09 SEP | 19:52

Vendió un unicornio tecnológico por USD 6.500 millones y no lo incluyó en el acuerdo de divorcio

Su ex mujer lo denunció por estafa. Se trata de Matías Woloski, creador de Auth0 Inc., considerada uno de los unicornios argentinos que ahora vive en Uruguay. La justicia argentina lo investiga por ...Por Patricia Blanco
...defraudación y violencia económica, además de evasión
 
 
Matías Woloski y Andrea Luis en tiempos felices
 
 
Todo empezó como una gran historia de amor. Ella, una chica de clase media baja de Arrecifes. Él, un joven de familia judía de clase media alta porteña. Se enamoraron, vivieron juntos, viajaron, fueron felices, soñaron con una familia. Pero las cosas no resultaron y la pareja se terminó. Hasta ahí, ninguna novedad. Lo que convierte este caso en noticia es la forma en que se divorciaron y, sobre todo, la sospecha de que él la engañó intencionalmente. ¿Qué le escondió? Una empresa que valía USD 6.500.000.000. Va en letras, por si quedan dudas: seis mil quinientos millones de dólares.
 
 
El acusado en esta historia es Matías Woloski, creador de Auth0 Inc., una empresa de seguridad informática creada en 2013 y considerada uno de los “unicornios argentinos”. Su ex mujer, Andrea Alejandra Luis, lo denunció porque esa firma multimillonaria y otras se armaron cuando estaban juntos y no fueron parte de la división de bienes.
 
A Woloski lo complicarían los documentos que presentó su ex pareja pero también las propias entrevistas que el joven emprendedor dio una vez que se hizo famoso cuando en 2021 vendió su empresa en una cifra millonaria. Hubo “atropello, presión, sometimiento, dependencia económica e imposición violenta”, sostuvo la denuncia. Ahora, Woloski -que vive con su segunda esposa y sus hijos en Uruguay- será investigado por estafa y violencia de género económica, según se desprende de la resolución que firmó días atrás la Cámara del Crimen, a la que accedió Infobae. También quedó bajo la lupa del fisco por evasión.
 
 
Noviazgo, matrimonio y decepción
 
 
La pareja se conoció en 2004
Andrea y Matías comenzaron su noviazgo en marzo del 2004. Al poco tiempo se fueron a vivir juntos al departamento de ella, en Belgrano. Los dos estudiaban y trabajaban. En enero del 2008 se fueron de vacaciones a Bahamas. Una noche, Matías la sorprendió: sacó un anillo y le pidió casamiento. Ella lo abrazó y se puso a llorar de felicidad. Al volver, le dieron la noticia a su familia.
 
 
“Ahí empezaron los problemas -dijo Andrea en la demanda-. La madre de Matías estaba triste, angustiada. Para ella la religión era muy importante y yo no era judía. Me planteaban de qué religión serían nuestros hijos. Yo no tuve problemas en ir a encuentros interculturales. No quería que Matías se sintiera presionado. Hasta quise llevar tranquilidad: de quedar embarazada no tendría problemas que nuestros hijos profesen el judaísmo”.
 
Pero Andrea veía que la familia de su pareja se comportaba como un clan en el que ella no pertenecía. Y hasta terminó consultando un psicólogo para manejar las situaciones con su nueva familia. El casamiento llegó el 26 de noviembre del 2010. Aunque ella hubiera preferido una boda sencilla, la familia de su marido quiso regalarle la fiesta. El escenario fue el Sofitel de Cardales. A todo lujo.
 
Matías estudiaba ingeniería en sistemas y se convirtió en uno de los pilares de la empresa en la que trabajaba. Iba y venía constantemente al exterior. Ella, que estudiaba abogacía, trabajó en diferentes estudios contables y jurídicos, pero un día del 2012 su pareja le dijo que ya no era necesario que siguiera allí: le pidió que se quedara en casa y lo ayudara con sus emprendimientos. Ella estaba transitando una tragedia interna. A los 42 años, su hermana, con tres hijas pequeñas, estaba muriendo como consecuencia de un tumor en la cabeza. Andrea aceptó.
 
