Pero hace tres meses no la cobran. En Capital Humano señalan que el problema es una cuestión administrativa, pero que el programa va a continuar. Las historias de vida
2.600 jóvenes sin familias están sin cobrar hace tres meses la ayuda estatal
“Te acompañamos para que puedas desarrollarte y alcanzar tus metas”, dice la página web del programa de ayuda social para los jóvenes que egresan de hogares y no tienen familia y que depende del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello. Sin embargo, ese acompañamiento está suspendido hace tres meses.
Es porque el gobierno nacional no paga la ayuda social que está fijada por ley. La última vez fue en febrero cuando se abonó el mes de enero con demora. Y todavía no pagaron febrero, marzo y abril, cuentan los chicos y chicas que integran el Programa de acompañamiento para el egreso de jóvenes sin cuidados parentales (PAE) que hicieron el reclamo. La situación es reconocida por el Ejecutivo.
Quienes integran el PAE cobran el 80 por ciento del salario mínimo vital y móvil. Hoy ese porcentaje llega a los 162.240 pesos mensuales por el incremento del salario desde marzo, pero la última vez que cobraron fueron 124.800 pesos. Es la plata que forma parte de la ayuda que el estado les da cuando a los 18 años salen de los hogares en los que fueron institucionalizados por orden judicial porque en sus familias sufrían distinto tipo de violencia.
“Así como un chico cuando termina el colegio o cumple 20 años tiene la ayuda de su familia para estudiar o irse a vivir solo, nosotros no tenemos esa familia y la ayuda del PAE es muy importante”, le dijo a Infobae una joven de 22 años que vivió en hogares hasta los 14 por violencia física y psicológica de su padre y que hoy trabaja y estudia.
Ella es una de los 2.604 jóvenes en todo el país que forman parte del PAE según los datos oficiales registrados hasta enero pasado y que están sin cobrar el ingreso.
“El dinero del PAE es muy importante para nosotros porque nos complementa el sueldo. A muchos les sirve para pagar la pieza que alquilan, para comprar comida o ropa, para pagar servicios. Muchos trabajamos pero los sueldos no nos alcanzan”, agrega.
El PAE depende de la Subsecretaria de Políticas Familiares, a cargo de Ana Belén Marmosa, y que está bajo la órbita de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia dentro del Ministerio de Capital Humano. En el gobierno reconocen el problema. “Los pagos están atrasados por una cuestión administrativa y por la reasignación de presupuesto en cada área. La situación se va a regularizar pero no sabemos en qué tiempos pero la idea es a fin de mes o principio de mayo esté solucionado. Pero el PAE no se va a discontinuar”, le explicó a Infobae una fuente del gobierno.
La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello
Algunos de los chicos afectados por esta situación dialogaron con este medio y contaron que desde el programa no les dan una respuesta certera de en qué fecha volverán los pagos y que desde el Ministerio están trabajando en el trámite administrativo para regularizarlo. Los jóvenes no solo reclaman los pagos atrasados sino también que se les permita hacer una extracción diaria superior a los 15 mil pesos (cobran con tarjeta de débito) y que haya una fecha exacta de depósito todos los meses.
El PAE fue creado en el 2017 por la ley nacional 27.364. Está destinado a jóvenes que a los 18 años egresan de hogares donde vivieron como una ayuda para comenzar su vida adulta. Desde los 21 a los 25 años la ayuda se sigue cobrando si acreditan que estudian. El PAE también establece la figura de un referente. Son personas voluntarias que se inscriben en el programa y a quienes se les asigna a un chico o chica institucionalizado para que los acompañe en su vida, inclusive cuando egresan del hogar. La ley también establece que deben cobrar una remuneración pero la mayoría no la percibe.
Se trata de un sector vulnerable porque no tienen una familia que los ayude y al salir del hogar tienen que empezar a subsistir por sus propios medios. “A los 18 años me tocó egresar del hogar en el cual estaba, me tocó salir a un mundo que no conocía, me tocó independizarme y hacer mi vida; muchos pensaran que es algo normal, algo que nos toca a todos en algún momento de la vida, pero para mí, que viví toda mi vida en una institución, no fue algo normal, no fue algo lindo”, cuenta Soledad que hoy tiene 24 años.
“Estuve en hogares desde los 14 años por haber sufrido violencia física y verbal por parte de mi progenitor, tuve que salir de mi casa con una mochila y con lo puesto y fue mi colegio quien me ayudó a denunciar”, relata otra de las jóvenes que integran el PAE.
“El programa cumplió un rol importante ya que comencé a cobrarlo un mes después de haberme mudado a mi nuevo hogar y me ayudó con los gastos del ingreso. También contaba con un referente que me escuchaba y ayudaba en lo que necesitara. Ahora destinaba el dinero del programa a internet, las expensas y al pago de un curso de inglés que estaba haciendo. Este mes me cortaron el Internet porque no pude pagarlo porque me aumentaron al doble sin aviso, tuve que cancelar turnos con la obra social por no poder pagar los coseguros y el hogar me ayudó con algo de comida para llegar a fin de mes”, cuenta sobre la importancia de la ayuda social del estado. En la misma situación están 2.600 jóvenes sin familia.
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