.co)
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