 
Se casaron en noviembre de 2010 en el hotel Sofitel de Cardales
Al poco tiempo, su suegro le ofreció trabajar en su empresa, Cacho Suspensiones SA, uno de los locales de repuestos más famosos de la calle Warnes. Quería que Andrea lo ayudara a organizar la parte societaria. Además de un sueldo en blanco, su suegro le daba a su hijo un sobre con plata y en las reuniones de fin de semana la empresa y la familia se entremezclaban, según recuerda ahora. Pero un día su suegro la llamó a la oficina: le dijo que quería priorizar la familia y que estaba despedida. Le dio una abrazo y se fue. Quedó en shock. De inmediato llamó a su marido que, según le dijo, no estaba al tanto de nada.
 
Esa situación fue un quiebre para ella. Dejó de tener contacto con sus parientes políticos y al poco tiempo le dijo a Matías que se quería separar. Andrea se dio cuenta de que no iba poder formar una familia con él. Hicieron terapia de pareja pero no funcionó. Se fue a su casa en Arrecifes y tuvo un accidente en la ruta que terminó con un auto destrozado y la certeza de que tenía que separarse: ahí se enteró que el vehículo no estaba a su nombre, como creía, sino bajo titularidad de su suegro.
 
El divorcio
 
El divorcio se dispuso en 2015 y la disolución de bienes al año siguiente
 
El divorcio se decretó en octubre de 2015. En el escrito ante la justicia, Woloski dijo que no existían bienes gananciales y que él era monotributista. La división de bienes vendría más adelante por convenio privado al año siguiente. Según Andrea, para poder estafarla.
 
Es que, durante todo el tiempo que duró la pareja, Matías era quien decidía en qué se invertía el dinero, en qué banco tener cuentas, o qué sociedades formar en Argentina y en el exterior, aquí y en el exterior. Con un detalle: ella nunca era la cotitular de ninguna cuenta. Buscaba tenerla al margen. Solo el sabía cuánto dinero tenían. “Siempre confié en él y me avine a firmar cuanto documento me fue puesto a la rúbrica, incluso operaciones comerciales”, afirmó ante la justicia. “Pergeñó una estafa millonaria en mi contra”.
 
Previo a la disolución de bienes, todo fue tensión. El le cortó las tarjetas de crédito y la prepaga y hasta armó una planilla donde incluyó los gastos de ella: comida, jabón en polvo, unos lentes que había comprado, gastos de luz y gas...También le pidió la mitad del alquiler por vivir en la casa que fue de ambos. Le ofreció $200.000 para liquidar la sociedad conyugal. Ella se sintió denigrada. Le aclaró que aceptara porque se verían en tribunales.
 
Pero Andrea no aceptó. Dejaron de hablarse. Al poco tiempo, Andrea se enteró que su ex ya tenía una nueva pareja y quería casarse. Matías le informó que la empresa “Auth0″ estaba valuada en USD 400.000, que él tenía el 33% de las acciones (el otro 33% pertenecía a Eugenio Pace y el 33% restante al CEO Jon Gelsey), de los cuales a ella le corresponderían USD 60.000. Andrea exigió una rendición de cuentas y las escrituras de los bienes. Woloski insistió en que se quedaría en la calle, dice la denuncia. No hubo acuerdos.
 
Un día de 2016 Andrea recibió un mail amoroso de su ex pareja. Había fallecido su abuela y le proponía verla. La cita en un bar donde él la esperaba con su café preferido. Le pidió perdón por no haberla acompañado durante la pérdida de su hermana y le ofreció el 50% del departamento en el que había vivido, un tema que había generado gran parte de las peleas en el proceso de divorcio. Ella tenía que cederle las acciones.
 
A los pocos días le llegó la demanda para la división de bienes. Ella consiguió un escribano, pero él la convenció porque tenía otra más barata. (Después se enteraría que, para esa altura, Matías ya estaba de novio y que la escribana era familiar de la que sería su nueva esposa). El 19 de octubre de 2016, recibió un mail con la escritura de transferencia de inmueble a título de compensación y el documento de disolución de la sociedad conyugal. Y la escritura de adjudicación de acciones a Woloski, donde figuraba el nombre de otra empresa radicada en las Islas Tórtolas. Sin abogado, firmó varios documentos. Tampoco consiguió que le dieran copias. Aunque no lo sabía, para esa fecha, Auth0 Inc ya valía varios millones de dólares.
 
