... el 2%, igual que el Gobierno, tras el 4% de 2022.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo sin cambios su proyección de crecimiento de la economía argentina para este año en el 4%, pero recortó un punto su expectativa de expansión de la actividad para el año que viene al 2 por ciento, en sintonía con el Gobierno.
Mientras que en julio pasado esperaba que el PBI creciera 3%, ahora redujo esa cifra al 2 por ciento. Además, movió hacia arriba sus previsiones de inflación para este año del 43% que esperaba a principios de año al 72,4% que proyecta ahora.
Por otra parte, calculó que la inflación del año próximo llegará al 76% en promedio; para el final del período estima, al igual que el Gobierno calculó en el presupuesto 2023, que la inflación será del 60%, aunque las consultoras prevén que llegue al 90,3 por ciento.
Por otro lado, estimó que el desempleo se mantenga en torno del 6,9% este año y el próximo, similar al registro actual difundido por el Gobierno el mes pasado.
La balanza de cuenta corriente del país registraría un déficit del 0,3% del PBI este año y un superávit del 0,6% el próximo, según el WEO.
En el WEO el Fondo mantuvo sus proyecciones para el crecimiento global en el 3,2% para este año mientras que redujo en 0,2 puntos porcentuales sus previsiones para 2023, que ahora están en el 2,7% de crecimiento para la actividad global.
En la misma línea, los números que espera el Fondo para la Argentina se mantuvieron estables para este año mientras que se recortaron para el año próximo. Hasta julio último, el organismo esperaba que el país creciera 3% en 2023. Ahora redujo esa expectativa al 2 por ciento.
Menos crecimiento y más inflación global
El Fondo dijo que el WEO muestra que un tercio del PBI global probablemente se contraerá el próximo año, lo que marca un comienzo sombrío para las primeras reuniones anuales presenciales del FMI y el Banco Mundial en tres años, indicó Reuters.
“Las tres economías más grandes, Estados Unidos, China y la zona del euro, seguirán estancadas”, dijo el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en un comunicado. “En resumen, lo peor está por venir, y para muchas personas, 2023 se sentirá como una recesión”.
El FMI dijo que el crecimiento del PIB global el próximo año se desacelerará al 2,7%, en comparación con un pronóstico de 2,9% en julio, ya que las tasas de interés más altas ralentizan la economía y el sector inmobiliario en Estados Unidos.
El organismo mantuvo su pronóstico de crecimiento para 2022 en 3,2%, lo que refleja una producción mejor a la esperada en Europa pero un desempeño más débil en Estados Unidos, luego de un crecimiento global de 6,0% en 2021.
El crecimiento de Estados Unidos este año será de un escaso 1,6%, una rebaja de 0,7 puntos porcentuales desde julio, lo que constituye una contracción inesperada del PIB en el segundo trimestre. El FMI mantuvo sin cambios su pronóstico de expansión de la primera economía del mundo en 1% durante 2023.
Por otra parte, el FMI dijo que su perspectiva está sujeta a un delicado acto de equilibrio por parte de los bancos centrales para combatir la inflación sin ajustes monetarios excesivos, lo que podría empujar a la economía mundial a una “recesión innecesariamente severa” y causar interrupciones en los mercados financieros y penurias para los países en desarrollo, precisó. Sin embargo, apuntó directamente al control de la inflación como la mayor prioridad.
“La credibilidad de los bancos centrales, ganada con tanto esfuerzo, podría verse socavada si evalúan mal una vez más la obstinada persistencia de la inflación”, dijo Gourinchas. “Esto sería mucho más perjudicial para la futura estabilidad macroeconómica”.
El Fondo pronosticó que la inflación general de los precios al consumidor alcanzaría un máximo del 9,5% en el tercer trimestre de 2022 y descendería al 4,7% en el cuarto trimestre de 2023.
Una “combinación plausible de shocks”, que incluye un aumento del 30% en los precios del petróleo desde los niveles actuales, podría oscurecer considerablemente el panorama, dijo el FMI, empujando el crecimiento global a apenas un 1,0% el próximo año, un nivel asociado con la caída generalizada de los ingresos reales, concluyó.
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