Una seductora frase japonesa encierra un potente secreto para dominar la inteligencia emocional: “Ichi-go ichi-e”. Si se abraza su esencia, la vida, tanto personal como profesional, podría dar un giro transformador. ¿Qué significa? La traducción libre es “Una vez en la vida”.
Estas cinco palabras esconden un profundo mensaje: una directiva que nos insta a saborear cada momento, reconociéndolo como único, irrepetible e inestimable. Es una noción sencilla, pero con un poder transformador.
Justin Bariso, columnista de Inc especializado en inteligencia emocional, pregona aplicar la magia del “Ichi-go ichi-e” tanto en los negocios como en la vida. El conferencista tomó la frase de Kishi Bashi, destacado músico y devoto seguidor de esta filosofía, que expone el concepto con elocuencia. Entrevistado en el podcast REACH, Bashi sintetizó el espíritu como “una vez, un encuentro”.
La belleza de “ichi-go ichi-e” está en su sencillez, explica músico. “Se trata de apreciar la vida, cada segundo a la vez”, continúa.
En el ámbito de la creatividad, este concepto puede cambiar las reglas del juego. Los artistas tienden a obsesionarse con la creación de una obra magna, pero “Ichi-go ichi-e” enseña a disfrutar del viaje, no sólo del destino.
“Tu arte, si escribes una novela, si haces un álbum, una pintura... es sólo una instantánea de tu momento creativo en el tiempo”, dice Bashi. “Y creo que si te metes eso en la cabeza, entonces te libera de mucha ansiedad que puedas tener, siempre intentando alcanzar la perfección, lo cual es casi imposible”.
De hecho, agrega, “cuando nos dejamos llevar y nos sumergimos en el proceso, es cuando nuestra obra maestra cobra vida y nos asalta por sorpresa”.
El "una vez en la vida" también buscaprofundizar la conexión humana.
La belleza de la frase “una vez en la vida” no se detiene ahí. También empuja a vivir el momento, a sintonizar de verdad con la gente con la que se comparten episodios de la vida. En una época en la que nuestros teléfonos inteligentes ejercen una atracción irresistible, a veces se deja de apreciar la conexión humana. “Prestar toda la atención a nuestros interlocutores transmite el mensaje de que nos importan, de que sus palabras tienen valor. Además, nos da la oportunidad de aprender de cada interacción”, señala Bariso.
Aceptar el “una vez en la vida” también significa reconocer la singularidad de cada momento. Aunque nos enfrentemos a circunstancias familiares adversas, el resultado siempre será diferente. Al empaparnos de cada experiencia clave y reflexionar sobre su significado, grabamos una huella más profunda en nuestra memoria. Esta forma de “viaje mental en el tiempo”, descrita con elocuencia por el psicólogo Endel Tulving, permite aprender del pasado.
Incluso los recuerdos que dejan un sabor amargo pueden resultar muy valiosos. Recuerdan las circunstancias a evitar o las estrategias a adaptar en el futuro.
Al encarnar este espíritu, se saborea cada momento, sea agradable o triste. Y al hacerlo, se abre la oportunidad de aprender, crecer y dominar la inteligencia emocional. ¿Quién iba a decir que cinco simples palabras podrían tener un poder tan asombroso?
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