En el marco de la primera peregrinación al santuario de San Cayetano después de la pandemia de Covid-19, y en medio de un clima socioeconómico límite, el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, exhortó hoy a la feligresía a adoptar “actitudes solidarias y fraternas que nos permitan reconstruir esta Argentina que nos duele a todos” y en la que “el pan que alimenta nuestra vida diariamente se hace más inalcanzable a causa de la inflación asfixiante”.
Al referirse al relato “del buen samaritano” relatada en el evangelio del día, Poli pidió a los miles de fieles que asisten a la misa central de la celebración de San Cayetano en Liniers que se dejen “interpelar por la parábola, capaz de poner de manifiesto las actitudes solidarias y fraternas que nos permitan reconstruir esta Argentina que nos duele a todos”.
“El ejemplo del buen samaritano nos devuelve a una mirada solidaria de la realidad, no para escandalizarnos, que de nada sirve, sino para conmovernos y comprometernos. Mientras tanto, supliquemos el pan de cada día, como nos enseñó Jesús en el Padre Nuestro”, afirmó Poli en su homilía, poco después de las 11 de la mañana.
“El pan que alimenta nuestra vida y que diariamente se hace más inalcanzable a causa de la inflación asfixiante que padecemos y que genera miseria”, sentenció.
Las palabras del arzobispo de Buenos Aires surgieron en medio de un reclamo masivo promovido por diferentes organizaciones sociales, en el que se le reclamaron acciones y mejoras para la calidad de vida de los sectores más necesitados. Los párrafos de Poli parecieron acompañar desde el discurso de la Iglesia a la protesta promovida por diversas organizaciones sociales, que se encolumnaron en una marcha desde el propio santuario de Liniers hasta el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Los manifestantes le exigen al Gobierno que se tomen medidas drásticas para frenar el avance de la inflación y la suba de los precios.
Poli agradeció a la cantidad de ciudadanos en todo el país que se acercan a las iglesias y a las parroquias para ayudar al prójimo en esta situación tan difícil.
“Cómo no pensar en la cantidad creciente de hermanos y hermanas que se acercan cotidianamente a los comedores y merenderos, en los adultos mayores, que no pueden comprar sus remedios, en las familias cuyos ingresos son cada vez más insignificantes. Como reza una canción religiosa ‘No es posible morirse de hambre en la tierra bendita del pan, no es posible’”, afirmó el cardenal durante su discurso.
“El pan que se pide para todos, el que se logra con el propio trabajo es un clamor de justicia”, agregó.
A su vez, el Arzobispo instó a unir a todos los argentinos, sin importar la ideología o interés político. Destacó la importancia de quienes sacrifican parte de su día a día para poder ayudar y solidarizarse con otros y así mantienen firme la virtud de la esperanza.
“Cuando pasemos frente a la imagen de San Cayetano confiemos en nuestras necesidades y no olvidemos pedir por la Patria de todos, la Patria de todos, sin grietas”, afirmó.
Y completó: “Son los samaritanos de nuestros días que comparten sus tiempo y sus bienes y sin medir sacrificio renuevan en el cuerpo social el anhelo de felicidad que Dios ha puesto en el corazón de cada ser humano, la esperanza. La virtud que sostiene las pruebas y nos hace esperar tiempos de encuentro y de paz entre los argentinos”.
Desde la madrugada, las puertas del Santuario de Liniers se abrieron para los fieles. Era la primera peregrinación de San Cayetano completamente presencial en los últimos dos años, desde que se desatara la pandemia de Covid-19 en la Argentina.
Llamada por los organizadores como “la fiesta del reencuentro”, una multitud acudió al Santuario ubicado en el barrio porteño de Liniers para profesar su fe ante el patrono del pan y del trabajo.
Asimismo, diversas organizaciones sociales protagonizan una masiva marcha desde el propio santuario de Liniers hasta el Obelisco, en reclamo al Gobierno de mejoras y nuevas medidas que permitan alcanzar a la sociedad a los sectores más vulnerados.
Las decenas de miles de participantes en la manifestación le reclaman al gobierno de Alberto Fernández urgencias básicas: “Tierra, Techo y Trabajo”. Al rezo, este año se agregaron dos “P”, paz y pan.
Tal como informó este medio de manera exclusiva, la marcha cuenta con un destacado peregrino que no estuvo presente en las convocatorias anteriores: Gustavo Beliz, el ahora ex secretario de Asuntos Estratégicos. El amigo del Presidente que renunció de manera “indeclinable” al cargo en el mismo momento en el que se confirmaba que Sergio Massa, el hasta entonces presidente de la Cámara Baja, aterrizaba en el Gabinete Nacional como ministro de Economía con facultades ampliadas. Beliz no habló sobre el tema.
Con una campera azul y con una estatuilla de la Virgen María en sus hombros, el líder de la CTEP, Juan Grabois, fue uno de los que encabezó las columnas de la marcha hacia el centro de la Ciudad de Buenos Aires.
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