Cómo es la radiografía de la economía argentina que hizo el Fondo
Javier Milei y Kristalina Georgieva se encontraron este miércoles en Davos justo una semana después del acuerdo técnico que alcanzó el equipo económico con el staff del organismo, y el Gobierno ahora busca garantizarse los respaldos suficientes en el directorio para conseguir la aprobación final y recibir de inmediato USD 4.700 millones. El trazado de nuevas metas, el calendario por venir de desembolsos y pagos, y la radiografía que hizo el Fondo Monetario de la economía argentina asoman como las claves de la nueva etapa en la relación.
Como suele suceder en los ida y vuelta con el FMI, a la discusión técnica suele sobrevenirle una instancia decisiva en términos políticos, que incluso muchas veces suele ser un elemento para destrabar un informe de staff con números que no terminan de cerrar para los economistas de Washington. Como el apretón de manos técnico fue más rápido que lo habitual (comenzó formalmente unos días antes del cambio de gobierno; y como comparación la última negociación de la administración anterior demoró unos cuatro meses), la foto y apoyo político de los altos mandos del FMI calzó justo tras el staff level agreement.
El acuerdo técnico desandará en las próximas semanas un camino que requiere un par de semanas hasta que se cristalice el informe de staff completo, con un panorama preciso del estado de la economía argentina, el diseño de las nuevas metas de déficit fiscal y de acumulación de reservas, qué tipo de políticas estructurales también estarán contempladas, la hoja de ruta y desembolsos y repagos y algunas proyecciones económicas clave como la inflación o qué ritmo de caída del PBI esperan en ambos lados de la mesa para este año.
La radiografía del Fondo: sin reservas ni margen fiscal
Georgieva aseguró este martes en el marco del Foro de Davos que “hasta ahora va todo bien”, en referencia a la puesta en marcha del plan económico inicial de Milei y Luis Caputo. La máxima funcionaria del FMI habló con especial énfasis del estado de las reservas en el Banco Central y el margen fiscal con el que cuenta el Gobierno argentino.
Respecto a la política fiscal, el staff consideró que “las autoridades se proponen lograr un superávit primario del 2% del PBI este año (consistente con el equilibrio general), mediante una combinación de medidas de ingresos y gastos”, destacó el organismo. Así, dio el visto bueno al ajuste de 5,2% del PBI que anunció Caputo.
La nueva etapa del acuerdo con el FMI incluirá la acumulación de reservas en el BCRA por USD 10.000 millones este año. EFE
En relación a la política cambiaria y de reservas -que es uno de los elementos que más dudas genera en el mercado por el riesgo a un rápido atraso en el tipo de cambio tras la devaluación inicial-, en el Gobierno y en el FMI aseguran que la decisión de suba del dólar y fijación de un 2% mensual de crawling peg, aún en un contexto inflacionario muy alto, es la política adecuada para el momento.
“Es importante destacar que han abandonado el opaco sistema de controles administrativos de importación (SIRA) y están en el proceso de abordar el gran sobreendeudamiento de los importadores, ofreciendo instrumentos cambiarios a los importadores que registren deudas comerciales”, aseguró el multilateral.
El organismo dijo que el Gobierno espera acumular 10.000 millones de dólares de reservas para finales de 2024, incluidos 2.700 millones de dólares acumulados durante las últimas semanas de 2023. De esa forma, quedaría en un nivel de reservas netas prácticamente nulo, ya que el mandato de Milei comenzó con arcas internacionales en torno de los 11.000 millones de dólares negativos.
“La postura de la política monetaria evolucionará para respaldar la demanda de dinero y la desinflación, mientras que el marco y las operaciones de la política monetaria se ajustarán para fortalecer su función de anclaje. Las autoridades se han comprometido a poner fin al crédito del banco central al gobierno y seguirán reduciendo el gran excedente de pesos, al mismo tiempo que fortalecerán gradualmente el balance del banco central”, planteó el FMI.
No hubo grandes discusiones respecto a la meta de emisión monetaria para financiar al Tesoro: no solo ya era una idea originaria de Milei llevarla a cero de inmediato sino que el propio programa del FMI planteaba en el esquema de metas anteriores que en 2024 no existiera cobertura del déficit vía el Banco Central.
El Fondo Monetario también le dedicó parte de su panorama general -los detalles se conocerán a fin de mes, solo cuando el directorio haya dado luz verde a la nueva etapa del programa- al programa financiero, y deslizó un apoyo a la estrategia del Palacio de Hacienda de estudiar una canje de deuda en pesos.
“De acuerdo con el programa fiscal, el gobierno no buscará ninguna forma de financiamiento neto de mercado, sino que se concentrará en mejorar el perfil de vencimientos de la deuda interna. Reconstruir las relaciones con los mercados de capital internacionales también es una máxima prioridad”, apuntó el staff.
