...amenazas publicadas por miembros de ese espacio en redes sociales
La vicepresidenta Cristina Kirchner fue aceptada como querellante en la causa que investiga a la agrupación Revolución Federal, que está en manos del juez federal Marcelo Martínez De Giorgi y el fiscal Gerardo Pollicita. El caso se encuentra bajo secreto de sumario.
Según indicaron a Infobae fuentes judiciales, la presentación de los abogados de Cristina Kirchner se hizo el lunes por la tarde, fuera del horario de tribunales. Este martes el juez analizó el escrito y aceptó el pedido de incorporar de la vicepresidenta en el expediente, confirmaron en tribunales. Al ser aceptada, Cristina Kirchner podrá conocer todos los detalles del caso (una vez levantado el secreto) y promover medidas de investigación.
En los últimos días, trascendió que uno de los líderes de Revolución Federal recibió dinero a través de fideicomisos de parte de la firma «Caputo Hermanos», ligada a la familia del exministro de Finanzas del Gobierno de Mauricio Macri, Luis Caputo. El propio Jonathan Morel confirmó esas operaciones por trabajos de carpintería
La denuncia contra Revolución Federal tiene una especial relevancia para el Gobierno porque ven con preocupación el crecimiento de grupos violentos radicalizados. Pero además porque la denuncia la hizo la propia AFI dentro de la causa del atentado contra la vicepresidenta en base a un diálogo en Twitter registrado unos días del ataque. Cristina Kirchner aseguró no creía que la banda de los copitos hubieran planificado el atentado en su contra. “Nadie puede creer que esa banda tiene la autoría intelectual”, aseguró.
Inicialmente, la presentación se hizo en el expediente que investiga el atentado contra la vida de Cristina Kirchner. Pero tanto la jueza María Eugenia Capuchetti como el fiscal Carlos Rívolo entendieron que por el momento no había pruebas para vincular a la agrupación Revolución Federal con el intento de homicidio. Eso fue respaldado por el juez de la Cámara Federal Mariano Llorens.
La AFI reportó que el 26 de agosto tuvo lugar la charla de casi dos horas en Twitter, en un espacio que habría sido creado por la agrupación Revolución Federal, titulada “¿Hay que pudrirla?”, en donde conversan los referentes Jonathan Morel y Franco Castelli. “Hoy, por ejemplo, veía como Cristina saludaba a La Cámpora y a la militancia y decía, lástima que a mí ya me conocen la cara porque, si no, ¿sabes cómo me infiltro ahí una semana y espero que baje? Pero yo te juro, si a mí no me conocieran los nenes de La Cámpora, yo voy, te canto ahí la marcha peronista siete días seguidos y en cuanto puedo, pasa a la historia. Después me linchan. Pero paso a la historia”. En otro diálogo, uno le pregunta al otro si vivía cerca de la casa de Máximo Kirchner, en Santa Cruz, y al recibir una respuesta positiva, le retruca: “¿Cómo no lo mataste, boludo?”. Y decía que podía pudiera le abollaría a patadas el auto a Alberto Fernández. “Se lo prendo fuego, hijo de puta, viaja en helicóptero y yo una bazuca no tengo”, decía.
Inicialmente, el fiscal Pollicita entendió que el caso debía investigarse en el marco del atentado a CFK. Y señaló en un dictamen que “no podría descartarse el aporte de tal agrupación en el intento de homicidio de la actual Vicepresidente de la Nación, sea este la instigación de Brenda Uliarte, su auxilio, cooperación o financiación”, dijo Pollicita. En ese contexto repasó “otros sucesos que constituyen una escalada temporo-espacial de violencia desplegada desde la agrupación hacia funcionarios de la actual gestión del Poder Ejecutivo Nacional”.
El grupo investigado organizó la marcha de las antorchas en Casa Rosada (Facebook Revolución Federal)
Y allí hizo un punteo sobre distintos episodios que tuvieron lugar desde inicios de agostos, con incidentes en la asunción del ministro Sergio Massa, la marcha de las antorchas, en la que se sacó una foto Brenda, o un incidente frente a la casa de Cristina Kirchner el 23 de agosto. Es que allí Leonardo Sosa fue detenido por un hecho de resistencia a la autoridad acontecido en las inmediaciones del domicilio de Cristina Fernández De Kirchner, en la esquina de las calles Juncal y Uruguay. Habría intentado arrojar una valla hacia el edificio en cuestión y se habría secuestrado una bomba molotov en la mochila que portaba.
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