04 MAR | 08:10

Villarruel en el Senado: diálogo fluido con Milei y vuelo propio para defender al Gobierno

A casi tres meses de gestión la vicepresidenta amortigua críticas al primer mandatario. Escenario entre pinzas en la Cámara alta. Visitas al interior del país, el corrimiento de su mano derecha...Por Mariano Casal
...y sus últimas medidas administrativas de relevancia.
 
 
 
“Siempre le dijo lo que pensaba a Milei desde el día uno, cuando fueron candidatos a diputados. Por eso no la quieren los obsecuentes. Ella no lo será nunca y, desde su lugar, está viendo cómo construir poder”. La frase que partió de la Casa Rosada coincide con las deslizadas desde el Congreso a Infobae y describe a la vicepresidenta, Victoria Villarruel, que a casi tres meses de gestión amortigua con vuelo propio las críticas contra el jefe de Estado, mientras intenta sostener un Senado que se complejiza a medida que transcurre la gestión libertaria.
 
 
Desde La Libertad Avanza, quienes conocen a Villarruel, la describen como una persona firme y, a diferencia de los anarco capitalistas, de convicción conservadora que no cambió desde su adolescencia. “No se olviden que durante 20 años peleó casi en soledad sobre eventos del pasado”, manifestó un integrante del oficialismo. En tanto, sus detractores la denuestan por su falta de “rosca” y por “no entender de qué se trata esto”. No obstante, todos los consultados descartaron que sea una mujer necia, algo importante en política.
 
“Victoria sufrió varias estocadas durante el armado de listas para las elecciones pasadas. Con suerte, se le cedió un casillero. Recordemos que es fundadora del espacio junto a Milei y el legislador porteño Ramiro Marra. Por supuesto que le gustaría participar más del proceso de transformaciones. La diferencia con los que responden que ‘sí’ en todo a Milei es que ella supo moderarse con la investidura y, en particular, con el proceso que vive la Argentina”, reconoció un diputado libertario.
 
En cuanto a su accionar, Villarruel logró, a tres días de iniciada su gestión, que un conglomerado conformado por el oficialismo y la oposición no kirchnerista reuniera 39 voluntades para designar a las autoridades del Senado y distribuir la integración de las comisiones en la Cámara alta en detrimento del cristinismo, que con 33 legisladores es la primera minoría y está a solo cuatro del quorum.
 
 
Para la jugada de Villarruel fue clave el experimentado peronista disidente y actual aliado oficialista Juan Carlos Romero (Salta). No obstante, a los pocos días de dicho movimiento aterrizó el mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que desregula la economía, y la oposición que acompañó al oficialismo comenzó a agrietarse.
 
 
Ante las primeras disputas por esta cuestión, los jefes de la oposición no kirchnerista midieron el verdadero pulso de Villarruel. Fue durante un cónclave en la Cámara alta junto al ministro del Interior, Guillermo Francos. Allí, la vicepresidenta salió en defensa de los legisladores y dijo que, según confiaron en ese entonces a este medio, “flaco favor” le hizo la Casa Rosada a la discusión parlamentaria no sólo con el mega DNU, sino también con el proyecto de ley “ómnibus” enviado a Diputados. Esa iniciativa terminó de la peor manera en la Cámara baja.
 
 
Durante febrero, Villarruel se apoyó en el reglamento del Senado para no convocar a sesiones especiales solicitadas por el kirchnerismo -comanda el formoseño José Mayans- para abrir el recinto y debatir el mega DNU. La titular de la Cámara alta podría haberlo hecho y forzado a la oposición no cristinista a no dar quorum. Por sugerencia de macristas, radicales y silvestres provinciales prefirió pagar sola el costo político. En los últimos días, el adverso panorama se complicó aún más ya que, parte de quienes le dieron el consejo, ahora buscan rechazar la norma del Ejecutivo. En las próximas jornadas se comprobará si el pacto federal que Milei propuso a gobernadores y las negociaciones por coparticipación tienen efecto.
 
 
La titular de la Cámara alta tampoco pudo aprobar la Boleta Única de Papel, y se espera una definición inminente sobre el proyecto que mejora las normas contra el lavado de activos, después de un ida y vuelta para apurar un dictamen que viró a un potencial DNU y enojó a la oposición no kirchnerista, que semanas atrás se comprometió a dar los votos al oficialismo para sancionar la ley.
 
 
“Victoria no se va a quedar a ‘tocar la campanita’ del Senado, como operan segundas o terceras líneas en busca de agradar a Milei”, aseveró un legislador oficialista a Infobae. De hecho, ambos funcionarios mantienen un diálogo fluido basado en una confianza lograda como diputados y “batallas codo a codo”, lo que derivó en la postulación a la vicepresidencia y una “reivindicación” de la funcionaria, tal como relataron a Infobae.
 
 
A su modo, y con Milei al tanto de la agenda, Villarruel ya visitó varios distritos -el último fin de semana estuvo en Mendoza- con el fin de amortiguar las pulseadas entre Nación y provincias. Un detalle que no pasa desapercibido: la vicepresidenta hizo algunas declaraciones informales y discursos institucionales, pero nunca se sentó con un medio nacional desde que asumió. La centralidad, según su visión, es para el jefe de Estado.
 
“Ella escucha y soporta una discusión. Sobre todo, si le presentan argumentos. Una cosa es ser firme; otra, déspota”, señalaron desde un despacho de la Cámara alta, donde además se celebraron las visitas sin aviso que realiza la funcionaria a distintas dependencias de la Cámara alta. En algunas excursiones encontró oficinas reventadas y al borde de la insalubridad, y dio órdenes específicas para reacomodar a los empleados.
 
Para su tarea diaria, Villarruel cuenta con dos personas de confianza: la secretaria administrativa, María Laura Izzo; y el parlamentario, Agustín Giustinian. En tanto, el diputado oficialista Guillermo Montenegro fue su armador político en campaña. A pesar del énfasis que puso en mostrarse y juguetear por los pasillos del Senado desde que se inició la gestión, el legislador casi desapareció en las últimas semanas de la Cámara alta.
 
La secretaria administrativa de la Cámara alta, María Laura Izzo; y su par parlamentario, Agustín Giustinian (Prensa Senado)
 
 
La caja del Senado es una de las áreas sensibles del Congreso. De allí la trascendencia que tiene Izzo en la impronta que empuja Villarruel. Infobae publicó varias decisiones adoptadas desde el 10 de diciembre último. Por caso, en diversas resoluciones se desalojaron 12 oficinas de legisladores con mandato cumplido; se rechazaron compensaciones a agentes que pedían extras por estudios realizados -incluso, uno no contaba con el secundario finalizado-; y se echó a tres empleados por ausentarse sin justificación.
 
 
Villarruel e Izzo volvieron a pincelar el nivel de vicio y deshonestidad que, muchas veces, regala el submundo del Congreso. En la resolución presidencial 22/24 se detalla el sendero de un trabajador que revistaba la planta permanente de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual y que pidió licencia allí, durante el gobierno de Alberto Fernández, para tener un cargo como personal político -transitorio- de Cristina Kirchner en el Senado. La ex secretaria administrativa y actual diputada provincial de La Cámpora, María Luz Alonso (La Pampa), permitió que el trabajador se convirtiera en planta permanente de la Cámara alta. La vicepresidenta lo desactivó el miércoles último.
 
infobae.com

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