11 FEB | 19:28

A pesar de la presión "K" Alberto mantiene su reelección

A pesar de la presión del kirchnerismo, Alberto Fernández insiste en mantener su proyecto de reelección. El Presidente decidió responder los embates K y multiplicar las recorridas por el interior y...Por Joaquín Mugica Díaz
...el conurbano bonaerense. El vínculo cada vez más tenso con La Cámpora y la desconfianza de los gobernadores del PJ
 
 
 
 
Alberto Fernández está convencido de buscar la reelección en las elecciones presidenciales de este año (Presidencia)
 
Alberto Fernández está en campaña. No lo dirá nunca en forma explícita, pero su objetivo de ser reelecto no es una utopía. Está convencido de buscar un nuevo mandato al frente del gobierno nacional, pero también tiene en claro que para que eso suceda el peronismo, bajo la órbita del Frente de Todos, tiene que ser competitivo.
 
 
 
El Presidente entiende que para que el Gobierno pueda quedar en manos peronistas, sea quien sea el candidato, hay que revalorizar la gestión. Mostrar que la producción está creciendo, que los índices de exportación son positivos y que las obras públicas avanzan en todo el país. Lo difícil es el contrapeso de esa mirada positiva. El aumento de la inflación y el espasmódico dólar blue. No hay relato que le sirva a la gente que ha perdido, en forma brutal, su poder adquisitivo.
 
 
 
El oficialismo aún sobrevive la idea de que Fernández intenta reconstruir su poder para poder llegar al final del mandato con voz y voto, pero que sus posibilidades de ser candidato son nulas. ¿El motivo? El día a día del gobierno -en un contexto difícil de pandemia y guerra-, los ataques del kirchnerismo y su falta de decisión sobre la gestión del poder, desinflaron su imagen y su autoridad.
 
 
 
 
 
En ese contexto y con el sector K, que es el socio mayoritario de la coalición, esmerilándolo de forma permanente, a Fernández le ha costado mucho poder hacer pie en su propia gestión. Por eso a los gobernadores y los intendentes les cuesta verlo como un candidato competitivo. Además, en el caso de los mandatarios provinciales, le facturan los idas y vueltas con promesas que no se cumplieron.
 
 
 
Sin embargo, el jefe de Estado sigue adelante y lo hace con una misión clara: exponer su gestión, tratar de revitalizar el vínculo con los distintos sectores del espacio -excluyendo el kirchnerismo- y dando batalla pública frente a los embates K que alteran la interna palaciega. Si no lo hace él en persona, es a través de sus ministros más cercanos. Responde y esa acción ya implica un cambio respecto al año pasado.
 
 
 
Un importante funcionario nacional explicó lo que sienten puertas adentro de la Casa Rosada respecto a los sinsabores de la interna. “La Cámpora desató una campaña para que Alberto anuncie que no va a ser candidato a la reelección. Eso generaría que el poder esté solo en manos de Cristina. Mientras Alberto más resista y se muestre, más lo van a molestar”, sentenció.
 
 
 
A diferencia del año pasado, el modelo 2023 de Fernández está dispuesto a confrontar con el kirchnerismo y con sus máximos exponente: Cristina y Máximo Kirchner. Esa decisión quedó expuesta en la discusión off the record que tuvo con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Quienes lo rodean hace tiempo que le venían pidiendo una actitud más firme ante el sector K para que pueda conservar autoridad.
 
 
 
“Alberto tiene que recuperar la gestión. No tiene otra cosa. Tiene el Gobierno. No lo van a llevar puesto”, resaltó un ministro del Gabinete. En su entorno reconocen que quiere darle volumen al gobierno, recuperar su imagen y, desde esa plataforma, negociar con sus socios en la etapa de definiciones electorales. Tener un lugar de mayor poder para ordenar las listas e influir en el rumbo del armado electoral.
 
 
 
Si, finalmente, es candidato o no, lo terminará definiendo más adelante. Aunque existan presiones para que lo haga en el plazo más breve posible. El último en plantearle el tema fue el ministro de Economía, Sergio Massa. El último martes, durante una cena con intendentes en la Quinta de Olivos, le planteó que debía acelerar su decisión sobre si iba a ser candidato o no, y habilitar la competencia para ampliar la oferta electoral.
 
 
 
Ante la pregunta, Fernández tiró la pelota para adelante. En la mesa donde estaban los principales intendentes del conurbano bonaerense dijo que aún no es el momento de decir si va o no a competir, y que su compromiso es garantizar un proceso democrático dentro del Frente de Todos. Allegados al mandatario advierten que la definición recién la tomaría en mayo. Lejos de enfriar la idea de una PASO amplia, el Presidente mantiene firme la idea de competir contra el candidato que surja.
 