Los creadores de Auth0 Matías Woloski y Eugenio Pace
Hay algunos episodios que sucedieron en aquel momento y que recién cobran relevancia ahora. Para 2014, Matías le había pedido un asentimiento conyugal de venta de 95.000 acciones de Auth0 Argentina S.A., sociedad constituida y existente bajo leyes argentinas. Decía que no quería molestarla y viajar en caso de firmar contratos. Ella dio vueltas, no quería firmarlo sin saber qué decían esos papeles y cuál era la situación de la empresa. “El pedido nunca cesaba y se tornaba cada vez más insistente”, explicó. Jamás firmó.
 
Para la misma fecha, un socio de Matías, Federico Jack, la llamó para avisarle que iba a vender la empresa y necesitaba su consentimiento. Que tenía que ir a una escribanía a firmar. Andrea le preguntó a Matias por qué la había llamado un tercero y discutieron. “Quédate tranquila que no te voy estafar, no te va a faltar nada”, le dijo. Aunque después le advirtió que nada era de ella, afirmó la denuncia. Bajo presión psicológica, firmó documentos que ni pudo leer. Hoy Andrea cree que papeles para hacerle vender Auth0 Inc.. Es que Jack y Woloski nunca se pelearon y siguieron hasta el día de hoy siendo socios.
 
Lo que ella sostuvo en la demanda es que Matías creó distintas empresas mientras estuvieron casados. Auth0, con radicación en Seattle (EE.UU.) que se vendió en mayo 2021 por USD 6.500.000.000; Qrafstalbs, una firma de consultoría de software, radicada en Argentina; y Auth0 Argentina SA, también con oficinas en Puerto Madero. Pero, revisando mails y documentos, también se enteró que había creado la empresa Tokeen Ventores LTD, con sede en Islas Británicas Vírgenes; y que formó parte en una sociedad con su padre.
 
En tribunales
 
Una jueza de primera instancia aseguró que el caso estaba prescripto. Fue apelado y ahora la Cámara del Crimen revocó esa decisión
 
La denuncia penal fue radicada en marzo pasado en los tribunales criminales. Fue después de citarlo a tres mediaciones que Woloski nunca respondió. Ahora vive en Uruguay. No hubo éxito tampoco en notificarlo a través de su familia.
 
Una jueza de primera instancia hizo lugar al planteo de la defensa y aseguró que el caso estaba prescripto. Afirmó que el hecho clave para contar la defraudación había sido en noviembre de 2016 cuando se adjudicaron los bienes gananciales, incluyendo los activos de la empresa Auth0, a favor de Woloski y Andrea se quedó con el departamento de la calle Miller. Como el delito de estafa establece seis años de prisión de pena máxima, señaló que ya no se podía investigar nada.
 
Pero la querella a cargo del abogado Hernán Chiesa apeló. Y aseguró que la consumación del delito se produjo con la venta de Auth0 en el año 2021 porque durante todo el proceso se llevaron a cabo diversas maniobras fraudulentas, incluyendo la realización de un acto notarial sin el debido asesoramiento profesional, aprovechando su vulnerabilidad y la falta de comprensión sobre estos temas. También mencionó que, en secreto, se gestionó la venta de los activos de las empresas ocultando información en un engaño sistemático.
 
La semana pasada, los jueces de la Cámara del Crimen Pablo Guillermo Lucero y Magdalena Laíño revocaron esa decisión. “No puede descartarse la existencia de una situación de violencia de género de tipo económico o patrimonial, que, conforme a las normas mencionadas, debe ser considerada al analizar el planteo de prescripción presentado”, se sostuvo.
 
Según el fallo, el análisis de denuncia “da cuenta de una relación vincular entre las partes, con una marcada asimetría de saberes y prácticas desde lo económico. Esta asimetría se reflejó en el manejo exclusivo de los bienes y las finanzas del matrimonio por parte de Woloski, mientras que Andrea Alejandra Luis fue progresivamente excluida de toda decisión financiera significativa, incluso a circunscribirse al cuidado del hogar”. “La ocultación deliberada del valor real de las empresas y activos del matrimonio, tal como se menciona en la denuncia, resulta plausible del análisis de la prueba presentada y sugiere la necesidad de profundizar en este aspecto, pues es inverosímil que la querellante voluntariamente renunciara, si no existió ocultamiento, a la obtención de parte de los bienes de la sociedad conyugal”.
 
infobae.com

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