... la manifestación del miércoles.
Patricia Bullrich y Guillermo Francos en la conferencia de prensa sobre la expulsión de la familia del prófugo narco ecuatoriano José Adolfo "Fito" Macías Villamar (Foto AP/Gustavo Garello)
En paralelo a las arduas negociaciones con la oposición para sacar la Ley Ómnibus y evitar que le frenen el DNU, el Gobierno intenta introducir con cada vez más fuerza en la agenda nacional los temas de seguridad. En los últimos días pasó de mantener una postura reactiva frente a las protestas de la izquierda, a tomar la iniciativa con anuncios de medidas polémicas que se discuten hace años, entre controversias, para paliar el insistente problema de la inseguridad.
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De cara al paro del próximo miércoles, Patricia Bullrich tomó aún mayor protagonismo y, con el visto bueno de Javier Milei, empezó a avanzar con muestras de ímpetu en los temas más espinosos de la agenda de seguridad, mientras el Gobierno prepara en secreto una reforma del Código Penal que planean presentar en el Congreso en el inicio de las sesiones ordinarias. Allí buscarán avanzar a fondo, tras el fallido artículo del megaproyecto Bases que intentaba castigar las manifestaciones de más de tres personas y será retirado.
Prácticamente sin estructura política propia y reacio a recostarse excesivamente en sus aliados de PRO y Hacemos Coalición Federal, Javier Milei deposita la mayor parte de su capital político en la opinión pública, una jugada arriesgada en el contexto del ajuste. A poco más de un mes de la toma de mando, en el primer piso de la Casa Rosada saben que la principal expectativa de sus votantes es, por lejos, la baja de la inflación, pero son conscientes de que no lograrán siquiera una estabilización de los precios al menos hasta el segundo semestre. Y entienden que las disparadas en las tarifas de los servicios públicos y privados tras la liberación pondrán en jaque los bolsillos, sobre todo, de la clases medias y bajas.
Mientras hacen efecto las medidas liberales que, prometen, mejorarán la economía, en Balcarce 50 apuestan iniciativas que no requieran grandes erogaciones pero sí voluntad política y disposición para pagar el precio si salen mal. El objetivo es sostener los niveles de popularidad del líder equilibrando las “pálidas” del ajuste con muestras de acción en otros terrenos.
Definieron enfocarse en la inseguridad, la segunda gran preocupación del electorado desde hace dos décadas y la jurisdicción donde manda Patricia Bullrich. La ministra de Pro que toma cada vez mayor relevancia en el Gobierno, y cuenta con la confianza casi total de Milei. Su primera incursión en las primeras planas fue apenas después de que asumieran los libertarios, con el anuncio y la aplicación del protocolo antipiquetesen la marcha de diciembre de de los partidos y grupos de izquierda. Pero en los últimos días empezó a avanzar a fondo con otros temas de esa agenda.
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Mientras prepara el operativo para la manifestación de la CGT y partidos de izquierda, el massismo y el kirchnerismo, el miércoles, avisó que quieren permitir las acciones del Ejército en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, expulsar extranjeros y bajar la edad de imputabilidad, tres temas espinosos que se discutieron largamente y nunca lograron consenso legislativo.
Sin pruritos con la exposición, el jueves Bullrich protagonizó una vistosa conferencia de prensa que fue anunciada, con mayúsculas, como “urgente”, para revelar la expulsión del país a la familia del terrorista ecuatoriano Fito Macías. Y sumó al acto al ministro del Interior, Guillermo Francos, que había estado a punto de quedarse con Seguridad. Desde que asumió, para evitar internas, el titular de la cartera política se cuidó de no intervenir en los temas de esa cartera para evitar roces. Pero esta vez le pidieron específicamente que fuera a acompañar a “Patricia” in situ, como lo hizo Milei durante la protesta del 20 de diciembre, así que debió hacer un paréntesis en su agenda política, atestada por la negociación con los líderes de los gremios, legisladores, senadores y diputados para sacar en tiempo récord la ley “Bases” y garantizar que sobreviva el DNU de desregulación de la economía.
La funcionaria trabaja en tándem con su ex compañero de fórmula, Luis Petri, devenido en su par de Defensa, que entró al Gobierno gracias a las gestiones de la líder amarilla con Milei durante el reparto de cargos y la acompaña la todas sus apariciones, como en épocas de la campaña. La semana pasada, el mendocino tomó la iniciativa cuando lanzó que el Ejército debería tener la capacidad de intervenir en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, mientras escala sin cesar la violencia en Rosario.
Además, coordina con el ministro de Justicia, Mariano Cúneo, que hizo su primera incursión de peso en ese área el domingo, cuando reveló que tienen planeado avanzar para bajar la edad de imputabilidad de 16 a 14 años, sin dar mayores precisiones. Bullrich salió a ratificar la intención al día siguiente.
Para ese cambio, como para la mayoría de los que quieren implementar, el Gobierno deberá pasar por la vía legislativa, y ya trabaja en una profunda reforma del código penal que quieren presentar en el arranque de Extraordinarias. Además, planean lanzar comandos unificados por provincia -ya iniciaron los diálogos de manera subterránea con varios gobernadores y harán anuncios próximamente. E hicieron llegar pedidos subterráneos para que la ajustada billetera que maneja el titular de Hacienda, Luis Caputo, se afloje excepcionalmente para la suba de sueldos y la compra de armas y patrulleros.
Por ahora no hubo respuestas concretas de parte de “Toto”, que sigue abocado a hacer cuentas para que los cambios que pide la oposición a cambio de apoyo para el proyecto Ómnibus -los que más impactan en la movilidad jubilatoria y las retenciones- no pongan en riesgo la meta de déficit cero que prometió alcanzar Milei en el mediano plazo.
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En la Casa Rosada incentivan a Bullrich para que levante el perfil. Señalan que, además de sus experiencia política, Milei la valora porque es la referente del Gobierno que mejor mide en las encuestas (detrás de él, aclaran). “Tiene mucha confianza en sus capacidades y su experiencia como funcionaria. Siempre dice que su mejor versión es como ministra”, deslizaron en la cúpula del Ejecutivo. Mientras tanto, la vicepresidenta Victoria Villarruel, referente libertaria en esa materia durante la campaña, quedó completamente apartada de cualquier tipo de injerencia, por decisión de Milei y su hermana, Karina, en la aún silenciosa interna entre el Ejecutivo y la Presidencia del Senado.
Distanciada de Mauricio Macri, Bullrich es la única referente de peso de PRO en el Gobierno, y el jueves, durante el debate sobre tablas, hará una demostración de fuerza al interior de su bloque y frente a Milei, con ayuda de su tropa, que está dispuesta a votar el conjunto de la ley ómnibus y defender el DNU. El viernes hubo una primera señal en ese sentido, cuando el diputado Damián Arabia, su mano derecha en la gestión macrista, presentó un proyecto contra el maltrato animal. Más allá de los fundamentos de la iniciativa, fue una abierta señal política a la Casa Rosada en el último tramo del debate legislativo, al punto de que en la bancada de PRO lo denominaron “ley Conan”, en referencia al perro fallecido del primer mandatario.
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