18 SEP | 19:21
LA VIOLENCIA ENGENDRA VIOLENCIA
Está estudiado, por las ciencias modernas que; mentimos el 35 % de nuestro tiempo, o de una conversación que mantenemos con cualquier persona.
La mente nos engaña constantemente cuando queremos recordar un hecho de nuestro pasado. Nuestra narración de lo vivido años antes, tiene las zanjadillas de la mente. En la mente son pensamientos según la neurociencia, no hay un sector estanco en el cual guardamos tan solo recuerdos, tal cual y como sucedieron.
Recordamos pensando que? había sucedido. A eso sucedido debemos descontar; por decirlo de algún modo, el 35% de lo que mentimos. Por lo tanto, calificado y distinguido lector/ seguidor, lo que nos decía nuestra abuela, en mi caso “Leandra” y allá por los años 60, “No le pegues a tu amigo, porque…la violencia engendra violencia y volverá con un palo si le has dado una cachetada.
El estado de paz, no se construye por decreto, se trabaja a diario por un estado de paz y sobre todo social. Porque debemos conjugar muchos factores tácticos y de los otros. A nosotros, los hombres comunes y las mujeres, por ende, nos cuesta mucho están en paz con nosotros mismos, por todas las violencias que surcamos a diario.
Las actitudes totalitarias, los pensamientos únicos, las máximas aplicadas, no son una lectura racional por lo general del pensamiento de la sociedad, no es la realidad generalizada si es que la hay, son deseos individuales o de un grupo.
Cuando alguien dice “la sociedad no quiere más de tal o cual cosa, está expresando tan solo un deseo personal o colectivo del grupo al que pertenece.”
Es muy importante en una sociedad que existan pensamientos distintos, diferentes, confrontativos.
Es de suma importancia y necesidad, si se desea construir una sociedad que crezca, que se nutra de sus integrantes. El pensamiento único es un pensamiento mediocre y aporta a construir una sociedad mediocre.
Cuando te quieren hacer creer que todos piensan igual...
lo que te están diciendo es acá no se discute nada.
Y que “no te quedes afuera de la sociedad”, únete. Unidos somos más.
Y es verdad, pero no tan solo para estar amontonados. No es lo mismo juntos que amontonados. Porque corremos el riesgo de anular nuestro pensar. Y pasamos a ser obediente, perdiendo nuestra libertad.
Es verdad que tenemos la necesidad y obligación como sociedad de ponernos de acuerdo en construir objetivos comunes a alcanzar, pensando en el bienestar, en el disfrutar de toda la sociedad, pero…
...la forma de pensar cómo alcanzarlos tienen que ser variadas, debatidas y consensuadas. En definitiva “debatida”.
Siempre el individuo debe pensar. Qué quiere, qué siente y sobre todo poder expresarlo. Y es responsabilidad del Estado, generar las condiciones necesarias para que la sociedad se exprese.
No aprovecharse del mutismo y hacer lo que se le viene en gana al funcionario de turno.
No es bueno la atomización del pensamiento. No es saludable. Se crece debatiendo.Debate. Consenso. Disuadir. Todos conceptos olvidados y dejados de lado últimamente.
Como individuo integrante de una sociedad, que vivimos y nos desarrollamos dentro de ella, a la cual confiamos el desarrollo de nuestros hijos, de nuestra familia, estudiamos y forjamos nuestro futuro…debemos ser responsables y no permitir que se denigre al que piense distinto. Al contrario. Debemos escucharlo como sociedad, para saber si de lo que piensa podemos aprender algo distinto y aplicarlo para vivir mejor.
Para vivir mejor no podemos caer en el pensamiento industrializado, por producción…
salen tantos tenedores y tantos pensamientos.
Las mejores ideas siempre fueron mejoradas.
Ya no se debate en ningún ámbito, nada se debate.
Ese camino nos lleva indefectiblemente a la mediocridad.
El éxito nunca es de una sola persona. Siempre es en equipo. Cómo así también se construye la paz, se vive en armonía y hay esperanza en la sociedad.