Esta historia no está escrita, así que es pura ficción. Y nos imaginamos a Rosarito, en los siete años que vió en Atiles, porque después se tuvo que ir a estudiar a San Juan, dejando su tierra natal”.
“Pensamos en todo lo que significó vivir en esa tierra, todas las experiencias que tuvo, la gente que la rodeaba y la quería, porque Rosarito fue huérfana, desde muy chica y el pueblo la acogió como la hija de todo el pueblo. Entonces, todos esos aprendizajes para nosotros fue lo que la marcó para siempre y dedicó su vida al trabajo de los niños, a las infancias, siempre desde lo lúdico, desde la experiencia sensorial, los chicos tienen que sentir, tienen que emocionarse para poder aprender”, aseguró.
Estrabou también contó que para la realización de la serie animada se basaron en un trabajo que realizó Rosario Vera Peñaloza, el cual se encuentra en el Museo Bernasconi, “trabajamos sobre una investigación que hizo la profesora Isabel Mercol hace muchos años, no teníamos idea de esto y que ella encontró en el Museo Bernasconi, un trabajo de Rosario de sus últimos 30 años, desde que se jubiló hasta que murió, estuvo trabajando en el Bernasconi. Ahí hizo 300 pizarras didácticas, en ellas hablaba de distintos temas que trabajan en la educación primaria. Entonces, nosotros tomamos 13 de esas 300 pizarras, y empezamos con la investigación temática que ella hizo, y de cómo plantearlo”.
Sobre la serie, Estrabou explicó que “tiene 13 capítulos, de 7 minutos cada uno, está pensada para la niñez de 5 a 8 años, y el año pasado se estrenó en PakaPaka y todavía está en la programación.
Por último, en cuanto a que la serie llegue a la plataforma de Late Play, manifestó, “es muy importante para nosotros transmitir nuestra identidad e historia a través de esta animación que creamos, es muy hermoso, es convalidar todo un trabajo y un proyecto al cual apostamos que íbamos a ser capaces de estar a la altura de hacerlo, y que ahora todos los riojanos puedan verlo y compartirlo es muy valioso”.