En una porción, el vegetal aporta cobre, potasio, fósforo, hierro, zinc, magnesio, y vitamina C (Imagen Ilustrativa Infobae)
A pesar de ser durante años un alimento menospreciado entre quienes persiguen una alimentación baja en calorías y sin carbohidratos, la papa o patata es un vegetal que no debe ser dejado de lado si se busca llevar una dieta equilibrada.
Es uno de los llamados tubérculos, que en muchos países es considerado un alimento básico por su aporte de energía. Además, es económico y cuenta con infinitas variables a la hora de llevarlo a la mesa.
¿Qué es la papa y cuál es su origen?
En la tierra de los incas, las papas crecen naturalmente en una gran variedad de texturas y colores: rojas, azules, moradas, amarillas y rosas (Imagen ilustrativa Infobae)
Solanum tuberosum es el nombre científico de la papa -también llamada patata en algunos países-. Se trata de una especie herbácea perteneciente al género Solanum de la familia de las solanáceas, originaria de la región que comprende el altiplano de los Andes centrales.
Puntualmente, su origen se sitúa en una región que en la actualidad se ubica en los Andes del sur del Perú y el extremo noroeste de Bolivia y su primer cultivo se sitúa entre los años 8000 y 5000 a.C.
Fue utilizada por los antiguos incas, quienes las consumían habitualmente, antes de la llegada de Cristóbal Colón a América. Y fue a partir de este hecho y hasta la actualidad que la papa logró una distribución mundial y se la considera un alimento básico en gran cantidad de países.
El ácido fólico y hierro de este alimento ayuda a tratar la anemia; mismos que también estimulan y producen glóbulos rojos en el organismo (Imagen Ilustrativa Infobae)
En la tierra de los Incas, el altiplano peruano, las papas crecen naturalmente en una gran variedad de texturas y colores: rojas, azules, moradas, amarillas y rosas. Y es esta diversidad la que se refleja en las distintas maneras de prepararlas que dan forma a su gastronomía actual de Perú.
El principal modo de transporte de papas utilizado por los pueblos andinos más antiguos era correr o caminar: podían cargar con facilidad papas deshidratadas y cocinar rápidamente un caldo con hierbas del lugar, ajíes y agua del río de la montaña en caso de tener hambre.
Claro está que los incas fueron los primeros en consumir la papa. Cuenta la historia que hacían con ella un alimento llamado “chuño”, que consistía en papa seca que formaba una especie de galleta que alimentaba a sus ejércitos y esclavos. Además funcionaba como un alimento de reserva para épocas de hambre.
El valor nutricional de la papa
La papa fue utilizada por los antiguos incas, quienes las consumían habitualmente, antes de la llegada de Cristóbal Colón a América (PXHere)
El Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) dependiente del Ministerio de Agricultura de Ecuador, promueve el consumo de la papa por las propiedades nutricionales que posee, como fuente importante de vitaminas y minerales, que contribuyen a prevenir la malnutrición y las enfermedades degenerativas.
“El ser humano para su desempeño diario requiere de al menos 49 nutrientes, que pueden ser suministrados en una dieta apropiada y la mayoría de ellos están presentes en el tubérculo de la papa”, afirmó Xavier Cuesta, investigador del Programa Nacional de Raíces y Tubérculos de ese instituto.
Y tras reconocer que “existe la creencia de que las papas tienen mayor contenido calórico y de grasa que el arroz y los fideos, por lo tanto engorda”, el experto aclaró que “esta apreciación es incorrecta, ya que la papa casi no tiene grasa y el valor energético es bajo, comparable con algunas leguminosas”.
Las papas frescas son virtualmente libres de grasa y colesterol, en tanto el contenido de proteína en el tubérculo es bajo y ésta tiene un excelente valor biológico, comparable a la del huevo.
Una papa de tamaño mediano aporta el 26% del requerimiento diario de cobre, el 17 al 18% potasio, fósforo, hierro; y entre el 5 al 13% zinc, magnesio, y manganeso, y hasta el 50% vitamina C.
