... oficial de que el IPC que se conocerá el miércoles se ubique en el mismo rango que abril.
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No habrá nada que festejar cuando se conozca, el próximo miércoles, el dato de inflación del mes pasado pero los índices que precedieron la publicación del Indec, al menos permiten sostener la noción de que una inflación mensual de dos dígitos no está tan cerca como se temió apenas difundido el dato de 8,4% de abril.
Ese registró llevó a las consultoras privadas del mercado, cuyas mediciones subestimaron el IPC en los meses anteriores, a anticipar una inflación en torno a 9% para mayo e incluso superior. Es, precisamente, lo que reflejó ayer el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que publicó el Banco Central. También en el propio equipo económico temieron esa cifra, con datos parciales a mediados del mes pasado. Con el correr de los días, sin embargo, la presión parece haberse descomprimido. Y la información de distintas jurisdicciones, conocida después del cierre del REM, directamente, trajo alivio a los funcionarios.
“Los datos de mayo de la Ciudad de Buenos Aires (7,5%) y de Córdoba (8%) enfriaron las expectativas del mercado sobre el IPC Nacional que el INDEC publicará el próximo miércoles”, sostuvieron los economistas de Anker, donde reconocieron que el contexto de alta “nominalidad” dificulta la proyección mensual pero que la tendencia se sostiene en un nivel alto.
“Estos niveles de nominalidad dificultan la proyección del mes a mes, ya que aumenta la dispersión de precios y se achican los plazos de renegociación de contratos. Creemos que existen diversos factores que aseguran un piso elevado de inflación para los próximos meses, más allá de que la dinámica no sea lineal y algún mes pueda venir por debajo del anterior”, explicaron.
En esa línea, la de C&T consultores es una de las mediciones privadas que, si bien registra un aumento respecto del dato de abril, es marginal y queda todavía lejos de los temidos dos dígitos. Según ese relevamiento de precios minoristas para la región GBA, el alza mensual fue de 8,7% el mes pasado, “superando la variación de abril y la de mayo del año pasado. Así, la variación de doce meses trepó a 118,9%, la mayor desde agosto de 1991″.
Nación y Córdoba
La medición de la Ciudad de Buenos Aires, que arrojó una leve baja respecto del mes anterior –7,5% vs. 7,8%– aportó otro dato que anima el espíritu del equipo económico. Tras varios meses en los que la categoría alimentos y bebidas se situó por encima del nivel general, en mayo finalmente se ubicó por debajo en casi un punto, al promediar 6,6 por ciento. En el índice porteño, por lejos, el rubro que más impactó en la suba fue el de “vivienda, agua, electricidad y otros combustibles”, que con un incremento de 12.5%, acusó el efecto de la suba de tarifas. Ese impacto suele ser mayor en el ámbito porteño que en el Gran Buenos Aires, por la mayor incidencia de la tarifa social en el conurbano bonaerense. Ese detalle fundamenta la información preliminar que circula en los distintos despachos oficiales donde admiten que la inflación de mayo “fue igual a la de abril”.
Previsiblemente, un registro de esas características descomprime la presión y aleja el fantasma de los dos dígitos. Pero no lo elimina. Y ni siquiera lo aleja tanto.
“Estimando hacia adelante los factores de emisión monetaria (principalmente por la compra de bonos en pesos, financiamiento directo al Tesoro e intereses de pasivos remunerados) y asumiendo estabilidad en la demanda real de pesos, calculamos una inflación “piso” en la zona de 7% mensual. Con el combustible de la emisión, la dinámica inflacionaria en el corto plazo va a depender en gran medida del comportamiento de la demanda de pesos”, afirmaron desde Anker.
En la consultora, en sintonía con el consenso del mercado, ya no esperan un programa económico que “logre anclar expectativas” y frenar el rechazo por los pesos que se detecta en los últimos meses. “En el mejor de los casos, la inflación puede moverse en la zona de 7-8% mensual”, insistió.
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