El Padre Queirolo expresó en principio que «hoy es un día de reflexión, Angelelli no solo merece ser recordado por quienes sentimos más inmediatamente su figura, sino que por todo el País, porque su figura trasciende los límites de la Provincia».
Contó que tuvo el honor de conocerlo, «sería un atrevimiento de mi parte decir que era mi amigo, y he tenido la posibilidad de dar testimonio de su persona para muchos lugares del mundo que se interesan por su figura. Tengo ya 89 años, soy uno de los pocos que quedamos con vida que hemos podido conocer a Monseñor, que hemos podido hablar con él y participar de su pastoral».
«Dios le tenía reservado para él una misión especial, Angelelli tenía una empatía especial, una capacidad para penetrar en el corazón de la gente. Dios lo puso al servicio de la gente»
En la entrevista, el Padre destacó que la coherencia es tan importante en la vida de toda persona, y aseguró que Angelelli hacía de la coherencia un culto, era totalmente evangélico.
«A Angelelli no se lo recuerda solo por su palabra o por sus escritos, sino por su cercanía con la gente, por su compromiso social con los más necesitados», expresó.
Día de la muerte de Angelelli
El 4 de Agosto de 1976 el Padre contó que estaba en Chilecito, en su tercer año de permanencia en La Rioja, «recién a las ocho de la noche pude escuchar la radio, donde decían que el obispo Angelelli había sufrido un grave accidente en Punta de los Llanos».
«Al principio, por orden del Gobierno de entonces, los medios no decían que había muerto ni qué había pasado, querían evitar todo tipo de conmoción, pero la gente intuyó lo que estaba pasando, que lo habían matado, y se volcó espontáneamente a la Catedral, donde se reunió una multitud», recordó.
«Se venía viendo que la mano venía muy pesada, que la Triple A lo tenía como objetivo»
Recordó que «Angelelli era una persona muy positiva, muy alegre, y nos sorprendió que cuando volvió de una audiencia con el General Menéndez en Córdoba vino muy triste y preocupado, allí Menéndez le dijo que quería ser declarado Caballero Cristiano para terminar con el comunismo y el ateísmo, él sabía que se venía una etapa muy oscura para el País», lamentó el Padre.