09 ENE | 17:18

El juicio por el crimen Fernando Báez Sosa

Las primeras imágenes de los rugbiers sin barbijo a casi tres años del asesinato. Los acusados fueron fotografiados en público a cara descubierta en la sala donde son juzgados.
Máximo Thomsen fue quien tomó la iniciativa de quitarse el tapaboca, y luego lo siguieron los otros 7
 
 
 
Arriba, de izquierda a derecha los acusados: Ayrton Viollaz, Máximo Thomsem, Enzo Comelli y Luciano Pertossi. Abajo, de izquierda a derecha: Ciro Pertossi, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Lucas Pertossi (Ezequiel Acuña)
 
 
En el inicio de la segunda semana del juicio oral contra los acusados del crimen de Fernando Báez Sosa, los ocho rugbiers imputados ingresaron a la sala a las 10.34 de este lunes. Tras sentarse, rodeados por la custodia de rigor del Servicio Penitenciario Bonaerense, se quitaron los barbijos. Máximo Thomsen fue el primero en hacerlo. Luego, lo siguieron los otros siete imputados.
 
Si bien el uso de barbijo no es obligatorio dentro de la sala de audiencias, había sido requerido en la primera audiencia por el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 presidido por la jueza Claudia Castro. En cambio, sí es parte del protocolo de traslado del SPB.
 
Así, se vieron sus caras por primera vez desde que fueron detenidos el 18 de enero de 2020: nunca habían sido fotografiados en público a cara descubierta. Se quitaron los barbijos en audiencias anteriores, pero solo fueron fotografiados en el inicio del proceso, donde cubrieron sus narices y bocas.
 
 
Luego, también por primera vez en lo que va del debate, los rugbiers modificaron la ubicación que ocupaban en el banquillo de los acusados. No todos: Thomsen y Enzo Comelli mantuvieron sus puestos.
 
 
Para la jornada de este lunes se presentaron ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores el forense que realizó la autopsia al cuerpo de Fernando y otros cuatro médicos. Durante la tarde declararon policías y se espera el testimonio de funcionarios municipales y judiciales.
 
Así, el juicio, en esta segunda semana, estará relacionado a la parte pericial y ya no a los testigos claves del ataque y crimen. En las primeras cinco audiencias declararon 47 testigos.
 
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Ante el tribunal ya brindaron testimonios los papás de Fernando Báez Sosa, amigos de la víctima, Pablo y José Ventura, testigos del hecho, quienes le hicieron RCP, policías del allanamiento y la recepcionista del hotel que vio a los acusados después del hecho.
 
 
Producto de las declaraciones desarrolladas, Thomsen se presenta como el más complicado de los ocho imputados, tras ser identificado por la mayoría de los testigos como el principal agresor de Fernando y por haber acusado a Pablo Ventura. De igual manera, en el testimonio de los testigos, otros acusados se ubican en casi todas las escenas del ataque, alrededor del crimen.
 
Los acusados son trasladados para cada audiencia desde la cárcel de Dolores, donde se encuentran detenidos en un pabellón que no comparten con otros detenidos. Reciben una visita semanal de dos horas de su familia, fuera del horario habitual, con un recreo diario del mismo período en un patio. Sus almuerzos ocurren en la celda de alcaldía de los tribunales donde transcurre el juicio.
 
Declaró la médica que intentó salvarlo
 
Carolina Giribaldi Larrosa, médica generalista y emergentóloga, que declaró esta mañana en el juicio contra los acusados, fue quien llegó a bordo de una ambulancia, cerca de las 5.09, al lugar del hecho. Su recuerdo es el registro de los últimos momentos de Fernando, con su intento de salvarle la vida antes de que sea pronunciado muerto.
 
Blas Cinalli y Lucas Pertossi (Ezequiel Acuña)
 
Ante el tribunal contó que la madrugada del 18 de enero de 2020 recibió un llamado al 107 a las 5, que avisó sobre “un masculino inconsciente en la vía pública”. “Fuimos en ambulancia y encontré a este joven sin signos vitales. Estaba siendo asistido por personal. No identifiqué si era de los bomberos. Le estaban haciendo RCP. Le había colocado un DEA. Se trata de un desfibrilador automático muy sencillo de utilizar”, afirmó. La ambulancia, según ella, tardó entre siete y nueve minutos en llegar.
 
Ante la consulta de cómo se constató que Fernando no tenía signos vitales, la mujer respondió: “No tenía movimiento respiratorio y no tenía pulso”. En el viaje al hospital, contó, se le continuó practicando RCP y con oxígeno porque no presentaba signos vitales.
 
Carolina Giribaldi Larrosa, médica generalista y emergentóloga que declaró esta mañana en el juicio
En su relato, Giribaldi no especificó a qué hora Fernando fue pronunciado legalmente muerto.
 

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