Respecto a esta pregunta, no estoy seguro de que los argentinos tengan la respuesta”.
Emiliano Martínez, apuntado por sus gestos en los festejos de Argentina campeón (AFP)
La reacción de Mbappé cuando recibió el premio a goleador del Mundial luego de perder la final contra Argentina: el extraño momento tras la foto con Messi y Dibu Martínez
El delantero, que anotó un hattrick, no pudo ocultar su fastidio por la caída de Francia en los penales en el estadio Lusail
Con esa frase comienza el artículo escrito por Víctor Cousin en Le Parisien y que busca explicar por qué los jugadores argentinos cuando festejan suelen entonar canciones y realizar gestos que para el periodista no condicen con el espíritu deportivo. Ante esto, el cronista consultó a expertos que lo ayudan a entender este fenómeno que, según él, es exclusivo de la euforia albiceleste.
En la nota, se indica que “los jugadores de la Albiceleste no han destacado realmente por su clase” y que entre la algarabía han insultado y realizado provocaciones de todo tipo sobre todo contra sus colegas franceses, quienes fueron derrotados en la gran final de Qatar. Además, se apunta directamente contra Dibu Martínez, sobre todo por su gesto al recibir el Guante de Oro y por haber atrapado en el bus de los campeones un muñeco bebé con la cara de Mabppé: “Él es solo el símbolo de todo un equipo argentino que regularmente va más allá de los límites”.
En el artículo publicado este miércoles en el portal galo recuerda que después del partido ante Países Bajos, los jugadores de la selección argentina se burlaron de los neerlandeses y que Lionel Messi fue a increpar a Louis van Gaal y luego llamó ”bobo” al delantero Wout Weghorst, autor de dos tantos en ese encuentro. Aunque -llamativamente- el periodista no hace alusión alguna a las provocaciones de los futbolistas europeos en aquel momento ni a las declaraciones del entrenador del combinado naranja que provocaron la reacción de La Pulga.
Ante este panorama, el periodista consultó a un experto para intentar resolver el interrogante que plantea en el título de su artículo. El profesor universitario Fabien Archambault, a quien se lo presenta como un “especialista en cultura deportiva argentina”, aportó su mirada: “Existe este deseo de ganar y de humillar incluso al oponente. Es una cultura futbolística muy poderosa. Se exacerba el culto a la victoria. Francia puede vivir sin ser campeona del mundo. (Para Argentina, perder) Habría sido una verdadera tragedia nacional”.
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Cabe aclarar que en el artículo no se hace mención del gesto de Dibu Martínez con Mbappé, a quien consoló después de la consagración de la Argentina. Tampoco de cómo los futbolistas albicelestes se comportaron tras ganar la Copa América 2020, cuando se quedaron varios minutos charlando con Neymar, ni cuando Messi le pidió a sus compañeros no cantar canciones contra Brasil en el césped del Maracaná.
La actitud de Dibu Martínez con Mbappé tras el título de Argentina en el Mundial: lo consoló junto al presidente de Francia dentro del campo de juego
El arquero argentino tuvo un gran gesto en medio de la euforia por la obtención de la Copa del Mundo en Qatar
El Profesor de Historia Contemporánea que realizó una tesis doctoral sobre “Fútbol y Política en Italia” en la Universidad de Grenoble II aseguró que en el fútbol estos sentimientos se elevan: “Está ligado a la importancia del fútbol, elemento inseparable de su identidad como país. Por lo tanto, terminamos creando oposiciones binarias. Ganar o morir. Todo es bueno para vencer al oponente. Los argentinos no sienten que van demasiado lejos, porque así viven el fútbol en el día a día”.
El ex futbolista argentino Renato Civelli, quien se desempeñó como defensor del Niza y del Olympique, explicó en la misma nota que en realidad durante los festejos los jugadores e hinchas argentinos suelen entonar canciones que en realidad son parte de la cultura y que no suelen acompañarse con acciones o que muchas veces ni siquiera comparten sus ideales. Aunque, sí reconoció que para los argentinos ganar es muchas veces tan importante que puede llevar a “hacer cosas inapropiadas” a los jugadores.
En este sentido, Archambault explica que durante un festejo, suele haber excesos: “Para ellos, no es tan malo. Podemos interpretar esto como mal gusto, vulgaridad o incluso racismo. En Argentina, mientras se mantenga en el marco del fútbol, se tolera y hasta el público argentino lo espera”, siempre y cuando no se exceda más allá de una canción o un gesto.
Mientras los medios franceses siguen intentando explicar la pasión con la que en Argentina se vive el fútbol, en Buenos Aires más de cinco millones de personas salieron a recibir a los campeones el martes y el desborde fue tal que los futbolistas tuvieron que realizar un recorrido por la capital en helicóptero. Fueron 36 años de espera para conseguir la tercera estrella y la explosión de alegría fue tal que las calles se plagaron de almas albicelestes. Pese a los incidentes que empañaron la celebración, el pueblo aún sigue de fiesta.
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