Los beneficios para la salud de la papa
A pesar de ser durante años un alimento demonizado, la papa es un vegetal que no debe ser dejado de lado si se busca llevar una dieta equilibrada (Freepik)
Entre las bondades de la papa para la salud, los especialistas destacan las siguientes:
Es una fuente de energía 100% natural.
Posee altos niveles de antioxidantes y nutrientes esenciales.
Es antiinflamatoria por lo que es una excelente opción si sufres de artritis y reumatismo.
El ácido fólico y hierro de este alimento ayuda a tratar la anemia; mismos que también estimulan y producen glóbulos rojos en el organismo.
El jugo de la papa ayuda a aliviar erupciones, quemaduras e irritaciones causadas en la piel por factores externos porque tiene propiedades anti-irritantes y desinflamatorias.
Ayuda a tratar cualquier afección relacionada con el sistema cardiovascular y la hipertensión al mejorar la circulación sanguínea. Esto se debe a que tiene gran contenido en ácido clorogénico y actúa como diurético natural.
El jugo de papa cruda es también un elemento medicinal en caso de gastritis aguda y de procesos de úlcera gastroduodenal.
¿Cómo consumir papa para absorber sus nutrientes?
La papa es uno de los alimentos mas consumidos a nivel mundial por su versatilidad al momento de cocinarla (Freepik)
Según la licenciada Aracelly Bravo, docente de Nutrición y Dietética de Perú, “lo recomendable es consumir las papas hervidas en agua o guiso u horneadas”. “De esta manera puede alimentarnos correctamente, saciarnos, ayudarnos a controlar los índice de glucosa y evitar picos en los momentos de apetito”, señaló, al tiempo que remarcó que “los demás métodos de cocción, como la fritura, aplican temperaturas muy altas que transforman la estructura del alimento y, al cocinarse en aceite, se eleva demasiado su valor energético, además de mezclarse con las grasas, debido a que sus almidones absorben el aceite y constituye una combinación que no es recomendable consumir frecuentemente”.
El almidón es uno de estos hidratos de carbono complejos y está presente en los tubérculos, las legumbres y los cereales. Pero si se enfría estos alimentos antes de consumirlos, sus beneficios se multiplican.
“Al refrigerarlo, el almidón se vuelve resistente a la digestión, llegando entero al colon, y es más recomendable”, explicó la nutricionista española Alba Coll, quien ahondó que “esto es así porque no se transforma en glucosa, sino en fibra, el alimento favorito de las bacterias que pueblan la microbiota intestinal”.
¿Quiénes no deberían consumir papa?
Consumida en exceso, la papa puede generar síntomas gastrointestinales (Getty)
Pese a todos los beneficios enumerados, un efecto que puede experimentar quien consume grandes cantidades de papas cocidas es un aumento en su nivel de glucemia. Las papas son ricas en hidratos de carbono, los cuales se transforman en glucosa en el organismo y aumentan el nivel de azúcar en la sangre. Si se consume una gran cantidad de papas cocidas, este efecto puede ser significativo.
Además, las papas pueden generar problemas digestivos. Esto es debido a que la fibra que se encuentra en las papas puede causar hinchazón, gases y molestias estomacales si se consume en grandes cantidades.
Por otro lado, el consumo excesivo de papas cocidas también puede afectar la salud cardiovascular. Las papas son ricas en potasio, lo que es beneficioso para la salud del corazón, sin embargo, su contenido de sodio puede aumentar la presión arterial, lo que puede ser un problema para personas que ya tienen hipertensión. Además, las papas cocidas contienen ácido oxálico que, si se consume en exceso, puede favorecer la formación de cálculos renales.
En resumen, consumir muchas papas cocidas puede tener distintas consecuencias en el organismo. Desde un aumento en los niveles de glucemia y problemas digestivos, hasta efectos en la salud cardiovascular y renal. Es importante consumirlas con moderación y en el marco de una dieta variada y saludable.
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