07 DIC | 08:40

Dólar: ¿hasta cuándo seguirá la racha positiva?

Terminó una semana en la que el dólar no paró de bajar y el BCRA siguió comprando reservas. El precio de la carne, la pausa de la desaceleración inflacionaria, la devaluación brasileña...Por Sergio Serrichio
...y el rápido deterioro de los saldos comercial y turístico podrían ponerle límites a la primavera cambiaria
 
 
El dólar siguió bajando en un mercado muy dulce con el plan económico
 
 
Al cabo de una semana en que el dólar libre o informal bajo $70 y la brecha cambiaria casi desapareció, el mercado y los analistas económicos empiezan a preguntarse hasta cuándo puede durar esta seguidilla financiera que le permitió al Banco Central acumular dólares.
 
 
Mientras tanto, Argentina siguió encareciéndose en dólares (efecto reforzado por la sostenida devaluación del real brasileño) y se van encadenando meses de balanza en cuenta corriente con saldo negativo, por ahora generosamente enjugados por el ingreso de capitales, y ganancias del carry trade, derivadas de apostar a rendimientos en pesos contra un dólar que va detrás de la inflación y las tasas de interés.
 
 
“La baja del impuesto inflacionario y la baja del costo de capital han sido esenciales para que los activos argentinos recuperen valor!”, posteó en redes sociales el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, pero algunas consultoras marcaron algunas señales de alerta y fuerzas que van en sentido contrario al constante fortalecimiento del peso argentino, un baluarte oficial en el combate a la inflación.
 
 
 
El analista Gustavo Ber también se anotó en el lado optimista. “Lejos está de haber aminorado la confianza entre los inversores tanto locales como externos a partir de las positivas señales económicas”, escribió. Con una brecha esfumándose y una convergencia que los operadores descuentan en el actual contexto económico-financiero, los dólares financieros y libre continúan aflojando, favorecidos además por la estacional mayor demanda de dinero. “Ni siquiera la nueva reducción en la tasa por parte del BCRA, acompañando el proceso de desinflación, logra interrumpir dicha favorable dinámica, y así es que se reconoce que se transitaría una etapa de apreciación cambiaria que requerirá de seguir avanzando en el plan económico y las reformas, dijo Ber.
 
Efecto fin de año
 
Por ahora, la necesidad de pesos (de las empresas, para pagar aguinaldos; de las personas, para sus gastos de fin de año y planes vacacionales) juega a favor del dólar en baja, que incluso permitió al Central realizar compras netas por USD 445 millones en los últimos cinco días.
 
 
Pero cuánto durará la racha bajista es una cuestión que desvela a los analistas. La baja de tasas, en particular la activa, de fondeo bancario, notó Equilibra “debería mejorar la liquidez de pesos del sistema financiero y bajar la tasas a la que prestan los bancos, por lo que surge la duda de si financiarse en dólares seguirá siendo más barato que hacerlo en pesos”. Cuando el recorte se traslade a plazos fijos, títulos en pesos del Tesoro y préstamos a empresas, para que las ganancias del carry trade de importadores y exportadores no se sigan reduciendo el Central debería moderar el ritmo del crawling peg, observó la consultora.
 
 
Pero hay un problema: la desaceleración de la inflación se frenó en noviembre y la pausa se extendería a diciembre, porque sigue aumentando el precio mayorista de la carne vacuna.
 
Según el relevamiento minorista de Equilibra, en la primera semana del mes la suba fue de nada menos que 3,3% e impulsó la del nivel general de precios al 1,5%, el máximo aumento semanal desde septiembre. Hay allí una puja entre “el quiero” y “el no puedo”: entre la última semana de octubre y la primera de diciembre el precio minorista de la carne subió 8%, pero el mayorista 14%; la demanda no da, pero los frigoríficos dicen que tampoco aguantan más.
 
Presión real
Con todo, los precios y la inflación no son la única fuente de presión sobre el tipo de cambio.
 
La depreciación del real (que volvió a cerrar la semana por arriba de los 6 por dólar) juega en contra de la Argentina; un Brasil más competitivo presiona sobre el mercado de cambios, especialmente dada la fuerte apreciación del peso”, destacó Invecq.
 
Esto ocurre, además, en un contexto en el que la cuenta corriente -base caja- ya lleva cinco meses seguidos de saldo negativo. Entre julio y octubre, eso se debió en buena parte al pago a bonistas y al FMI pero –alertó Invecq– “no debe menospreciarse el deterioro de la balanza comercial: en bienes, el superávit mensual promedio pasó de USD 2.961 millones entre enero y mayo a solo 639 millones a partir de junio; en servicios, el superávit de enero (USD 84 millones) se transformó rápidamente en déficit creciente: hasta llegar a un rojo de USD 744 millones en octubre (ver gráfico).
 
Y no hay indicios, apuntó la consultora del economista Esteban Domecq, de que la situación vaya a mejorar en 2025. Si el gobierno disminuye el crawling-peg o deslizamiento mensual del dólar al 1% mensual, el peso se apreciará aún más, el blend, aunque muy aplacado seguirá implicando menos dólares comerciales para las reservas del BCRA y se profundizará el déficit del turismo, que en los primeros diez meses de 2024 fue de – 4.630 millones, aunque según el Central la mitad se abonó con dólares de los particulares.
 
Lo cierto es que desde agosto el Central es un comprador neto de dólares, con notables saldos en octubre y noviembre, gentileza del gran éxito del blanqueo, que ahondó la euforia del mercado.
 
¿Cuán sostenible?
El interrogante es cuán sostenible es esta dinámica. A medida que la apreciación del peso se profundice y las monedas emergentes se deprecien por factores externos (efecto Trump) y/o factores locales, como en Brasil), el saldo comercial de la Argentina seguirá deteriorándose, sobre todo en “base caja” y el esquema actual solo podrá sostenerse con un continuo ingreso de capitales financieros.
 
 
La primavera cambiaria ilusiona al gobierno, concluyó Invecq, pero vale la cautela: “la brecha puede volver a tensarse por motivos electorales, un shock externo, o menor confianza en el modelo, con lo cual los flujos se revertirían”.
 
La “primavera” aludida por Invecq incluyó la emisión de deudas corporativas en dólares, como el espectacular debut internacional de Vista, la petrolera de Miguel Galuccio, que se hizo de USD 600 millones a 10 años y una tasa de 7,625% anual, habiendo recibido ofertas por más de USD 2.400 millones. Y el Galicia colocó USD 97,7 millones a 6 meses y el 4,25% anual. En un caso el monto, en el otro la tasa marcan la euforia financiera.
 
Sin embargo, advirtió también Equilibra, el atraso cambiario, las mejoras de ganancias del carry trade por la baja de tasas y las mayores importaciones debido al repunte de la actividad económica seguirán reactivando la demanda de divisas en el mercado oficial durante las próximas semanas. Por eso, concluyó, “será clave que las exportaciones y los préstamos financieros mantengan su dinamismo para que las ventas del Central en el mercado sean la excepción y no la regla”.
 
 
infobae.com
 
 
 

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