...reciben la ayuda del Estado. “A partir de 2017 comienza el descenso más significativo del poder adquisitivo de las asignaciones familiares por hijo e hijas”, sostiene el informe
Una imagen repetida y dolorosa de la Argentina que viene retrocediendo en calidad de vida y desarrollo social
Entre los años 2008 y 2022 los gobiernos invirtieron cientos de millones de pesos en asignaciones familiares para contener los altos niveles de indigencia. Sin embargo, los recursos destinados en esos 15 años no cubrieron el valor de la Canasta Básica Total ni revirtieron el crecimiento de la pobreza. Es más, a precios constantes de 2022, el valor real del monto destinado por hijos e hijas fue un 20% menor que en 2008. En ese período, que involucra a las dos presidencias de Cristina Kirchner, de Mauricio Macri y de Alberto Fernández las asignaciones familiares se triplicaron y sumaron aproximadamente 6,8 millones de beneficiarios.
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Los datos se desprenden de una investigación elaborada por la Fundación Éforo. El trabajo, basado en datos oficiales, destaca que: “Las asignaciones familiares que otorga el Estado nacional alcanzan al 66% de los niños, niñas y adolescentes, pero no logran cubrir el costo pleno de la Canasta Básica Total quedando un 34% restante (3,6 millones) que no reciben una asignación familiar por hijo/a por parte del Estado Nacional”.
Según el estudio: “Este último grupo constituye un universo variado de personas: desde niños, niñas y adolescentes pertenecientes a hogares de mayores ingresos hasta hogares en situación de vulnerabilidad social que no están siendo alcanzados por la política pública. La pronta identificación de este último grupo resulta crucial a fin de garantizar la igualdad”, sostiene el Éforo.
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El estudio puso la lupa sobre el desempeño que estas políticas sociales muestran en relación con el alcance de su cobertura, su participación presupuestaria y si realmente complementan los ingresos de los hogares con niños, niñas y adolescentes más vulnerables, como se suele anunciar desde la Casa Rosada.
“En Argentina, la realidad de los hogares donde habitan niños, niñas y adolescentes de hasta 17 años es crítica. Según datos del INDEC para el primer semestre de 2023, siete de cada diez niños, niñas y adolescentes viven en hogares indigentes o pobres. Al respecto, en 15 años las asignaciones familiares por hijo/a se triplicaron y sumaron aproximadamente 6,8 millones de beneficiarios; en ese sentido, la inversión pública destinada a ese sector vulnerable de la población pasó de representar el 0,4% del PBI en el 2008, al 1,2% el año pasado”, se lee en crítico informe.
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Las asignaciones familiares alcanzan al 66% de los niños, niñas y adolescentes, pero no logran cubrir el costo pleno de la Canasta Básica Total REUTERS/Ueslei Marcelino
Al mes de abril de 2023, últimos datos disponibles, el gobierno del Frente de Todos abonó 9.122.915 asignaciones por hijos e hijas. De ese total, 4.900.000 son asignaciones destinadas a la población activa sumada a la pasiva.
Otros 4.200.000 son asignaciones universales por hijos destinadas a monotributistas sociales, servicio doméstico y desocupados. El estudio refiere que la AUH sumada a la Tarjeta Alimentar apenas cubren el 23% de la canasta básica total.
Desde 2008 las asignaciones familiares creció ininterrumpidamente el número de beneficiarios pasó de 2.300.000 de beneficiarios de ese año a 8.700.000 en 2022 y a 9.122.915 el año que acaba de terminar.
La investigación demuestra que “a partir de 2017 que comienza el descenso más significativo del poder adquisitivo de las asignaciones familiares por hijo/a” .
El presidente de Fundación Éforo, Federico Recagno, le dijo a Infobae que “los grandes problemas no nos impidan ver la realidad de las personas”. Y propuso que “trabajemos sobre los datos, pero sepamos diferenciar el gasto innecesario de las necesidades de la pobreza y la indigencia”. Destacó que desde la Fundación pretenden que los datos nos permitan debatir y generar las mejores políticas sociales.
Datos de la realidad
El documentado trabajo destaca que en los últimos 15 años de democracia, las asignaciones familiares se triplicaron y se sumaron aproximadamente 6,8 millones de beneficiarios. El salto interanual más importante se produjo entre los años 2008 y 2009, lo que representó un incremento en el número de beneficiarios de 180%. Años en los que se creó y extendió la AUH.
El estudio de la Fundación Éforo analiza los últimos 15 años de democracia
El estudio recuerda que el 12 de diciembre el gobierno de Javier Milei “anunció un aumento del 100% en el valor de la Asignación Universal por hijo a partir de enero de 2024. De este modo, la asignación pasaría de $20.661 en diciembre de 2023 a $41.322 en enero de 2024, alcanzando un valor real cercano al percibido en diciembre de 2022″.
El informe estableció que “desde 2017 la asignación ha ido perdiendo capacidad de compra, llegando a registrar desde junio de 2022 los valores reales más bajos desde su creación”. “En concreto, el monto del beneficio de la Asignación Universal por Hijo no logra cubrir el valor total de la Canasta Básica Total. En ningún caso llega a cubrir ni el 15%” de esa canasta que amplía la canasta básica alimentaria al considerar los bienes y servicios no alimentarios tales como vestimenta, transporte, educación, salud y vivienda.
Desde una perspectiva histórica, el trabajo remarca que la cobertura de las asignaciones por hijos e hijas en su conjunto ha ido aumentando con los años, llegando en 2022 a cubrir a una cantidad de niños, niñas y adolescentes 271% mayor a la del 2008 y 34% mayor cuando se la compara con 2009.
En este crecimiento jugó un rol clave la creación y posterior expansión de la AUH que se creó en 2009, en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con el objetivo de extender el beneficio de la asignación por hijos para trabajadores en relación de dependencia a los menores de 18 años de hogares cuyos jefes y jefas de hogares fueran desocupados o empleados en la economía informal. “Esto significó -remarca el trabajo- un aumento significativo en la cobertura del sistema de asignaciones por hijo/a, que más que se duplicó entre 2008 y 2009″.
El aumento en este tipo de la asistencia social refleja el fracaso de las políticas de los gobiernos de la última década y media en la que las personas o familias cayeron en la línea de pobreza e indigencia y por eso dependen de la ayuda del Estado para cubrir sus necesidades básicas que, además, resultan insuficientes.
El estudio coincide con la opinión de la mayoría de los especialistas al sostener que a medida que se acelere el nivel de precios “comenzará una nueva fase de caída del poder de compra de la AUH, que se encuentra en la actualidad en los niveles más bajos en la historia de esta prestación”. “El aumento dispuesto para el mes de enero de 2024 no revertirá la tendencia decreciente de los últimos seis años. Aún si combinamos la cobertura de la AUH y la Tarjeta Alimentar (que cubre, según el caso entre el 11% y 14% de la canasta básica), ambas políticas no alcanzan a cubrir un cuarto de la Canasta Básica Total”.
El estudio de la Fundación Éforo afirma que: “La ayuda social no solo corre por detrás del costo de la Canasta Básica Total, sino que también existen problemas relativos a la cobertura: hay importantes segmentos sociales a los que no se llega”.
El informe concluye que las asignaciones familiares por hijos e hijas “son un apoyo fundamental para atender y contener los altos niveles de indigencia, pero no pudieron revertir el crecimiento de la pobreza y aún persiste una brecha entre los ingresos de los hogares y el costo de los bienes y servicios esenciales”.
fuente infobae.com