...de un proceso intrincado
El nuevo avión tiene capacidad para 39 pasajeros, un dormitorio principal, y otros dos dormitorios de visitas.
“Nunca va a ser un buen momento para anunciarlo pero estamos con los últimos detalles”, admitió este fin de semana un funcionario que conoce la intrincada negociación para comprar el nuevo avión presidencial. Luego de varias idas y vueltas, ya se transfirió el dinero a la empresa vendedora, se hicieron todos los trámites en Estados Unidos, y recién ahora hay una fecha tentativa para la llegada al país. “Lo están terminado de pintar en un taller de Kansas, en diez días está previsto que aterrice en Aeroparque”, asegura la misma fuente. Por esas piruetas del destino, Alberto Fernández recibirá el avión en un momento de extrema debilidad política, a horas de declinar su participación en las PASO.
La aeronave elegida, un Boeing 757-256, costó finalmente USD 21.730.00. Pero la operación final demandará una inversión aproximada de USD 25 millones porque el Gobierno ya le entregó al vendedor el viejo Tango 01, valuado en casi USD 3 millones.
Cuando aterrice en el aeropuerto Jorge Newbery, el avión tendrá nombre nuevo: ARG 01. El antiguo nombre, Tango 01, proviene de la época en la que los aviones oficiales eran manejados por la Fuerza Aérea. Aprovechando el cambio de aeronave, se decidió rebautizar toda la flota. Para los aviones, ya se reservaron desde ARG 01 hasta ARG 09. Y en los helicópteros será del 10 al 20.
El nuevo avión presidencial tendrá nombre nuevo: ARG 01
El nuevo avión tiene capacidad para 39 pasajeros, un dormitorio principal con todas las comodidades, y otros dos dormitorios de visitas que se pueden adaptar como salas de reuniones. A diferencia del Tango 01, puede volar sin escalas hasta Europa o Estados Unidos.
La aeronave nació como avión de pasajeros en el 2000, se modificó a configuración VIP en 2004, y tuvo una remodelación en 2012. Su último dueño, un millonario israelí, se lo había entregado a su ex mujer en la división de bienes y hace tiempo que no se utilizaba.
“Es un avio?n de excelentes cualidades operativas por su gran velocidad, techo de servicio, autonomi?a, potencia, fuselaje medio, lo que permite una correcta distribucio?n de los ambientes necesarios para el traslado presidencial. Al poseer tren de aterrizaje alto y gran potencia propulsora tiene la flexibilidad de poder operar en la mayori?a de aeropuertos del pai?s como en el exterior. A esto se debe sumar que el personal te?cnico que realiza el mantenimiento aerona?utico en Presidencia de la Nacio?n, posee ma?s de 25 an?os de experiencia en este modelo de aeronave”, detalla un informe técnico preparado por el Gobierno.
El avión está en el taller de pintura antes de llegar al país.
La llegada del avión pone fin a un proceso de casi ocho años. El Tango 01 está parado desde 2015. Durante el gobierno de Mauricio Macri hubo varios intentos frustrados para comprar otro avión: la primera licitación ante la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), se cayó por las internas dentro del Gobierno y la segunda por la realidad económica del país.
Cuando llegó Alberto Fernández a la Casa Rosada, los responsables de la flota presidencial recomendaron reparar el avión con una inversión estimada entre USD 12 y 15 millones. Pero la OACI desaconsejó la reparación por las dificultades para conseguir las piezas y el tiempo que llevaba parado. De esa manera se pasó a la opción de un “exchange”, que significa cambiar el avión por uno similar, de la misma marca y modelo, y en abril de 2022 se lanzó una licitación internacional.
Se presentaron tres oferentes y uno solo cumplía con todos los requisitos: C&L Aviation Group, una empresa con sede en Maine (Estados Unidos) que tenía antecedentes de venderle repuestos y aviones a la Fuerza Aérea. Pese al enorme costo político que implicaba la decisión, en diciembre el Presidente dio la orden para comprar un nuevo avión.
ARG 01
Con ese aval, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, ordenó transferir USD 22.230.000 a una cuenta bancaria de la OACI, un organismo que depende de Naciones Unidas y funcionó como garante de la operación. A partir de ese momento surgieron varios contratiempos. En la primera revisión técnica, en enero, los expertos enviados por Presidencia detectaron 54 componentes vencidos o con menos del 50% de vida útil dentro de la cabina.
Durante los últimos meses, la operación estuvo a punto de caerse varias veces. De hecho, en la Casa Rosada se analizó cómo comunicar una mala noticia, tal como reveló este medio.
Alberto Fernández pensó que iba a poder inaugurar el nuevo avión para su viaje a la Cumbre Iberoamericana, en República Dominicana, pero nuevamente la fecha se demoró. En ese momento, la empresa C&L accedió a pagar USD 200 mil a modo de “compensación” porque el Gobierno tuvo que volver a alquilar un avión de Aerolíneas Argentinas para trasladar al Presidente y a toda su comitiva. Finalmente, el costo de ese viaje fue mayor porque la gira terminó en Washington, para la cumbre con Joe Biden. “Hubiera sido el momento ideal para inaugurar el avión”, se lamenta un funcionario.
Finalmente, el 31 de marzo la aeronave voló hasta Salina (Kansas), para comenzar con las tareas de pintura en el taller “1 Vision”, contratado por licitación. Apenas unas horas antes, el INDEC había revelado que la pobreza llegaba al 39,2% de la población. Por eso, el último tramo del operativo avanzó en silencio. “La infraestructura del Estado no puede estar atada a la agenda política”, repite un funcionario ante cada crítica.
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En las últimas tres semanas se hicieron los últimos trámites administrativos: certificado de exportación, baja de la matrícula norteamericana, y el alta de la nueva matrícula. Nuevamente hubo momentos de tensión y algún funcionario argentino tuvo que viajar a Estados Unidos para destrabar los últimos detalles. Recién el 13 de abril se liberó el dinero que estaba retenido en una cuenta en garantía y el avión quedó a disposición del Gobierno.
Ese mismo día, la empresa C&L tomó posesión del Tango 01 en el aeropuerto del Palomar.
Con el proceso de pintura en marcha, una comitiva al mando del Director de Logística de Presidencia, Leonardo Barone, partió esta semana rumbo a Kansas para traer el avión a la Argentina. Lo acompañaron Julio Pinto (Gerente de Operaciones), Fabio Lamas (Director de Planificación y Mantenimiento) y Paula Cortesi (Project Manager).
El vuelo de bautismo, con el presidente a bordo, todavía no tiene fecha, pero seguramente será al interior del país. Ocurre que en este momento sólo está disponible el ARG-3, un Lear Jet 60 que suele trasladar al Presidente en sus viajes de cabotaje. El ARG-4 hace tiempo ingresó a los talleres de Aerolíneas Argentinas para una revisión técnica.
Cuando el avión presidencial llegue a Aeroparque se reactivará la polémica. “El próximo presidente va a tener una flota completa y operativa”, se defienden cerca del Presidente.
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