...se denuncia que “las medidas que se están implementando con el supuesto fin de paliar este fracaso educativo son definitivamente, aberrantes”
“La promoción indiscriminada es un fraude, otra forma de simulacro”, denuncian los docentes agrupados en la Mesa Nacional por la Calidad Educativa.
“Si bien la decadencia de la educación argentina es algo que se viene profundizando desde hace varias décadas; la situación actual, post-pandemia, es trágica. Sumado a esto, las medidas que se están implementado con el supuesto fin de paliar este fracaso son definitivamente, aberrantes”, dice el comunicado de esta red que une a docentes de todas las provincias del país, en referencia a los datos que señalan un fuerte descenso de la repitencia cuya causa no es la mejora de la educación sino el relajamiento de los criterios de promoción.
Liana Pividori, coordinadora de la Mesa, explica que desde esa asociación vienen advirtiendo “con alarma sobre los simulacros de solución que proponen los ministerios de Educación, en particular ahora, con la eliminación de la repitencia”.
Se recortan contenidos hasta niveles increíbles; se aprueba a alumnos por decreto; se los promociona por decisiones de gobierno
Combatir las causas de la repitencia implica “elaborar todo un andamiaje para trabajar en la prevención, es decir, estrategias y recursos que fortalezcan los aprendizajes a fin de que todos puedan acceder a una educación de calidad”.
Actualmente, señala, “a la inclusión, la equidad y la justicia educativa, de las que tanto se habla, sólo se las atiende con medidas facilitadoras y engañosas”. Entre ellas enumera: “Se recortan contenidos hasta niveles increíbles; se aprueba a alumnos por decreto; se los promociona por decisiones de gobierno. De esta manera, los alumnos sobrevuelan por los distintos niveles cumpliendo la premisa de la política educativa imperante de ‘ingresar, permanecer y egresar’ pero sin lograr los aprendizajes que validarían una educación de calidad.”.
Todo esto se hace en desmedro de la dignidad de los docentes, explica Pividori, porque “se pasa por encima de los profesionales de la educación y se desacredita su autoridad y profesionalismo, dado que se anulan y hasta contradicen sus decisiones respecto a calificación y promoción de sus propios alumnos”.
Los alumnos sobrevuelan por los distintos niveles cumpliendo la premisa de la política educativa imperante de ‘ingresar, permanecer y egresar’ pero sin lograr los aprendizajes
“Esto no es equidad; es fraude; es una deuda interna que nunca podrá pagarse porque se están quitando las oportunidades de desarrollo personal y laboral a varias generaciones de argentinos”, sentencia.
“La discusión no pasa por si la repitencia es buena o mala, sino por la condición en que se promociona a los alumnos”, agregan los docentes en el comunicado. Admiten que el alumno repitente carga con un estigma, especialmente emocional, que pierde a sus compañeros, se retrasa un año y debe rehacer materias ya aprobadas. Pero para eliminar la repitencia hay que atacar sus causas y no desconocerlas ni mucho menos reemplazarla por una promoción directa indiscriminada.
“Se debe comenzar por garantizar que los niños ingresen al nivel inicial en condiciones dignas -detalla Pividori en ese sentido-, trabajando desde acción social para evitar la malnutrición o desnutrición, la realidad de calle, entre otros muchos factores de riesgo. Aspecto que el Estado descuida sin pudor”.
“La manera de asegurar aprendizajes de calidad es garantizar que todos puedan acceder a ellos. Hay diferentes estrategias que se pueden implementar, como la instrumentación de los docentes de apoyo en cada curso. Aparte del docente de cátedra, se sumaría otro que colabore con los alumnos que lo requieran”, proponen desde la Mesa Nacional por la Calidad Docente.
Se pasa por encima de los profesionales de la educación y se desacredita su autoridad y profesionalismo, dado que se anulan y hasta contradicen sus decisiones respecto a calificación y promoción
“También se pueden implementar clases extracurriculares -agregan-, dependiendo de la disponibilidad de la institución y de los alumnos. Por otra parte, se debe exigir el cumplimiento de la ley de educación en cuanto a los gabinetes psicopedagógicos. Todas las escuelas deberían tenerlos, porque están estipulados por esta norma. Incluso, habría que sumar a médicos que puedan cuidar la salud física de los estudiantes”.
Y concluyen: “Para eliminar un proceso hay que asegurarse de introducir una alternativa que no sólo lo reemplace, sino que signifique una mejora significativa. La promoción directa sin el logro de conocimientos y competencias que demuestren el desarrollo del máximo de posibilidades de cada alumno es una simulación de aprendizajes y la educación no debe ser un simulacro.”
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