En el trasfondo está la carrera por el 2023 y ocurre mientras la Vicepresidenta encolumna al peronismo detrás de su embestida contra los jueces
Patricia Bullrich atacó a Rodríguez Larreta por negociar con el kirchnerismo una salida al conflicto del vallado
La radicalización de Cristina Kirchner y su decisión de llevar a la calle la discusión de sus problemas con la Justicia derivó en la primera diferencia pública en el seno de la oposición. Mientras el Frente de Todos parece decidido a abandonar sus diferencias para encolumnarse detrás de la vicepresidenta, en Juntos por el Cambio aparecieron anoche las críticas de Patricia Bullrich a Horacio Rodríguez Larreta por su forma de enfrentar la ofensiva callejera del kirchnerismo.
Horacio Rodríguez Larreta había quedado en el centro de la escena tras ser apuntado por la vicepresidenta, La Cámpora, Alberto Fernández y sus funcionarios en el Gobierno luego de la disputa por el vallado instalado en la madrugada del sábado en inmediaciones de Juncal y Uruguay, donde está al departamento de la ex presidente. Esa decisión -empujada por las quejas de vecinos abrumados por días y noches sin descanso- provocó una manifestación de apoyo que terminó en incidentes y una negociación de urgencia para evitar que la situación se fuera de control. Hubo 20 policías, algunos con contusiones graves, detenidos y hasta el diputado Máximo Kirchner denunciando “represión de la Policía de Larreta”.
Tanto la titular del PRO como el jefe de gobierno porteño son los dos principales “presidenciables” que tiene la oposición.
La principal acusación de Patricia Bullrich es que, a su juicio, el jefe de Gobierno cedió ante la embestida de la vicepresidenta y todo el kirchnerismo por el control de la calle. Más allá de que al jefe de gobierno lo acusaron de sitiar a Cristina Kirchner y de ser el blanco furioso de las acusaciones del Frente de Todos, la ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri le endilgó no haber sido lo suficientemente duro para resistir el vallado instalado en Recoleta.
Incluso, la presidenta del PRO -que tuvo contacto con el propio Macri- reveló en una entrevista con TN que desairó al jefe de gobierno y decidió no ir a la conferencia de prensa de la noche del sábado en la sede del gobierno porteño, donde se convocó toda la dirigencia de Juntos por el Cambio para repudiar los hechos de violencia.
.“Me llamó Larreta”, aclaró Bullrich y agregó: “Le dije, “yo voy si hablo, si puedo poner la posición concreta de lo que creo””. “Lo que están poniendo en duda no es la valla, sino dónde está el gobierno. El gobierno está en el que mantiene el orden y vos no podés entregar ese orden”, le recriminó a Larreta y resaltó: “La Ciudad (de Buenos Aires) siempre está con las calles tomadas. Nos ven débiles por eso. Nos tenemos que hacer fuertes en mostrar que somos responsables de la calle”.
El tema iba a ser analizado en la reunión que periódicamente tenía el PRO en un restaurante de Puerto Madero. Las diferencias habían trascendido en off the record durante fin de semana, por lo que estaba al top del temario. Aunque estaba convocada para mañana, después de este “incidente” público, no todos estaban seguros de que se realice.
Reacción en cadena
Las declaraciones de Bullrich cayeron como un baldazo de agua fría en medio de la noche. Y derivaron en respuestas del jefe de Gabinete, Felipe Miguel, y los ministros Marcelo D’Alessandro (Seguridad) y Soledad Acuña (Educación) y referentes de los principales sectores que integran la coalición opositora. Las interpretaciones apuntaron a un intento de subir al ring y ser la voz de mayor dureza frente al kirchnerismo. “Hay que garantizar la unidad”, afirmaron tanto desde el PRO como de la UCR y la Coalición Cívica. Twitter fue la caja de resonancia de una reacción en cadena.
“Las declaraciones que son claramente funcionales al kirchnerismo y me generan mucha desilusión. Son de una enorme irresponsabilidad porque en un momento en el que la Argentina necesita justamente frente a todos estos embates que la oposición esté unida, estas manifestaciones con un interés personal y cuestiones cortoplacistas, priorizando los intereses personales por sobre los intereses de la república le hacen muy mal la Argentina”, afirmó Felipe Miguel.
“Me llaman mucho la atención sus declaraciones. Como se vio durante todo el día de ayer actuaron con firmeza, profesionalismo y responsabilidad, sin dejarse amedrentar incluso por dirigentes políticos devenidos en manifestantes”, afirmó D’Alessandro. “La actitud resulta funcional al kirchnerismo, que pretende caos y violencia. Es momento de unirnos y dejar de lado las mezquindades políticas”, aseguró en declaraciones transmitidas a Infobae del principal apuntado por Bullrich.
La Policía de la Ciudad volvió a montar un operativo en inmediaciones de la casa de CFK por la persistencia de una manifestación que cortaba el tránsito
En esa línea también se expresó Soledad Acuña, una de las voces de más alto perfil del gabinete de Larreta. “Es un momento bisagra para la Argentina y como oposición es prioritario mantenernos unidos, no ser funcionales al kirchnerismo. El Gobierno de la Ciudad y la Policía actuaron con firmeza, con determinación y con profesionalismo”. “Casi todos los que formamos parte de JXC estuvimos presentes en la conferencia de prensa de la noche. No es momento de buscar diferencias ni especular electoralmente. Hoy la gente nos pide que no nos peleemos y debemos estar a la altura”, expresó.
