01 MAR | 12:15

Reserva Laguna Brava, un atractivo internacional

Volcanes, flamencos y vicuñas, aves, espejos de agua y hasta géiseres se divisan en un recorrido por este tesoro riojano. En el camino vas a encontrar huellas de las más diversas: de dinosaurios, ritos incaicos, españoles y criollos para disfrutar todo el año.
Los ambientes naturales son más preciosos cuando tienen menos intervención humana. El ecosistema se expresa de manera propia y salvaje creando paisajes tan agraciados como inesperados, llenos de fuerza e identidad. Eso sucede en Laguna Brava, en Vinchina y Villa Castelli, donde la aventura tienta a los viajeros entre montañas, flamencos y refugios.

 

Una travesía por este rincón riojano es puro descubrimiento para los visitantes. Se trata de un área protegida en donde explorar lleva a descubrir tesoros y sensaciones en un marco  que presenta desafíos entre la cordillera y la diversidad.

 

En este sitio Ramsar vuelan cientos de especies de aves y hay cerros de once colores que contrastan con el cielo. Huellas de dinosaurios en la Quebrada de la Troya dan pie a historias sobre el pasado y lo mismo sucede en el cerro El Veladero, donde se realizaban rituales incaicos.

 

La fauna autóctona, donde reinan las vicuñas y los flamencos rosados y la fuerza del viento hacen sentir pequeñitos a los visitantes en medio de tanta enormidad. Los cambios de temperatura se perciben a medida que se asciende hasta llegar a la laguna y matices intensos acompañan en recorrido junto a variedad de formas rocosas y el suelo cálido que se diferencia con el frío del ambiente.

 

Los guías especializados acompañan el recorrido entre refugios históricos, huellas incas, españolas y de criollos que fueron hacia Chile; volcanes, picos nevados y hasta géiseres que brillan especialmente en primavera y verano. Por el clima, de diciembre hasta abril es el momento ideal para hacer una escapada hasta este tesoro escondido que, con ganas, los viajeros logran descubrir en las alturas.

 

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