Por el impacto de la inflación, que alteró las negociaciones salariales, el Consejo del Salario decidió elevar el Salario Mínimo Vital y Móvil a $57.900 –se materializará en tres etapas– y resolvió que volverá a revisarse en noviembre. Con esta suba alcanzará un 75% de aumento, un guiño de la CGT al gobierno nacional, ya que la inflación proyectada por la mayoría de las consultoras privadas está por encima del 90 por ciento.
Según lo acordado, en septiembre el salario mínimo será de $51.200; en octubre, de $54.550, para llegar a los $57.900 en noviembre. Se trata de la tercera actualización del mínimo, que comenzó el año en $33.000. En abril subió un 45% para llegar en agosto a los $47.850 actuales. Se preveía llegar a ese monto a fin de año, pero se actualizó este mes por la suba de los precios, principalmente de los alimentos.
A diferencia de lo que ocurrió en las últimas dos reuniones, no hubo acuerdo total, aunque sí mayoritario. La resolución salió por 30 votos a favor, una abstención –el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky– y solo votó en contra Ricardo Peidró (CTA Autónoma).
Según los cálculos del Ministerio de Trabajo, a cargo de Claudio Moroni, de diciembre a diciembre la recomposición del salario mínimo fue del 80,9 %, mientras que, si se toma el período de marzo a marzo, el número asciende al 75,5%.
La definición del nuevo piso salarial, que encabezó Moroni, impactará en unos 400.000 trabajadores fuera de convenio. En ese sentido, sirve como referencia para el salario inicial docente y los programas sociales, ya que el monto de un Potenciar Trabajo constituye la mitad de un salario mínimo. Además, es un indicador para el trabajo informal y para actividades que no están sindicalizadas en jornadas laborales de ocho horas.
Es por eso que, en medio de la crisis económica y el desembarcó de Sergio Massa en el Palacio de Hacienda, la central obrera ofreció el aumento como una prenda de paz. Es que la carga de un incremento mayor en esta etapa oficiaría como un duro golpe para las alicaídas arcas públicas.
Durante 2021, el salario mínimo tuvo dos aumentos, con un alza global de 52,7%, apenas por encima de la inflación. Se logró con el voto de todos los miembros del Consejo del Salario, donde confluyen las principales cámaras empresarias del país, las dos centrales obreras y representantes de los movimientos sociales.
Por su parte, los montos mínimos y máximos de la prestación por desempleo quedaron en $12.650 y $21.083, respectivamente, a partir del 1 de junio; y $13.292 y $22.153 a partir del 1° de agosto.
Con Moroni a la cabeza, el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil convoca a 32 miembros, 16 por la parte trabajadora y 16 por la empleadora. Se trata de un ámbito institucional permanente de diálogo entre representantes de los trabajadores, empleadores, el Estado Nacional y el Consejo Federal del Trabajo (gobiernos provinciales) para evaluar temas referidos a las relaciones laborales como redistribución del ingreso, asistencia a desempleados, generación de empleo genuino y decente y combate al trabajo no registrado, entre otros.
Participaron del encuentro los popes de la CGT, Carlos Acuña y Héctor Daer; Carlos Achetoni (Federación Agraria Argentina), Roberto Baradel (Ctera), Octavio Bermejo (Coninagro), Javier Bolzico (ADEBA), Jaime Campos (Asociación Empresaria Argentina), Daniel Funes de Rioja (UIA), Ricardo Diab (CAME) y Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio de Buenos Aires), entre otros.