Un fuerte impacto tuvo, también, las declaraciones a Infobae del diputado radical Facundo Manes, quien equiparó a Macri y Cristina: “Dividen al país, son los extremos y no me representan”, dijo el dirigente que está dispuesto a pelear por la presidencia. Esas palabras derivaron en críticas, principalmente, de sectores cercanos al PRO, con un fuerte impacto en las redes sociales.
Al revés del Frente de Todos
A diferencia de lo que pasó en Juntos por el Cambio, que se agravaron las diferencias internas, en el Frente de Todos se empezaron a cerrar peleas nuevas y viejas. Fue llamativo el abrazo que se dio Cristina Kirchner con Juan Grabois, el líder del MTE, quien había amagado con romper el bloque en Diputados y pegar un portazo por el rechazo a discutir el Salario Universal Básico.
También, en la misma línea, se inscribió Luis D’Elía, el líder de la Federación de Tierra y Vivienda, que en medio de la pelea entre Cristina Kirchner y el presidente Alberto Fernández, se puso del lado del primer mandatario y hasta acusó a la vicepresidenta de intentar un golpe de Estado.
Hasta el ex gobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri -condenado por la justicia de su provincia por corrupción- apareció la noche de la batalla por el vallado y tuvo un abrazo, aunque menos efusivo, más incómodo, como obligado.
A río revuelto, Milei ganando
Para el analista y encuestador Gustavo Córdoba, la agudización del enfrentamiento entre las dos orillas de la grieta provocó, por acción u omisión, la recuperación de Javier Milei, el economista que había empezado a terciar en la discusión del poder y que quedó relegado después de la boutade de vender órganos o comprar niños.
“Lo que se está yendo del Frente de Todos está recalando en los libertarios más que en Juntos por el Cambio”, explicó el director de la encuestadora Zuban Córdoba y agregó que Milei pasó en dos meses del 20 al 25% por ciento de simpatías en el electorado. Aunque sin números, expresó una opinión similar la semana pasada Eduardo Fidanza, de Poliarquía. Hay un consenso generalizado que la disputa entre el FDT y JxC beneficia a Milei.
Pero también, según esa mirada, en el seno de los polos que disputan el sentido y la discusión del poder, hubo un retroceso en el protagonismo -la centralidad, esa palabra tan de modo ahora- de la gestión y la acción política. Larreta y Manes subieron el perfil, mientras que en el Frente de Todos, es Sergio Massa el que talla con más fuerza.
Cristina Kirchner, que ocupa el centro de gravedad de la política argentina, está más enfocada en la reconstrucción de su capital político y la madre de todas sus batallas, con la Justicia.
Sobre Massa, en concreto, el virtual primer ministro del gobierno estuvo todo el fin de semana trabajando con su equipo sobre medidas que, espera, tengan impacto simbólico, pero también inmediato. “Sigue adelante con su plan”, responden en su entorno cuando se pregunta cómo está viendo los últimos acontecimientos políticos y judiciales que sacude al Frente de Todos.
En esa línea se inscriben las medidas que vienen. En el ámbito del turismo habrá anuncios que, se prevé, tendrán fuerte impacto. También se va a profundizar la receta del “alivio fiscal”, con reducción de impuestos para sectores identificados como las máquinas de generar dólares: minería, energía, campo y economía del conocimiento.
La disputa político-judicial que monopoliza Cristina Kirchner desplaza el foco de las críticas del ajuste fiscal que el ministro de Economía aplica con decisión espartana sobre contrataciones de personal, presupuesto, la toma de fondos subejecutados en dependencias oficiales y el freno en las transferencias del Tesoro.
La foto con la que se anunció la decisión de Massa de nombrar al ex lilito Martello al frente del ENRE
Sorprendió la designación de Walter Martello -dirigente que se formó políticamente al lado de Elisa Carrió- al frente del Ente Nacional de Regulación de la Electricidad (ENRE). “Tiene una reconocida trayectoria, que forjó con transparencia y profesionalismo”, explicaron sobre el nombramiento.
La intención de Massa es terminar esta semana las líneas centrales de medidas para asegurar el orden en el ámbito fiscal y en el talón de Aquiles de su plan: el ingreso sustentable de reservas al Banco Central. Es la condición necesaria -aunque no suficiente- para el viaje a Estados Unidos y sus negociaciones con el FMI y los inversores corporativos.
En el entorno de la vicepresidenta reconocen que Massa le cerró al Frente de Todos el flanco más débil: la inestabilidad y el nerviosismo peligroso que había contagiado a los principales actores económicos. Aunque siguen subiendo los precios, hay precios. Aunque el dólar sigue subiendo, desescaló de las cotizaciones de pánico. Y las reservas son vigiladas con preocupación pero sin alarma por Kicillof, que tiene dos misiones: monitorear la economía y, también, ser una de las espadas de su defensa callejera.
Sergio Massa es el único excusado de poner el cuerpo en la cruzada contra los jueces, opositores y medios. Llamó la atención en ese grupo político la ausencia en la embestida contra Rodríguez Larreta de gobernadores y sindicalistas de la CGT, en el proto 17 de octubre que se dio en la puerta de Juncal y Uruguay.
Son dirigentes que tienen más de una promesa (¿o cuentas?) pendiente y no saldada con la ex presidenta. Y no descartan que tengan que negociar en un futuro posible con Rodríguez Larreta. Saben como pocos olfatear los vientos del principal insumo de los políticos: el futuro. Como decía Macedonio Fernández, “había tan pocos que faltaba uno más y no cabía”.
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