Herencia y acuerdo político en el Congreso
El Fondo utilizó varios párrafos para hablar de la herencia que recibió el nuevo gobierno. “El programa se desvió gravemente. No se alcanzaron las metas de finales de septiembre en materia de déficit fiscal primario y atrasos internos, y los datos preliminares sugieren que las metas de fin de año se incumplieron por un margen aún mayor. Tampoco se cumplieron los objetivos de reservas internacionales netas, con desviaciones con respecto al objetivo de fin de año de alrededor de 15 mil millones de dólares antes del inicio de la nueva administración”, planteó el organismo.
“La nueva administración heredó una situación económica y social excepcionalmente desafiante, con desequilibrios macroeconómicos crecientes que reflejan principalmente políticas inconsistentes y expansivas, especialmente durante los últimos trimestres del año pasado. La inflación mensual se aceleró hasta el 12,8 por ciento en noviembre, las reservas se agotaron, la moneda se sobrevaluó aún más y la brecha cambiaria aumentó a máximos históricos”, consideró el FMI.
Por último, una sintonía que parece haber encontrado el Poder Ejecutivo con el organismo tiene que ver con la relevancia de la ley ómnibus que se discute en el Congreso como parte constitutiva del plan económico de emergencia del gobierno libertario. Así lo aseguraron desde el propio FMI. La portavoz del organismo, Julie Kozack, aseguró que el paquete legislativo “tiene importancia fiscal” para que el Ejecutivo consiga el ajuste de 5,2% del PBI en el primer año de mandato de Milei y que por eso aguarda apoyo político en la discusión en el Congreso.
Hace una semana Caputo y Bausili presentaron los nuevos lineamientos del programa con el FMI. REUTERS
De esa forma, coincidió con lo que declaró Caputo el miércoles por la noche, cuando planteó que “si la ley no pasara sería una muy mala noticia no solo para mí sino para todos los argentinos. Eso no implica que volveríamos a la meta de déficit 0,9% del PBI que tenía la administración anterior”. “Si la ley no pasara, extremaríamos los recursos para cumplirlo”, adelantó. “Es extremadamente importante que esta ley pase justamente para poder hacer esto de la manera más armoniosa posible. A medida que la ley no pase, las medidas van a ser más duras, entonces, evidentemente, los argentinos van a sufrir más”, había dicho Caputo.
El staff, antes, en su comunicado, apuntó en una dirección similar: “Las autoridades están decididas a abordar los impedimentos de larga data al crecimiento y las exportaciones, e impulsar el vasto potencial energético y minero de Argentina, incluso aumentando la competencia y simplificando la burocracia. Las recientes iniciativas legislativas representan un paso importante en esta dirección, para el cual se está buscando apoyo político”.
Dudas por la viabilidad de las nuevas metas
El mercado empieza a medir las posibilidades de cumplimiento de las metas nuevas del acuerdo para 2024. Equilibra, por caso, consideró: “No vemos factible que el gobierno alcance un superávit primario de 2% del PBI este año por pérdida de ingresos, menor ajuste del gasto social (mayor recesión y deterioro socioeconómico de lo esperado) y dificultad en el Congreso para aprobar todas las iniciativas que suben (bajan) impuestos (gastos)”.
“Pero estimamos que en 2024 se alcance un superávit primario (0,5% del PBI), lo que no sucedía desde 2009. Este logro ayudará a cumplir la meta de asistencia del BCRA al Tesoro”, explicó un informe reciente. En tanto, sobre reservas, analizaron que “si el Tipo de Cambio Real no se atrasa, la brecha se mantiene y se produce un ingreso neto de capitales, las reservas netas del BCRA volverían al equilibro en 2024, cumpliendo la meta de acumulación. Pero para no atrasar el TCR habría que salir del crawling peg al 2% mensual o devaluar en otoño”, alertó.
PxQ, por su lado, apuntó que “dado que la meta incluye las compras de USD 2,7 mil millones de diciembre y enero (que ya fueron utilizados para pagarle al FMI), esto implica que el BCRA busca terminar 2024 con reservas netas nulas”, lo que, consideró, es un factor que “puede debilitar sustantivamente el ancla fiscal planteada como eje del plan de estabilización”.
En ese sentido, respecto al plan fiscal, PxQ aseguró que la idea expresada en el comunicado del FMI de mantener el poder de compra de las jubilaciones se contradice “con el anuncio del ministro Caputo de un ajuste de 0,5 puntos del PBI en el gasto social, lo que para un PIB que podría retroceder 3,5% en 2024, implicaría una reducción en el valor real de las jubilaciones en el orden del 12%”, midió la consultora fundada por Emmanuel Álvarez Agis.
Fundación Capital, que fue dirigida por el ex presidente el Banco Central Martín Redrado, consideró que la meta de acumulación de reservas estará lejos de poder ser cumplida: “La caja en dólares sería ligeramente positiva en el año, con una acumulación de reservas por USD 1.800 millones, lo que permitiría cumplir con los compromisos del año”.
fuente infobae.com