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...gestión y la división entre socialismo y liberalismo. “Si no damos la batalla cultural no importa cuán buenos seamos gestionando”, afirmó

 

 

 

Javier Milei en la CPAC (Jaime Olivos)

 

Javier Milei dio el discurso de cierre de la CPAC Argentina, uno de los foros de debate conservadores más importantes del mundo, que reunió a cientos de referentes de derecha de Estados Unidos, Brasil y Argentina, entre otros países. Allí, el Presidente brindó una encendida alocución que cosechó múltiples aplausos y ovaciones: apuntó contra la Izquierda, contra presidentes y ex presidentes de la región, defendió su gestión, nombró a sus principales funcionarios y destacó por sobre todas las cosas la batalla cultural que está llevando adelante el liberalismo.

 

 

El jefe de Estado presentó 10 puntos de un decálogo cuyo objetivo final fue marcar la fuerte división entre la izquierda y la derecha y la lucha de poder entre ambas ideologías: “A diferencia de la economía, la política y el poder es un juego de suma cero. Si no lo tenemos nosotros lo tiene el enemigo. No hay que tener miedo de usar las herramientas. No podemos usar mosquetas en la era de los drones. Esto se trata de poder y si no lo tenemos nosotros lo tienen los zurdos de mierda”.

 

“Si no damos la batalla cultural no importa cuán buenos seamos gestionando. Si falla la cabeza, el espíritu, no vamos a llegar a ningún lado. La complejidad de la gestión es enorme, pero lo que marca siempre el norte es nuestra visión. El que no sabe lo que quiere no entiende lo que encuentra. Hay que ganarle en todos los terrenos y terminar de una vez por todas con la basura del socialismo”, sentenció el mandatario.

 

El presidente Javier Milei habla en el cierre de la CPAC Argentina

 

Para resaltar este punto, Milei mencionó ejemplos de líderes que se ubican del otro lado del espectro ideológico con respecto a su posición: “Los socialistas, luego de caído el muro de la vergüenza, de la sangre, que asesinó a millones de seres humanos por una trasnochada de intelectuales imbéciles, avanzaron sobre un terreno virgen. Allí los socialistas fueron exitosos. El asesino criminal de Maduro, el mentor de todo esto como Fidel Castro. Zapatero, Sánchez y demás torturas que tienen los pobres españoles. Lograron poner la agenda de lo políticamente correcto. Fueron exitosos en lo cultural y político, pero como sus ideas son un espanto, generan miseria”.

 

Ante esto, dijo que “hoy en el mundo se respiran nuevos vientos de libertad, de la mano de Donald Trump” y afirmó que “es una oportunidad histórica”. Pero advirtió: “No alcanza con gestionar bien, es necesaria la batalla cultural y en eso CPAC es fundamental, para coordinar que los zurdos no nos entren por cualquier lado. Necesitamos proteger su cabeza, sus ideas, porque si se fortalecen el cuerpo, pero no las ideas, las fieras los van a comer igual. Justamente eso hace CPAC, cuida la cabeza, son los guardianes de las ideas”.

 

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Luego, el jefe de Estado comenzó con su ya clásico discurso contra la clase política, los periodistas y un sector de los economistas: “Traten de acordarse qué decían los profesionales de la política y del periodismo ensobrado. Que no teníamos volúmen político, que no conocíamos el palacio, que éramos torpes, que no sabríamos negociar, que éramos pocos legisladores, que no teníamos gobernadores. Ok. Comían pochoclos porque nos caíamos en marzo, en abril. Los comedores de pochoclos deben estar gordos porque no les dimos el gusto. Daban por hecho que íbamos a fracasar. Hoy los mismos reconocen estar sorprendidos con el manejo del poder de este gobierno. Logramos hitos que exceden incluso lo que nosotros mismos nos propusimos. Eso es política. Evidentemente, algo de lo que hacemos funciona”.

 

Sobre este punto, añadió: “El año pasado los argentinos hicieron todo al revés de lo que decía su manual. Había que cambiar la receta y no el cocinero. Pusieron de presidente a alguien que pasó 51 años de su vida sin tener contacto con la colonia de leprosos que es la política. Yo puse en práctica otro manual. Mis fórmulas son producto de la intuición y de una vida de aprendizaje. Fueron ridiculizadas por los profesionales de la política, que hoy se ven sorprendidos. Decálogo”.

 

Y remató: “Nos importa un rábano la opinión de los políticos sobre casi todos los temas. La mejor frase la puso el queridísimo Gordo Dan. Aquí lo importante es compartir un diagnóstico a cerca del sistema. Allí los argentinos de bien tienen que perder, son víctimas de políticos chupasangre. Cuanto más votos tiene un proyecto en el Congreso es peor para la sociedad. Escucharlos es darle la espalda a los argentinos, lo recomiendo como heurística general, si lo pide la política, a priori es el camino equivocado”.

 

Asimismo, aseguró que “nunca hay que negociar las ideas para rascar un voto” ya que “negar tus convicciones para traer un voto te va a dejar sin convicciones y sin votos”. E insistió: “El peor pecado es traicionarse a uno mismo. Es en vano, no funciona, la gente se da cuenta cuando un político miente. Lo mismo aplica para conformar un espacio político. El concepto americano de partido cachol no funciona. Sumar por sumar resta”.

 

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