 
 
“Entre marzo y abril lo que vamos a ver es un proceso donde se va a discutir el poder del kirchnerismo de una forma más horizontal”, reflexionó un importante intendente de la provincia de Buenos Aires. En algunos sectores del peronismo visualizan el ocaso K por la falta de competitividad de Cristina Kirchner. En algún punto, Fernández expresa una discusión de poder interno por el futuro del kirchnerismo al mando del peronismo.
 
 
 
Tanto para el Presidente como para un sinfín de dirigentes peronistas, las PASO deben servir para discutir el poder real con los votos en la mano. Es, en definitiva, el camino para vencer al kirchnerismo en las urnas y decidir la conducción del espacio político. Fernández nunca lo hizo durante todo su mandato, pero habilitar e incentivar la interna en este tiempo es también para debatir el rol de cada uno dentro del esquema peronista.
 
 
 
La relación entre Alberto Fernández y La Cámpora está rota, al igual que el vínculo personal con Máximo Kirchner
 
 
 
Esa discusión de fondo muchos dirigentes sindicales, sociales y políticos pensaban que se iba a generar en el comienzo de la gestión. Quienes confiaron en que Fernández podía darla, se defraudaron con el paso de los meses. El jefe de Estado nunca quiso discutir el poder con Cristina Kirchner y esa decisión lo debilitó. Con la llegada de las elecciones presidenciales, resurgió la posibilidad de llevar adelante el debate sobre el lugar que ocupa el ala K en mundo peronista.
 
 
 
Alberto Fernández sigue pesando lo mismo que le expresó un año y medio atrás a un grupo de dirigentes cercanos. Considera que el kirchnerismo lleva más de 20 años en el poder y que se necesita una renovación de caras en el espacio político. La única forma de llevar adelante ese proceso es dirimiendo las diferencias en las urnas. No es casualidad la insistencia del Presidente por realizar las PASO.
 
 
 
Lo que dejan en claro cerca del Jefe de Estado es que su vocación principal es mantener el Frente de Todos unido. No saldrá de él ningún movimiento que pueda generar una ruptura. Está dispuesto resistir la presión interna por sus decisiones políticas, pero no romperá la alianza. Aunque el camporismo lo presionen para que baje su candidatura.
 
 
 
La percepción negativa de la gente que le marcan las encuestas, dicen en Balcarce 50, no es un problema real para su proyección electoral porque, según entienden, “ningún político se escapa de tener imagen negativa”. Las justificaciones de su imagen del presente son en clave electoral.
 
 
 
Aunque en su entorno traten de disimularlo, el problema del Presidente es que no logra tener una base de sustentación política voluminosa. Una prueba de eso es que tuvo que dar de baja un almuerzo con gobernadores proyectado para este sábado - destinado a discutir la estrategia electoral - por falta de confirmación de los comensales. Le cuesta alinear voluntades y, en gran medida, se debe a que los mandatarios no confían en él.
 
 
 
Fernández tiene por delante el desafío de consolidar el poder que está tratando de recuperar. Lo que pueda sumar, por más mínimo que sea, le dará más aire para discutir la estrategia electoral y plantarse con su plan de reelección. Mientras tanto, seguirá exponiendo las obras de la gestión en las distintas provincias y en el conurbano bonaerense. Buscando votos y poder.
 
 
 
 
Este viernes, se confirmó que Agustín Rossi será el sucesor de Juan Manzur en la Jefatura de Gabinete. El actual titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) es uno de los dirigentes más cercanos al Presidente y su arribo implicará una renovación en la estructura de poder de la Casa Rosada. Con un perfil muy diferente al del ex gobernador tucumano, con el “Chivo” sumaría una voz potente para defender la gestión en público y amortiguar los golpes internos.
 
 
 
La primera señal clara de su camino a la reelección la dio el jueves por la noche el legislador porteño Claudio Ferreño, amigo de Alberto Fernández. En sus redes sociales publicó la apertura de un local partidario en Corrientes, iniciativa que llevó adelante el diputado del Parlasur, Alejandro Karlen. Con el slogan “A23″ empezó a mover la idea en las redes sociales.
 
 
 
El modelo 2023 del Presidente tiene cambios respecto al del año pasado. Un senador con recorrido histórico en la fuerza política definió el momento de Fernández con crudeza: “Alberto no tiene sustento ni capacidad de armado. Nadie confía en él, ni lo ve conduciendo el peronismo. Pero no hay que enterrar a nadie. Porque, a veces, uno cree que está muerto y, en verdad, no lo está”.
 
infobe.com

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